Opinión

Antisemitismo a dos velocidades

La aversión a Israel se sustenta sobre bulos que incluso moderados líderes honoris causa cacarean ciegamente

Ayuso en el recuerdo a las v’ctimas del Holocausto en la Asamblea de Madrid
Ayuso en el recuerdo a las v’ctimas del Holocausto en la Asamblea de Madrid. David Jar David JarFotógrafos

España no es un estado en el que los actos antisemitas sean numerosos. Cierto es que su comunidad judía es reducida y discreta, lo que probablemente convierta al país en una «curiosidad» respecto a otros como, por ejemplo, Estados Unidos o Francia. Si, por un lado, ese perfil bajo ha sido un factor importante que ha preservado al judío, por otro lado, ha dificultado grandemente que la mayoría de los españoles haya podido acercarse a sus tradiciones. Pero ese desconocimiento va superándose poco a poco gracias a las incontables iniciativas culturales de estos últimos años, fruto del reencuentro entre la comunidad judía y la sociedad española, de la que es parte orgullosa.

Sin embargo, existe una pista paralela por la que el neo antisemitismo circula a mayor velocidad, y es el odio a Israel; que se expande desinhibido por las redes sociales, los medios de comunicación y sectores políticos y sociales. Así, en un guiño perverso, el día en que el mundo conmemoraba el Holocausto, en Madrid miles de personas salían a las calles para pedir el genocidio de los judíos bajo el cántico «del río hasta el mar»; esto es, la eliminación de Israel con todas sus consecuencias. Esas «almas buenas» que no salieron a defender a los sirios masacrados, ni a las mujeres afganas o iraníes, encuentran en cambio la motivación para desfilar como abogados de Hamás, reivindicando su tenebrosa agenda.

La aversión a Israel se sustenta sobre bulos que incluso moderados líderes honoris causa cacarean ciegamente; llegando a repetir desde sus tribunas falsedades como que Hamás (rama de los Hermanos Musulmanes) fue creado por Israel – versión acunada al calor del libelo de que los judíos financiaron a Hitler–. Tantos años de discursos y conmemoraciones han contenido la expresión del milenario odio producto de la involuntaria ignorancia, pero han allanado el camino al que se manifiesta desde la ideología anti occidental y en la voluntad de no saber.

Por ello, «Nunca más» no puede ser mera consigna, efeméride. Para los judíos es un imperativo vital. «Nunca más» es siempre ahora.

*Masha Gabriel es directora de Camera en español