Historia

Pedro Páez, el madrileño que descubrió el Nilo Azul

Nacido en Olmeda de las Fuentes, amigo y consejero de dos emperadores de Etiopía, su figura ha sido reivindicada como explorador y misionero

El jesuita español Pedro Páez
El jesuita español Pedro Páezlarazon

Una vida de leyenda. Y de sufrimientos y esfuerzos. En 1564, año en que Olmeda de las Fuentes, uno de los grandes tesoros de la Alcarria, lograba la independencia de la jurisdicción de Alcalá, y se convertía en villa, nacía en esta localidad un personaje tan importante como desconocido para la mayoría de la gente: Pedro Páez Jaramillo.

Cataratas del Nilo Azul, Tis Isat, en Etiopía
Cataratas del Nilo Azul, Tis Isat, en EtiopíaEfe

Estudió con los jesuitas y después de muchas calamidades en Yemen, entró en Etiopía, en donde paso 19 años, convirtió a la religión católica a dos emperadores, fue el asesor personal de uno de ellos, Susinios, con quién en un viaje , descubrió las fuentes del Nilo Azul. Una historia de leyenda, impulsada por el deseo católico de convertir aquellas tierras que contrasta con el del explotador británico, escocés en concreto, James Bruce, más conocido por haber buscado las fuentes del Nilo Azul durante doce años. Un entusiasmo impulsado por saber si, realmente, en Etiopía tenían el Arca de la Alianza para entregarla a los masones, de los que formaba parte.

Pero volvamos a Páez. Durante su estancia en Yemen aprendió persa y árabe, después las lenguas etíopes; el amárico y el gue’ez; la lengua de los textos sagrados y de las crónicas reales. Escribió en amárico dos libros de religión, un diccionario y una gramática. También tradujo un catecismo portugués para niños. Más adelante cuando el emperador Susinios le permitió consultar los antiguos libros etíopes escribió una Historia de Etiopía , formado por cuatro volúmenes y escrito en portugués.

Páez comenzó su viaje y exploración en abril de 1588, con 24 años. Entonces partió desde Lisboa hacia Goa, en la India, donde los jesuitas tenían una de sus principales casas en Asia. Pedro Páez Jaramillo no volvería a pisar nunca más tierra española.

En octubre de 1588 tras un largo y penoso viaje, llegó a Goa. Allí permaneció poco tiempo, pues en enero de 1589 es ordenado sacerdote,. y en febrero partió hacia Etiopía, acompañado por el padre Antonio de Monserrate. El objetivo era llegar a la misión que los jesuitas tenían en Fremona, donde varios hermanos de la orden vivían en condiciones lamentables desde hacía 30 años. Así las cosas, después de pasar tormentas, ataques de piratas y otras tantas calamidades fueron capturados por los turcos y conducidos a Dhofar, en Omán. Durante algún tiempo se les dio por muertos, siete años duró su cautiverio que trascurrieron sobre todo en Yemen. Fueron los dos primeros europeos que cruzaron la región de Hadramaut, y el terrible desierto Rub al Khali (el cuadrante vacío) descalzos y alimentándose de saltamontes. Conocieron el café, cahua, y Pedro Páez fue el primer europeo que escribió sobre él.

Apenas un año después de haber llegado a Etiopía, en abril de 1604, accedió a la corte del emperador Za Denguel, quien quiso implantar en su reino la fe católica. Las prisas de este Emperador por evangelizar su reino provocaron el levantamiento de un sector de sus súbditos que terminó con su derrocamiento a finales de ese mismo año. Tras una serie de guerras y enfrentamientos por la sucesión, en 1607 accedía al trono el emperadorSusinios.

El emperador Susinios, que entabló una fuerte amistad con Pedro Páez, quiso que el misionero le acompañara en las campañas para poder recibir sus consejos, así, en una de ellas, el 21 de abril de 1618, llegaron a unos 100 kilómetros al sur del lago Tana dondedescubrió el nacimiento de una de las fuentes del Nilo, el Azul.

Susinios se convirtió al catolicismo en marzo de 1622. Poco después, el 25 de mayo de ese mismo año, la aventura de Pedro Páez llegaría a su fin con su muerte en Gorgora, a orillas del lago Tana en donde se encuentra enterrado y en donde construyó una iglesia. Una vida de leyenda que luego, durante siglos cayó en el olvido y que en los últimos años ha logrado protagonismo. Algo que “un escocés” trató de hurtarle. Sin éxito.