Madrid dice adiós a su último autobús diésel

Hasta hoy, habían circulado por las calles de Madrid más de 5.000 autobuses diésel, según los registros de la empresa municipal que abarcan desde el año 1974. Y decimos que hasta hoy, porque es precisamente este viernes cuando el último vehículo diésel que quedaba en la EMT ha apagado su motor para siempre. Concretamente, de la línea 200, y que hacía el recorrido Avenida de América-Aeropuerto. Así, a partir de ahora, la flota de autobuses municipales será 100% limpia.

Desde el Área de Medio Ambiente y Movilidad que preside Borja Carabante explican que Madrid se sitúa como la primera gran capital europea que puede presumir de contar con un transporte público plenamente “verde”. De hecho, se trataba de una promesa que realizó Martínez-Almeida en 2020, cuando aseguró que, antes de 2023, no quedaría ningún autobús propulsado por diésel. Todo ello, por cierto, coincidiendo con el 75 aniversario de la EMT.

A tal fin, el Consistorio ha adquirido 1.291 autobuses nuevos y limpios para renovar el 60% de la flota. Se trata de modelos que la Unión Europea incluye bajo el criterio de limpios según la Directiva de Vehículos Limpios. Así, la actual flota pasa a estar compuesta por 1.915 autobuses de GNC (gas natural comprimido) y 180 buses eléctricos. El próximo año, además, EMT incorporará los 10 primeros autobuses de hidrógeno y otros 150 nuevos autobuses eléctricos.

Hay que recordar que, hasta el año 1994, la totalidad de la flota de EMT estaba compuesta por autobuses diésel: 1.862 vehículos de gasóleo formaban la totalidad de la flota madrileña. Fue en ese año cuando las autoridades municipales comenzaron a adquirir de los primeros modelos alimentados por GNC, una solución segura desde el punto de vista medioambiental.