Denuncia
La cabeza de Franco ensartada en la estatua del legionario, ¿un fake?
El cabecilla de la acción se jacta de «hacer creer una realidad que no existe» en su tesis doctoral, donde habla de fotomontajes y videomontajes en «un universo ficticio»
Un colectivo de activistas autoproclamados «anticolonialistas y antirracistas» abrieron el año con la escenificación de una protesta en la que colocaron, atravesada en la bayoneta del legionario de la estatua inaugurada el pasado 8 de noviembre en Madrid, la cabeza de látex de Francisco Franco obra del artista Eugenio Merino.
La composición de la escena, que comparten por momentos hasta cinco personas, ha despertado sospechas no solo respecto a las fotografías sino también sobre el vídeo –publicado en el medio digital El Salto–, por si pudiera tratarse de un montaje. El argumento se basa en la figura de uno de los protagonistas de la «performance», Fiacha Jorge O’Donnell Pina, autor del vídeo en el que varios sujetos con mascarilla protagonizan la acción ante la escultura del legionario obra de Salvador Amayainaugurada por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida.
El letrado y experto en Memoria Histórica–y miembro de la Plataforma Patriótica Millán Astray– Guillermo Rocafort señala a este diario que «despierta muchas sospechas, por cuanto el fondo de la grabación aparece como un decorado sin ningún movimiento; la escalera que se ve en el suelo en una fotografía no encajaría con la usada y porque las imágenes que han trascendido huelen a Photoshop a distancia, amén de que ni la Policía Municipal ni el Ayuntamiento de Madrid tienen constancia del vandalismo, entre otras cuestiones que despiertan mil dudas e interrogantes».
Pero especialmente apunta a que el autor del vídeo es un «doctor» en fakes, «como se acredita en su tesis doctoral». En este sentido, «es muy clarividente» el texto de la página 82 de su investigación, donde Fiacha O’Donnell afirma: «El fake es un recurso utilizado en infinidad de contextos, desde el político al artístico, pero en general consiste en manipular documentos con el objetivo de hacer creer una realidad que no existe. Los géneros de ficción convencionales se diferencian de este tipo de montajes debido a una serie de evidencias que señalan que todo forma parte de una construcción irreal. El fake, por el contrario, oculta su trampa y trata de hacer que la mentira sea lo más irreconocible posible, ya que su misión es aparentar verosimilitud. En algunos casos, la realidad supera la ficción provocando que se tambaleen los límites entre una y otra. Las fronteras entre estos peliagudos conceptos cada vez son más difusas en un contexto dominado por la representación digital. No solo la mayor parte de lo que vemos es susceptible de pertenecer a un montaje, sino que la propia idea de realidad se construye desde los convencionalismos culturales más hegemónicos».
Su tesis doctoral lleva por nombre «Definición de criterios para una propuesta taxonómica de las artes de “Acción” en Madrid (1998-2018)», en la que él mismo se confiesa autor de un fake que llegó a tener transcendencia penal, denominado Comando 28 en el que consiguió, según él, penetrar en la realidad oficial de una investigación policial antiterrorista, afirmando de sí mismo: «El artista Fiacha O’Donnell construye todo un universo ficticio en internet sobre un grupo antisistema denominado Comando 28. Ni los personajes ni las acciones que realizan estos individuos son reales, todo se formaliza a través de videomontajes y fotomontajes publicados en la red con el objetivo de dar a entender que el comando está operativo y que las intervenciones que realizan son reales, pero todo pertenece al ámbito de la ficción».
La propia productora del autor, 38 Editions, ha publicado la historia de Comando 28 en Youtube, y tiene una cuenta en Twitter del falso grupo.
Otro de sus fakes más destacados –ilustrado con todo detalle en su tesis doctoral– es el de los «cocineros pajeros», un planteamiento de ficción de dudoso gusto.
Mención aparte merecen para Rocafort las fotografías de Álvaro Minguito que ilustran la acción, «un canto al Photoshop mal hecho».
La tesis del fake la comparte el general de División retirado Rafael Dávila, para quien se trata de «un videomontaje burdo y tan cobarde como todo el hecho en sí, en el que a cara enmascarillada un personaje suelta un inentendible discurso, perorata en la que no se sabe muy bien lo que anuncia. Un vídeo falso, montado y enmarcado en la cobardía».
Fiacha O’Donnell fue condenado en 2016 por atentado contra los sentimientos católicos tras colocar un artefacto detrás de un confesionario en la iglesia de Quijorna. Entonces se identificaba como «Fiacha Jorge O», y su pena fue de seis meses de prisión.
En la página web del Poder Judicial se detalla su responsabilidad y hechos en estos términos: “El fiscal relata en su informe de calificación provisional elevado a la Sala que, sobre las 12:30 horas del 12 de octubre de 2013, el acusado Fiacha Jorge O. P. accedió a la Iglesia de la localidad madrileña de Quijorna, en la que se estaba celebrando una misa conmemorativa del día de El Pilar, patrona de la referida localidad, y en la que se concentraba gran cantidad de gente con motivo de la celebración. Puesto previamente de acuerdo con el también acusado, Guillermo G. I., y con la finalidad común de interferir en el normal desarrollo del acto religioso y crear una situación de desconcierto generalizado entre los asistentes, el acusado colocó una bolsa cerca del confesionario del templo. Dicha bolsa contenía en su interior un radio-cd-despertador, preparado de común acuerdo con Guillermo, y con una luz de led en posición de encendido. Al aparato habían conectado una memoria USB y lo habían envuelto todo ello en cinta de carrocero. En el USB habían grabado con anterioridad el himno del ‘Cara al Sol’, así como la sintonía oficial del Partido Popular, que había de sonar pasados unos minutos, aprovechando la temporización del radio-cd. Cuando habían transcurrido aproximadamente unos diez minutos desde el inicio de la misa, y ante las sospechas levantadas por uno de los asistentes de la colocación de dicha bolsa, fueron avisados los agentes de la Policía Local de la localidad, quienes desalojaron de inmediato la iglesia, quedando por consiguiente interrumpido el acto religioso.”
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