Comunidad

Madrid: la ciudad que dijo “no” a la construcción y que ha visto disparado el precio de la vivienda

Rivas Vaciamadrid, que vetó a las constructoras en noviembre de 2021, ha visto cómo la compraventa de segunda mano se encarece casi un 9%, por encima de la media nacional, regional y de Madrid capital

Obras de construcción de viviendas en Rivas, en agosto de 2021
Obras de construcción de viviendas en Rivas, en agosto de 2021CIPRI PASTRANO DELGADOLa Razón

En octubre de 2021, los vecinos de Rivas-Vaciamadrid acudieron a las urnas. No estaba en juego el equipo de Gobierno, liderado por IU en coalición con PSOE y Podemos. Los ripenses habían sido convocados para un «referéndum popular»: ¿estaban o no de acuerdo en paralizar el crecimiento urbanístico de la ciudad? Bajo el eslogan «Rivas, párate a pensar», ganó el «sí» con más del 80% de los votos. Una consulta en la que participó menos del 20% del censo y en la que se podía votar a partir de los 16 años.

De esta forma, el Ayuntamiento, entonces liderado por Pedro del Cura, se arrogaba la voluntad popular a la hora de frenar el urbanismo. Un proceso que comenzó en julio de 2021, cuando el Pleno del Consistorio aprobó la suspensión cautelar de licencias en el desarrollo del Cristo de Rivas. Unos terrenos que pertenecen casi en su totalidad a la empresa Jarama, principal promotora del municipio que, desde hace dos décadas, trabaja exclusivamente en la ciudad. Sin embargo, la pretensión del Ayuntamiento no se limitó a esa zona: un mes después de la consulta, en noviembre de 2021, el Pleno decretó la suspensión de licencias en todo el municipio. Una medida prevista en la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid por espacio de un año y prorrogable a dos, algo a lo que Rivas se ha acogido. El argumento para la prórroga es que el Consistorio necesitaba tiempo para modificar su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Un plan en el que busca definir, de la mano de la ciudadanía, su modelo de ciudad, apoyados en un informe elaborado por Ezquiaga Arquitectura.

IU, PSOE y Podemos han señalado frecuentemente un término a erradicar del municipio: la «especulación». Por otro lado, todo relato debe contar con un enemigo: la Comunidad de Madrid. Y es que el Ejecutivo, según Rivas, se ha negado a propiciar a la localidad las dotaciones de Sanidad y Educación que necesita.

Así, han pretendido dar prioridad a la dotación de infraestructuras: un centro de salud, un nuevo colegio, un enlace con la M-50 que supone una de las grandes reivindicaciones del municipio... El Consistorio se ha centrado en dos proyectos: el traslado de la subestación eléctrica situada en la Avenida de la Democracia, terrenos clave para la conexión del municipio con la M-50, y el inicio de las obras de ese enlace, que, en principio, deberían finalizarse en junio de este año.

Precio del metro cuadrado de vivienda
Precio del metro cuadrado de viviendaMiguel Roselló

Con todo, el frenazo en la construcción de Rivas ha dado como resultado un efecto colateral no deseado: el aumento del precio de la vivienda de segunda mano. Así lo revelan los datos del último informe de Idealista, con fecha de enero de 2023. Desde julio de 2021, momento en el que comenzó el «frenazo» urbanístico en el municipio, el coste por metro cuadrado ha pasado de 2.238 euros a 2.435. Casi un 9% más en una población que, según los datos del INE, es la segunda que más crece porcentualmente en la región.

Es cierto que la subida del precio de las casas ha sido generalizada en toda España. Ahora bien: porcentualmente, el caso de Rivas supera la media. Así, a nivel nacional, en ese mismo periodo de tiempo, el coste ha pasado de 1.826 a 1.922 euros por metro cuadrado: algo más de un 5%. Y en lo que se refiere al conjunto de la Comunidad de Madrid, ha pasado de 2.954 a 3.126 euros: un porcentaje inferior al 6%. Algo similar ocurre si comparamos Rivas con la capital, donde los precios ascienden año tras año. En este último año y medio, el metro cuadrado en Madrid ciudad ha pasado de 3.760 a 3.929 euros. Un incremento que no llega al 5%. Casi cuatro puntos porcentuales menos que Rivas.

El ejemplo de Rivas también sale perdiendo en comparación con su distrito limítrofe de la capital: Villa de Vallecas: de 2.394 a 2.588. En este caso, la subida no llega al 7%.

¿Qué ocurre mientras en otros municipios de la Comunidad? Hay otra localidad que ha sufrido un incremento considerable: su vecina Getafe. El metro cuadrado ha pasado de los 1.973 euros a los 2.137. Aún así, se trata de un aumento inferior al de Rivas, en este caso del 8,3%. Mientras, en Fuenlabrada, la subida ha sido inferior al 6% (de 1.804 euros a 1.906); en Leganés, del 7,5% (de 1.990 euros a 2.140); en Torrejón, del 5,15% (de 1.921 a 2020 euros)... Para ver un aumento superior, hay que desplazarse a Alcorcón, que pasado de los 2.084 a los 2.356 euros. Un incremento mayor del 13%.

Por otro lado, hay que tener en cuenta también un factor sociológico en la localidad. El «bastión rojo» madrileño vio como, en las elecciones anticipadas de mayo de 2021, el PP se convertía en el partido más votado con un 34% de los votos. Un resultado significativo, teniendo en cuenta que, en 2019, la cifra «popular» fue de un 10%. Fuentes del sector argumentan a LA RAZÓN que uno de los motivos del «frenazo» por parte del Ayuntamiento podría estar en el hecho de que, cada vez más, proliferan las rentas más altas en el municipio.

