Últimos avances
Un ajuste de cuentas, detrás del asesinato del hermano de Villacís
Una española de 52 años, la conductora, primera detenida tras los disparos a Borja, quien tenía antecedentes y una causa abierta por narcotráfico
«La Policía ha llegado de inmediato», contaban ayer, aún asustados desde el restaurante Lar de Domingo, situado a 500 metros del tiroteo que acababa con la vida de Borja Villacís, hermano de la exvicealcaldesa de Madrid Begoña Villacís, en Montecarmelo, entre los kilómetros 5 y 6 de la carretera de Fuencarral a Alcobendas (M-612). La víctima se encontraba en su coche, cuando otro vehículo le cortaba el paso. Hasta dos ocupantes salían armados de ese BMW, más la conductora. Tras una fuerte discusión, acababan a tiros con la vida de Borja, de 41 años.
Las primeras investigaciones apuntan a que en el coche de la víctima podía viajar otra persona, que acudía horas después a Urgencias de la Fundación Jiménez Díaz, presentando varias heridas de bala. Este herido se encuentra en estado grave aunque fuera de peligro. Además, desmentían desde este restaurante que el asesinato se produjese a la puerta de su establecimiento: «De hecho, nos hemos enterado de lo ocurrido por la Policía. Nos han pedido cerrar las puertas del restaurante por seguridad», en torno a las doce de la mañana, cuando el establecimiento acababa de abrir. También aseguran no haber tenido ningún contacto con el fallecido. De momento, se cree que podría tratarse de un ajuste de cuentas.
Fuentes de Policía Nacional confirmaban que, poco tiempo después del suceso, se detenía en Plaza Elíptica a la presunta autora, de nacionalidad española y 52 años. La mujer acumula varios antecedentes policiales y un arresto reciente por parte de la Guardia Civil. Las unidades sanitarias que se trasladaron al lugar de los hechos trataron de reanimar sin éxito a la víctima, hallado en la cuneta con heridas por arma de fuego en cabeza y tórax. Hasta el lugar también se trasladó un gran despliegue policial, entre ellos agentes de la Policía Científica y del grupo V de Homicidios de la Policía Nacional de Madrid. Allí recogieron pruebas y los casquillos de un rifle de caza, de calibre 7,62 milímetros. Poco después los agentes también hallaban cerca del lugar, en las inmediaciones de las instalaciones del grupo Mediaset, una caja y una bolsa con armas de fuego, que podrían ser propiedad de los homicidas.
Según vecinos y trabajadores de la zona, 50 agentes y una veintena de furgonetas policiales buscaron durante horas a un presunto implicado en un descampado, además de pedir información a un hotel cercano, por si se hubiesen alojado en él o hubiesen percibido algún comportamiento sospechoso durante los últimos días. Se trata de un punto de paso y tranquilo, donde nunca había ocurrido ningún altercado parecido. También colaboraron en las primeras investigaciones agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), un helicóptero, un dron e incluso la Unidad de Caballería. Tras lo ocurrido, la M-612 se mantuvo cortada al tráfico en ambos sentidos por las labores de investigación.
Minutos después, comenzaba a circular por las redes un vídeo que arrojaba más luz sobre el modus operandi de los ocupantes del BMW. En las imágenes solo se percibe a dos personas, una vestido con ropa oscura, apresurándose a cambiar la matrícula del vehículo, con la intención de no ser detectados. También se observa cómo se deshacen de ciertos objetos. Así, aún no se ha podido confirmar la participación de un tercer implicado en el asesinato.
Los antecedentes de Borja
El hermano de la exdirigente de Ciudadanos ya había saltado a la luz pública por sus vínculos con los movimientos de ultraderecha. Miembro de los Ultra Sur, Borja fue condenado a seis meses de prisión por agredir en el año 2004 a un chico de 21 años en Moncloa. El joven salió de un pub del distrito acompañado de cuatro chicas y fue perseguido por varios ultras, entre ellos el hermano de Villacís, que le alcanzaron en la calle de Hernani, donde le insultaron y le golpearon al parecer sin más motivo que la ingesta de alcohol, pues no medió provocación ni discusión. Los cuatro detenidos tenían en su haber dos puños americanos, unas tijeras y un cuchillo con funda. Además, en el interior del vehículo los agentes también encontraron una navaja multiusos con funda, panfletos y pegatinas con simbología «nazi ultrasur». En ese momento, el hermano de Villacís ya contaba con antecedentes policiales por delitos de lesiones, daños y desórdenes públicos. Se le condenó por agredir en el mismo año a dos hombres que defendieron a una chica a la que él le profería insultos racistas en el Metro de Santiago Bernabéu.
En la actualidad, Villacís estaba investigado por tráfico de drogas y blanqueo de capitales en una causa que instruye desde hace seis años el Juzgado Central número 5 de la Audiencia Nacional. Según fuentes de la Guardia Civil, el fallecido formaba parte de uno de los clanes de droga más importantes de España, ya desarticulado. En concreto, se trata de una causa fruto de la operación denominada Águila-Frazen contra varias organizaciones dedicadas al narcotráfico, entre ellas la de Antonio Menéndez, alias el Niño Skin, un neonazi que habría ejercido de líder de Ultra Sur.
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