Te descubrimos el Museo de los trenes históricos del Metro de Madrid

Si escuchan Legazpi, Cuatro Caminos, Ventas o Quevedo, seguramente, de forma inevitable piensen en paradas de Metro o en diferentes zonas de Madrid. Pero quizás, lo que no saben, es que así se bautizaron a los trenes que daban servicio en estas primeras líneas. Abandonados en uno de los depósitos del suburbano, fue la lucidez de algún trabajador de Metro lo que hizo posible la creación de la exposición de trenes históricos que la estación de Chamartín acoge desde hace cuatro años. Una decisión que le llevó a conservar doce coches clásicos que un día fueron utilizados desde los inicios de la compañía en 1919 hasta 1965. Tras una ardua labor de restauración, fue a propósito de la celebración del centenario cuando decidieron compartir con el público las verdaderas joyas de esta compañía y de la historia de la capital.

Durante el recorrido de esta se puede apreciar la evolución que este transporte ha tenido durante todos sus años de vida y los hechos históricos que acontecieron entonces. Así como las similitudes que han permanecido. Como el espacio destinado al jefe de tren, encargado de abrir y cerrar las puertas, carteles en los asientos prioritarios para personas mutiladas instalados tras la Guerra Civil, ventanas de diferentes tamaños o asientos de distintos materiales. «Nunca hemos sabido con exactitud si esto último era lo que diferenciaba los coches de primera y segunda clase, porque la tarifas sí existían», apunta Amaia Espina, responsable de Patrimonio Histórico de Metro a LA RAZÓN. Los primeros fabricados con madera frente a los de rafia, acolchados y con detalles en oro aunque tras diversas plagas de pulga tuvieron que ser retirados por antihigiénicos. «El paso del tiempo ha hecho que apuesten por cosas más prácticas y rígidas. No solo hubo una evolución en las tecnologías también en el ahorro en mantenimiento», asegura. Así como la apariencia de limpieza y amplitud que mostraban en su interior. Esto no fue por otra cosa que porque en sus inicios perteneció a una empresa privada, y por ello, cuanta más gente, más beneficio.

El tren Cuatro Caminos es capaz de transportar a ese entonces, pues es de los que circularon inicialmente por la red y estuvieron en servicio durante 70 años. Cuando en 1919 se inauguró la Compañía Metropolitana Alfonso XIII, como se conocía al Metro de Madrid entonces, porque el rey había contribuido en la financiación de su construcción y el escudo que luce este coche, es muestra de ello. «No es el auténtico pero están recreados en base a los planos de diseño originales, por lo que entonces era como lo pueden ver en el Museo», detalla Espina. Fue con la llegada de la República, cuando todos los distintivos reales desaparecieron y pasó a llamarse Compañía Metropolitana de Madrid. Y en 1980 como se le conoce en la actualidad. Pero ha sido muy grande la evolución que ha sufrido desde la primera solicitud de concesión al Ministerio, que acabó en 1945 y que contaba con las cuatro primera líneas que aún perduran -y que no llegaban a los 50 kilómetros- y siete trenes. Pero la gran evolución comenzó en 1995 hasta el día de hoy con trece líneas, 295 kilómetros de red y casi 2.400 coches.

La exposición también cuenta con dos coches del modelo «Salamanca», que comenzaron a funcionar en 1943. Su estilo es mucho más austero y sobrio, no solo debido al periodo de posguerra en el que fueron construidos, donde existía escasez de repuestos, sino a la experiencia de esos años, donde se vio que en la práctica eran mejores los materiales más funcionales y duros que los utilizados hasta la fecha. Otro de los coches restaurados que se puede visitar es de tipo «Ventas», un modelo que empezó a circular en 1924, con motivo de la inauguración del primer tramo de la línea 2 entre las estaciones de Sol y Ventas.Del mismo modo, hay un coche de tipo «Quevedo» que data de 1927. Este modelo fue adquirido debido a la ampliación de la línea 2 entre las estaciones de Sol y Quevedo y presenta unas características muy similares al anterior. La gran novedad era que integraba paneles para publicidad en el recinto de viajeros.

Además de estas joyas, cuentan con diferentes secciones como la de ingeniería o memoria, donde conocer la evolución de estos de forma detallada, la historia y todos los detalles de cada uno de los trenes. También vinilos, fotografía, objetos y vídeos que completan de forma visual la experiencia. En momentos puntuales han contado también con un simulador de conducción histórico, donde gracias al 3D los asistentes pueden conducir estos trenes de forma virtual con las estaciones recreadas como a principios del siglo pasado.

Metro de Madrid no cuenta con un edifico que sirva de museo pero sí con uno que conocen como «disperso» y que está repartido en diferentes espacios. Estos son la estación fantasma de Chamberí, Nave de Motores de Pacífico que en su día era una nave central térmica, el museo Caños del Peral en la estación de Ópera y de Carpetana, que albergan restos arqueológicos y el vestíbulo que ha sido restaurado. «Además hacemos diversas actividades. En Cuatro Caminos se ha recuperado la farola anunciadora que se usaban en las primeras estaciones, el templete y ascensor de Gran Vía y los vestíbulos de Tirso de Molina y de Pacífico que se ha recuperado y restaurado y se puede visitar», detalla.

Desde Patrimonio Histórico no dejan de trabajar en esta primera concesión hasta 1945 y han preparado trabajos sobre cómo ha evolucionado Metro con la ciudad. «De ser una ciudad muy provinciana a lo que es ahora han pasado muchas cosas y Metro ha sido parte de ese desarrollo», confiesa. Para ello, utilizan fuentes antiguas, para ser lo más cercanos a la realidad, y en breve esto aparecerá reflejado a través de una exposición. Sin olvidar, que Patrimonio recoge y recupera todos aquellos objetos históricos que estén relacionados con la compañía y confían en contar con un espacio pronto donde poder exponerlos.

Debido al amplio espacio con el que cuentan en la estación de Chamartín, en ocasiones lo ceden a otras exposiciones, siempre y cuando estén relacionadas con los trenes. Actualmente cuentan con «Esférica» una muestra de fotografías desde otro punto de vista con un ojo de pez de los espacios museísticos de Metro. Para poder visitarlo es necesario reservar cita previa y únicamente está abierto de viernes a domingo. Los viernes de 16:00 a 20:00, sábados todo el día y domingos por la mañana. En lo que va de año, ya han superado los 18.000 visitantes y esperan alcanzar los 20.000 antes de 2023.