Tras el adiós de Pedro del Cura y la llegada de la alcaldesa Aida Castillejo el pasado verano, se ha levantado parcialmente la suspensión de construir en Cristo de Rivas. Sin embargo, la oferta de vivienda nueva en la localidad sigue siendo, a día de hoy, un enigma.

La ideología por encima de las necesidades sociales

La promoción inmobiliaria es un sector enormemente complejo, en el que confluyen circunstancias de todo tipo: la situación macroeconómica, el precio de las materias primas, los cambios sociales, la regulación urbanística, las infraestructuras de movilidad... Todo afecta en un sector esencial para la economía española, ya que supone un 20% del PIB, de manera directa e indirecta.
Pero lo más importante es que el sector inmobiliario es un agente social clave. Las compañías de promoción y construcción inmobiliaria ‘levantan’ las viviendas, tanto libres como protegidas, que los ciudadanos necesitan para acometer sus proyectos de vida. Especialmente importante es el acceso a la vivienda de la población en edad de emanciparse. Por eso en ASPRIMA, la asociación de promotores inmobiliarios de Madrid, trabajamos con los diferentes agentes y administraciones en medidas que faciliten el acceso a vivienda de los más jóvenes, para que puedan formar su propio hogar antes de lo que lo hacen actualmente, y reducir así una de las mayores diferencias sociales que tenemos con el resto de la Unión Europea. Es una cuestión de vital importancia para el devenir de nuestra sociedad, puesto que su demografía está seriamente afectada por este problema de emancipación tardía.
Además, las empresas que desarrollamos y construimos viviendas tenemos la capacidad de adaptarnos a los cambios económicos, sociales y regulatorios que se van produciendo. Por ejemplo, apostando claramente por proyectos más sostenibles gracias a las energías renovables, que suponen un ahorro de la factura energética de hasta un 80% respecto a una vivienda con una antigüedad mayor a veinte años.
En todos estos aspectos, estamos comprometidos con las administraciones, que nos marcan las reglas del juego. Y necesitamos normas urbanísticas claras y flexibles que nos den seguridad jurídica para dar una mejor respuesta a una enorme demanda de vivienda nueva: el INE calcula que se crearán anualmente una media de 180.000 hogares en toda España hasta 2037, 45.000 de ellos en la Comunidad de Madrid.
Todo este ecosistema, que crea vivienda, prosperidad, empleo y recaudación fiscal, puede quebrarse con facilidad si se dejan de lado los criterios técnicos y jurídicos en aras de posicionamientos exclusivamente ideológicos. Algunos políticos tienen la tentación de jugar a la ingeniería social con el urbanismo. El resultado sería completamente contrario a sus objetivos.
Es lo que estamos viendo en los últimos meses en Rivas-Vaciamadrid. El Pleno del Ayuntamiento decidió el 25 de noviembre de 2021 paralizar la concesión de licencias en todo el municipio durante dos años. Es un tipo de medida prevista en la Ley 9/2001 de la Comunidad de Madrid, pero no de la manera en la que se acometió en Rivas.
El problema, en este caso concreto, es la ausencia de motivación. El Ayuntamiento justificó su medida con documentos posteriores al Acuerdo del Pleno. Además, dichos documentos, emitidos después de la propia decisión municipal, no justifican la adopción de una medida tan lesiva para todo el municipio.
Con esa ausencia de explicación mínima de los objetivos perseguidos, la documentación señala que se acuerda una suspensión de alcance general para todo el municipio, y que “una vez hayan avanzado lo suficiente los estudios de información y el diagnóstico de la situación actual, podrá adecuarse el ámbito de la suspensión de licencias a lo estrictamente necesario”. Es decir, se acuerda la suspensión de las licencias en todo el municipio sin razones concretas y cuando ya se disponga de información y análisis mínimo se verá si esa suspensión se alza en todo o en parte del municipio.
Otra cuestión importante es que la doctrina del Tribunal Supremo establece que el plazo máximo de suspensión facultativa es de un año, y no de dos. No se ha cumplido ninguna de las tres posibilidades que recoge la Ley para un plazo de dos años: aprobación inicial de un nuevo Plan, modificación del Plan o revisión del Plan durante el primer año de suspensión.
¿Qué va a suceder a corto plazo? Debido a esta paralización ideológica en Rivas, el problema de acceso a vivienda de los jóvenes dentro de la Comunidad de Madrid se va a agravar. Es una evolución totalmente contraria al que ha tenido el municipio en estos últimos ocho años, cuando ha crecido en más de 15.000 habitantes gracias a una política urbanística y de ciudad dirigidas a solucionar el problema de la vivienda.
Siento ser agorero de un incremento significativo para los próximos años de los precios en Rivas, tanto de compra como de alquiler, pero ya tenemos los primeros datos claros: según el portal especializado Idealista, entre julio de 2021, cuando el Ayuntamiento empezó a frenar el urbanismo, y diciembre de 2022, los precios en la ciudad de la vivienda usada crecieron un 8,2%, frente al 4,7% de la ciudad de Madrid y el 5,6% del conjunto de la comunidad. Si no se cambia el rumbo, se está iniciando un proceso que supondrá una expulsión de parte de la propia población de Rivas: la mayoría de los hijos de las familias de Rivas –los hijos de los que llegaron a la localidad en los ochenta y los noventa, cuando despegó- deberá buscar su futuro en otros municipios. Y también habrá consecuencias económicas: una ciudad sin apenas actividad urbanística es una ciudad sin apenas pulso empresarial, que languidece. Esperemos que el Ayuntamiento rectifique y se dé cuenta de que no se puede maltratar un motor económico tan potente como la promoción inmobiliaria.
Daniel Cuervo, director general de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima)