Opinión

La Ley Ómnibus de Madrid: una norma para el siglo XXI

Más de 50 textos normativos autonómicos para facilitar la relación con la Administración e impulsar mejoras laborales para nuestros bomberos, agentes forestales y policías locales, además de hacer frente al problema de la vivienda o la violencia de género

Vista del hemiciclo en una sesión plenaria, en la Asamblea de Madrid
Vista del hemiciclo en una sesión plenaria, en la Asamblea de MadridAlberto OrtegaEuropa Press

La Ley Ómnibus es una norma largamente esperada, pues viene a dar respuesta y a solucionar problemáticas existentes en la actualidad, algo de lo que se beneficiará el conjunto de los madrileños. Precisamente porque es una ley que modifica más de 50 textos normativos autonómicos, recibe el nombre de Ómnibus.

Para ser conscientes del alcance de esta legislación, hay que partir de la premisa de que Madrid quiere seguir prosperando, pues somos una sociedad dinámica y pujante desde nuestra pluralidad y qué mejor para ello que hacer posible que los madrileños puedan seguir llevando a cabo sus proyectos de emprendimiento y de vida en libertad.

Para ello se posibilita que, en la relación con la Administración autonómica, los trámites sean más fáciles y ágiles, apostando de manera definitiva por la digitalización de esta.

Además, ofrece soluciones reales para que los madrileños sigan disfrutando de sus recursos medioambientales, con protección de éstos, sin limitar las posibilidades de desarrollo económico de los municipios, los cuales también podrán optimizar recursos agrupándose entre ellos.

La norma también resuelve que los jóvenes tengan mejor acceso a una vivienda, así como beneficia a los profesionales de los servicios sociales y sanitarios mejorando trámites en la gestión y atención al ciudadano y, por ejemplo, incorporando médicos extracomunitarios en las especialidades que tienen más carencia hoy de profesionales. Entre otras cuestiones, otorga mejoras laborales para nuestros bomberos, agentes forestales y policías locales; da soluciones para las víctimas de violencia de género, para quienes todo lo que podamos ofrecerles nunca será suficiente, y genera mejoras para los más necesitados, beneficiarios de las diferentes prestaciones del RMI, posibilitándoles más opciones formativas y laborales. Sorpresivamente -o no tanto-, la izquierda madrileña ha votado en contra esta ley. Demuestran un desinterés por los problemas diarios de los madrileños absoluto y una falta de empatía total con sus necesidades cuando priorizan seguir anclados a unos presupuestos ideológicos muy rancios y antiguos que ponen por encima de todo. Esta incomprensión por el madrileño normal y su día a día, ante lo que el Partido Popular siempre da soluciones, es lo que hace que les vaya tan mal en las urnas en Madrid. En definitiva, hemos aprobado la Ley Ómnibus para adecuar la legislación madrileña al Madrid del siglo XXI.