Quinta de Los Molinos

Los almendros dan la bienvenida a la primavera

Los 1600 árboles con los que cuenta este parque ya han alcanzado su eclosión que desaparecerá en solo una semana

Visitantes acuden a la finca “Quinta de los Molinos” para ver los almendros en flor
Visitantes acuden a la finca “Quinta de los Molinos” para ver los almendros en florAlberto R. RoldánLa Razón

Llegan con una semana de retraso, pero ya están aquí. Un año más, los 1.600 almendros del Parque de la Quinta de Los Molinos vuelven a teñirse de ese color blanco rosado tan característico. Las agradables temperaturas de esta semana, han traído consigo este espectáculo de la naturaleza que muchos madrileños ya estaban esperando y que se ha retrasado nueve días respecto al año pasado. Según los expertos, ya ha alcanzado su pico de la eclosión, fue el pasado viernes día 24, y dura aproximadamente trece días. Por ello, son muchos los que ya se han acercado hasta el barrio de San Blas-Canillejas, donde está ubicado este parque. Y es que su corta floración, hace que después de dos semanas, vuelva a esconderse y haya que esperar de nuevo un año para poder ver este golpe de belleza.

La fecha de la floración depende de la climatología y puede darse a lo largo de tres meses diferentes: siempre entre enero y marzo. Si las temperaturas son suaves y hay más días cálidos de lo habitual, la floración se adelanta; si la climatología es más extrema, con predominancia de más días fríos, la floración se retrasa. Cuando los almendros florecen en enero, se considera que es una floración temprana; si se produce en febrero, como este año, es media, y en marzo es una floración tardía. Además de disfrutar de estos, los visitantes que se acerquen estos días a la Quinta de los Molinos podrán encontrar otras especies como olivos, pinos, higueras, lilos, retamas, romeros, hibiscos, adelfas, avellanos, tarajes y otras menos habituales como feijoas, eucaliptos, azufaifos o paulonias. También de una amplia diversidad de fauna entre la que destacan mirlos, petirrojos, verdecillos, verderones, palomas torcaces, gorriones y jilgueros, entre otras especies.

Pero no es este el único espacio con el que cuenta la capital para disfrutar de este espectáculo natural. Otros rincones como El Parque de El Capricho, en Alameda de Osuna, El Retiro, El Real Jardín Botánico o la Casa de Campo son verdaderos museos naturales donde disfrutar de este fenómeno, de las buenas temperaturas y de la naturaleza sin salir de la ciudad.