Arte

La cerámica, una artesanía de moda en Madrid: recorremos sus mejores talleres y tiendas

Desde la pandemia, en la capital proliferan los locales especializados en este material, y también sus adeptos

Moda de la ceramica, en la tienda Morueco
Moda de la ceramica, en la tienda MoruecoDavid JarLa Razon

La pandemia le dio la vuelta a muchos aspectos, entre los que figura el entretenimiento. Con el parón en la presencialidad en la mayoría de sectores y los aborrecidos ERTES, algunas personas aprovecharon para dedicarles tiempo a aquellas actividades que hasta la fecha eran meras aficiones o incluso a descubrir nuevos intereses, como la cocina, la literatura, el deporte o la creación artística.

Asimismo, y por estar privados de ella, creció el interés por la naturaleza y el respeto por los procesos lentos y laboriosos, como la artesanía. Este es uno de los motivos por los que la cerámica ha vivido un boom desde entonces: los talleres de siempre ven multiplicada su demanda, surgen múltiples establecimientos en los que tomar una consumición mientras se pinta una figura -o se moldea- como Pinetaencopas (Calle Velarde, número 3); y, en las redes sociales, proliferan tanto los perfiles personales como las tiendas más estandarizadas especializadas que venden artículos hechos con este material, que van desde utensilios de cocina hasta todo lo que se pueda imaginar orientado a la decoración.

Moda de la ceramica, en la tienda Morueco
Moda de la ceramica, en la tienda MoruecoDavid JarLa Razon

El número 1 de la calle Carlos Arniches alberga Morueco, un llamativo establecimiento en el que antes hubo un anticuario, con una gran muestra de este tipo de objetos fabricados artesanalmente. Al mando está Sete Morueco Díaz, una de esas personas que optó por cambiar su vida con la pandemia y hacer de la cerámica, algo que le había apasionado desde que de pequeño veía la colección de su abuelo, su nuevo medio de vida.

Dos viajes fueron también decisivos para que se enamorase de la cerámica: uno a Portugal y otro a Sicilia, lugares en los que los objetos de este material tienen mucho arraigo. Sete celebra que la cerámica se haya puesto de moda, pues cree que es un ámbito dentro de la artesanía que había sido denostado durante muchos años por la presencia de bazares y grandes superficies, ante los cuales hasta hace nada los productos artesanales, más caros por sus tiempos y costes de producción, no tenían nada que hacer.

“Hasta hace poco, la profesión de alfarero estaba muriendo, no había relevo generacional”

“Cuando empecé a viajar por España para visitar alfarerías, me encontré con pueblos alfareros desérticos y con que no había relevo generacional: quienes se dedicaban a ello eran muy mayores y la profesión se estaba muriendo, pues los hijos de los alfareros estaban estudiando para dedicarse a algo con más futuro”, explica. El dueño de Morueco, que abrió sus puertas en febrero, narra que viaja buscando productos a lugares como Extremadura, Granada o La Rioja y, fuera de España, a sitios como Italia, Portugal, Marruecos o Burkina Faso... aunque destaca su propia marca, fabricada en Puente del Arzobispo.

Moda de la ceramica, en la tienda Morueco
Moda de la ceramica, en la tienda MoruecoDavid JarLa Razon

Hoy pinto cerámica

En cuanto al futuro de este renovado interés en la cerámica, Sete adelanta que irá a más y que se sustentará en el tiempo, pues ahora está despegando. En esa línea, destaca cómo la gente se apunta a clases para fabricar sus propias piezas. Son muchos los talleres que ofrecen esta posibilidad, como Barbotina (C/ Tenerife, 47), que también es una cooperativa de trabajadores especializados, u Hoy Pinto Cerámica, situado en calle Monasterio de El Paular, número 79.

Su creadora es Carolina, una alemana que hace tres años lanzó en la capital un negocio que en su país es muy popular desde siempre, pues la gente acude a modelar y/o pintar figuras para relajarse, estimular su creatividad y no pensar en nada más durante unas horas. “Normalmente, la gente prefiere venir a pintar por libre. No hay tiempo límite y el precio, que incluye una consumición, la pintura, la pieza y la cocción, depende del tamaño de la figura que se escoja”, describe.

Si es necesario, los propios trabajadores del local dan pautas para decorar la pieza, aunque también es muy común que los clientes lleguen con un diseño visto en redes para intentar recrearlo.

Además de pasar un buen rato, Carolina cuenta que a veces los usuarios buscan hacer regalos personalizados para Navidad. Y, para quien quiera ir más allá, está también la posibilidad de comprar bonos de varias sesiones y diseñar una vajilla. En Hoy pinto cerámica también se puede aprender a pintar porcelana, pero la dueña advierte de que es bastante más complicado y que se requiere cierto nivel.

Tanata

Distinto es el caso de Tanata, una marca formada por Ana Ferichola y Natalia Figueroa. Estas, que en ocasiones colaboran con otros diseñadores, ponen el foco en la fabricación y venta de unos productos que en su momento fueron pioneros por su color y que exportan desde Madrid a toda España, Bélgica, Francia, Suiza o Estados Unidos.

Comenzaron a trabajar juntas de manera orgánica hace unos 10 años y, a partir de una feria en París en 2017, florecieron sus clientes internacionales. “Con los años, hemos ido aumentando la dificultad y añadiendo detalles a nuestros artículos. Jugamos con las técnicas y, normalmente, pensamos el diseño y después averiguamos cómo lograrlo”, explican.

Consideran que es prácticamente un milagro su éxito y recalcan lo difícil que es mantenerse y la importancia de las redes sociales para marcas como la suya. Por otro lado, destacan que los procesos artesanales cada vez son más valorados por un público que cada vez compara menos sus precios con los de las grandes superficies, y que cada vez que retiran un artículo de su catálogo, lo echan en falta.