Ocio
Llega el frío pero Madrid no dice adiós al plan de “afterwork”
Terrazas aclimatadas o interiores preparados para desconectar del trabajo. LA RAZÓN escribe cinco propuestas
Parecía que no pero ya es definitivo: Madrid dice adiós calor. Las terrazas, asiduamente pletóricas de colas de espera para coger asiento, “tomar algo y echar la tarde”, también se despiden hasta el año que viene o, por el contrario, se transforman. Algunas cubiertas, con estufas y mantas; otras se trasladan al interior. Lo que está claro es que los “afterworks” son un modelo de negocio que funciona: amplía la oferta de los restaurantes más allá de los desayunos, comidas y cenas, adaptándolos a ese espacio temporal que trascurre desde el café después de comer, la salida del trabajo y la llegada de la cena, entre música, baile y diversión. LA RAZÓN lanza distintas propuestas, a gusto de cada cual, para seguir disfrutando del “afterwork” o del tiempo con quien compartir “después del trabajo”.
Escondite de Villanueva, terraza o gran comedor principal
En 2001 abrió sus puertas el Escondite, “un proyecto ilusionante en el que tienen cabida todo tipo de planes y una cocina que mezcla lo mejor de las recetas caseras locales con elaboraciones de otras partes del mundo”, confiesan desde el restaurante.
Tras su traslado en 2010 a la calle Villanueva, el Escondite se convirtió en una propuesta donde el espacio juega un papel decisivo ya que, gracias a sus diferentes ambientes, ha podido adaptarse a las diferentes situaciones a las que se ha enfrentado. Así, quien lo visita puede disfrutar del aire libre sentado en su terraza mientras merienda, disfrutar del picoteo en la parte del bar y mesas altas con su grupo de amigos, o tener una velada distendida en cualquiera de sus mesas del comedor principal. La decoración, a cargo del estudio Madrid in Love, es de carácter íntimo y acogedor, que puede apreciarse en los sofás aterciopelados, la luz tenue y el suelo de bolón.
Losclásicos más aclamados popularmente son: las croquetas de jamón y trufa blanca con un rebozado crujiente, el legendario pincho de tortilla en sus tres versiones (clásico, con trufo o con jamón ibérico), o las ya míticas mini hamburguesitas hechas con carne 100% de vacuno cocinada al horno de leña y pan brioche.
Y ahora, los miércoles otoñales se visten de cocido, sumados a la anterior propuesta de “miércoles asiáticos” para darse un capricho en el ecuador de la semana. Desde el restaurante informan que los planes afterwork han atraído durante años al público de la zona. Ponen en marcha una serie de conciertos todos los jueves a partir de las 19.00 horas, a los que acompaña una carta amplia de coctelería. Además de la oferta gastronómica en su cocina “nonstop”, en la que se puede disfrutar de música en directo y aperitivos o platos principales.
Asccuas, “el plan Ponzano”
Ubicado en uno de los espacios más recurridos para el afterwork: Ponzano. La calle donde conviven comida y tardeo con copas. “Viendo el éxito que tenían los otros 2 locales del grupo (Maracca y Piccaro), en 2019 surgió la oportunidad de entrar en otro local justo en frente, haciendo esquina con mucha visibilidad en la zona, con ventanales y terraza muy amplia. Literalmente teníamos decenas de reservas que les teníamos que dar fecha para dentro de 4 meses”, detallan desde Asccuas. Cuentan que era un proyecto enfocado a eventos privados y a unas 30 o 50 personas para un picoteo en mesas altas.
Fundado por un grupo de amigos, Víctor Mateos y Jorge Varas, en su local destacan el brioche de solomillo, gambones en tempura, pan bao y el más demandado: taco de cochinita pibil. Ofrece un menú diario cuyo precio es de 12,50€ y enfocado a continuar con el tardeo, especialmente desde jueves a domingo.
Asccuas es todo un referente en afterwork, ya que gran parte de nuestras reservas son de grupos de empresas que al terminar su jornada laboral los jueves nos reservan todo el espacio para poder disfrutar de un “tardeo” en pleno Ponzano con espacio privado. Aunque también es cierto que muchos jueves es afterwork de entrada totalmente libre con el grupo de amigos, además de empresas de la zona. A partir de las 19.30h es la hora clave. Los días que mejor ambiente se encuentra en Asccuas son desde jueves hasta domingo.
La Bientirada, la envidia de las tartas de queso
A día de hoy existen tres localizaciones bajo la marca de la Bientirada (C/Juan Bravo 28; C/Miguel Ángel 15; y C/General Pardiñas 28). Con un concepto informal ofrecen platos de barra como las gildas, la ensaladilla rusa, el bocatín de calamares y la tarta de chocolate de la abuela, aunque no pierdan la vista a la tarta de queso. “La carta está muy enfocada en ser compartida” dicen desde el restaurante, con presencia de platos muy castizos y tradicionales, pero con una presentación moderna y actualizada. Es adaptable a cualquier momento del día, abiertos desde el desayuno hasta la cena, y tardes y fines de semana con música incluida.
Salitre, la antigua Pólvora
Hace un año, el grupo Vespok 360º inauguró Salitre, una apuesta por el tardeo madrileño. Emplazado en la calle de Juan Bravo, compartiendo acera con Pólvora, Casa Vito y la nueva adquisición del grupo: la discoteca Green. Salitre, que luce un elegante y sofisticado interiorismo, opta por la madera como elemento principal de su decoración y que además proporciona un toque acogedor. Ofrece música de ambiente o tardeos de directos, mientras que por las noches toma el relevo un dj.
Lobito de mar, el bar resalao con olor a Zahara de los Atunes
El concepto que Dani García visualizó en Lobito fue un domingo playero en el sur y de gastronomía costera. Mucho pescadito y marisco en un viaje a la infancia del chef, donde poder disfrutar de las técnicas antiguas en las frituras y el producto de mercado.
En Lobito encuentras ese lado más informal, dinámico y canalla en la zona de barra, que no requiere reserva y resulta ideal para desconectar después de la jornada laboral. Todo ello sin abandonar la figura formal del restaurante de un triestrellado. Según el chef, aquí se busca la cercanía, compartir platos al centro. De miércoles a domingo se puede descubrir y perderle el miedo al atún en crudo con la opción de sushi, u optar por el corte de carpaccio de chuletón de atún, un plato interesante donde encontrar los diferentes sabores según la parte del pescado.
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