Memoria Histórica

A la carga de nuevo para demoler el Arco de la Victoria

El Ayuntamiento aboga por la «rehabilitación y puesta en servicio del edificio». La Fundación Franco lamenta el «empeño de la ARMH en borrar todo vestigio de nuestra reciente historia»

El Arco de la Victoria se encuentra a la entrada de Madrid desde la carretera de La Coruña
El Arco de la Victoria se encuentra a la entrada de Madrid desde la carretera de La Coruñalarazon

Después de que la concejala del Grupo Mixto del Ayuntamiento de Madrid Marta Higueras propusiese que se inicie expediente de expropiación para la posterior demolición del Arco de la Victoria, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha registrado una petición en la que reclama a la Universidad Complutense de Madrid (UCM), como titular del monumento, su derribo porque «exalta la victoria de Franco, Hitler y Mussolini».

La entidad memorialista argumenta en un comunicado que «celebra el asesinato de miles de desaparecidos republicanos, la victoria militar del fascismo, la violación de miles de mujeres, la muerte en el exilio de decenas de miles de personas y la construcción de una dictadura que violó derechos humanos desde el primer hasta el último minuto en el que tuvo poder».

En su lugar, la asociación propone que, tras el derribo y sobre sus ruinas, se construya “un monumento dedicado a todas las personas de esa universidad que combatieron el fascismo, sufrieron la violencia y la represión franquista y merecen formar parte notoria de su memoria y de las de toda la sociedad democrática”.

Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid, a través del Área de Cultura, Turismo y Deporte, y la Universidad Complutense está negociando un convenio que tiene por objeto la cesión del uso del Arco de la Victoria, así como de la parcela, para su puesta en valor como elemento patrimonial, con interés cultural y turístico, manteniendo la cesión del uso de su subsuelo a favor del Consorcio Regional de Transportes de Madrid.

Fuentes del consistorio indican a LA RAZÓN que para ello se ha elaborado un informe que detalla el estado de conservación, así como de un anteproyecto de las obras necesarias para reparar los daños y patologías existentes, que devuelvan el bien a un estado de conservación idóneo. En este análisis se comprueba que la situación de abandono y deterioro es patente, encontrándose los acabados interiores muy afectados.

Los procesos patológicos más acusados son los producidos por las humedades de filtración de agua de lluvia y por el estado de las instalaciones de evacuación de agua. No existen, sin embargo, grandes daños estructurales, más allá de las llamativas grietas horizontales que parten el granito a la altura de la bóveda de la sala del ático, a consecuencia de movimientos originados en la construcción del intercambiador, y presumiblemente estabilizados a día de hoy. El informe explica que el procedimiento sería la rehabilitación y puesta en servicio del edificio, a falta de valorar si llevaría asociado su apertura, o no, al público.

“Que eliminen la Seguridad Social”

Por su parte, la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), lamenta en declaraciones de su presidente, Juan Chicharro, que la ARMH «no cesa en sus empeños de borrar todo vestigio de nuestra reciente historia. No les basta con que en Madrid ya no exista en el callejero ninguna alusión a personas del régimen y sean numerosas las relacionadas con los perdedores: Indalecio Prieto, Largo Caballero, Azaña, etc».

Y «puestos a borrar vestigios franquistas», anima a «que eliminen la Seguridad Social, grandes centros hospitalarios, 556 embalses, más de 300 pueblos de colonización, decenas de universidades, la ONCE, la SEAT y, por supuesto, la gran herencia del franquismo: la clase media, aunque en eso ya van por buen camino».

El Arco de la Victoria, construido entre 1953 y 1956, fue promovido por la Comisión Permanente de la Junta Rectora de la Ciudad Universitaria y, en la actualidad, mantiene su titularidad el Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria, entidad que cedió el subsuelo del monumento al Consorcio Regional de Transportes de Madrid para la construcción del intercambiador de Moncloa, situado en una de las entradas a la capital.