La alcaldesa de Valencia considera "indocumentada" la oposición de la izquierda madrileña a la mascletà

La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha desatado la polémica al criticar la postura de la izquierda madrileña y valencianaen contra de la mascletà programada por el Ayuntamiento de Madrid para este domingo. En declaraciones a los medios durante un desayuno informativo, Catalá calificó la postura de "un poco cateta" e "indocumentada". Asimismo, considera un "insulto" a los valencianos la oposición a este evento en Madrid y argumenta que la crítica proviene del "desconocimiento de la cultura valenciana y la pirotecnia en general".

La alcaldesa defiende la celebración de eventos similares en otras partes del mundo, citando ejemplos como Sídney, Japón, San Sebastián, París, Disney, Canadá, Alemania y diversas ciudades españolas. Catalá ha expresado su convicción de que el evento "se llevará a cabo", a pesar de la oposición legal por parte de una protectora de animales que alerta sobre posibles daños a la fauna en la zona del Puente del Rey, en Madrid Río, y junto a la Casa de Campo.

La política valenciana subraya la presencia de "miles de valencianos" que planean disfrutar del espectáculo en Madrid, destacando la importancia de la unión turística y cultural entre ambas ciudades. Catalá insta a evitar que el debate político afecte a esta relación positiva y sugiere dejar las disputas para después. Además, destaca la curiosa percepción de que los valencianos parecen ser "extraterrestres" debido a la frecuencia con la que viven la experiencia de una mascletà durante 19 días consecutivos en su ciudad.

Todo dependerá de la decisión de un juez

El juez de lo Contencioso-Administrativo número 8 de Madrid debe tomar una decisión antes de las once de la mañana del viernes respecto a la solicitud de suspensión cautelar de la mascletà planeada por el Ayuntamiento de Madrid. La protectora de animales Salvando Peludos ha presentado un recurso solicitando medidas cautelarísimas, argumentando el potencial perjuicio al espacio natural que ha sido objeto de renaturalización desde 2016 y advirtiendo sobre el riesgo de una masacre entre la fauna.