Antonio Sánchez: «Desde que se casó Almeida, la gente quiere chotis en su boda»

Es habitual verles todo el año en puntos emblemáticos de la ciudad bailando el chotis vestidos de chulapos y chulapas. A él girando sobre sí mismo sin salir de la baldosa imaginaria, prácticamente inmóvil, con su mano en el bolsillo transmitiendo orgullo castizo; a ella haciendo movimientos cruzados en forma de ocho alrededor de él manteniendo siempre el ritmo de la melodía mecánica y repetitiva del organillo que reproduce el chotis de Agustín Lara: «Madrid, Madrid, Madrid». Es el chotis en estado puro el que exhiben Araceli Lorenzo y Antonio Sánchez por las calles de Madrid. Esta pareja de toledanos que llegaron siendo unos niños a Madrid (hace 63 años), padres de cuatro hijos y abuelos de seis nietos, unos bailones del folclore madrileño, se han convertido ya casi en un icono de la ciudad. Y más ahora con el carrusel de fiestas del mes de agosto: las de San Cayetano, San Lorenzo y, en este momento, las de la Paloma, que vive hoy su día grande.

Antonio Sánchez Redondo es socio fundador y presidente de la Asociación Cultural ¡Chotis Siempre Madrid!. «La creamos como tal hace tres años, aunque los que formamos parte de ella, doce personas en total, todos mayores de sesenta años, llevamos ya bailando hace cuarenta años. La creamos para practicar y exhibir el chotis y las buenas costumbres de Madrid por los sitios emblemáticos y por el centro de la capital». De hecho, es la única asociación que cuenta con una ruta autorizada por el Ayuntamiento de Madrid para bailar en la calle chotis todos los domingos del año. Aunque también se animan con los pasodobles, el pericón y la mazurca. «Empezamos a las 12 de la mañana en la Puerta del Sol y cada 10 o 15 minutos nos desplazamos a la Plaza de Santa Cruz, la calle Toledo, Puerta Cerrada, San Bruno, Cuchilleros, Plaza Mayor...Hasta la hora de comer; por la tarde hacemos otra ruta muy bonita: empezamos por Callao, seguimos por Montera, Sol, Sevilla y, para terminar, bajamos a la Plaza de Isabel II y acabamos en el Palacio Real». Además, «la Policía Municipal nos protege, si hay algún incidente, aunque nunca ha pasado nada», detalla.

Antonio cuenta que su pasión por el baile nació un mes de agosto de hace cuarenta años, con las fiestas de La Paloma. «Empezamos bailando el chotis en un parque y nos enamoró de tal manera que, una vez que lo tienes dentro te atrapa por lo que significa y por todo lo que conlleva. Todas las regiones tienen su folclore, pero en Madrid el chotis tiene unas raíces muy profundas y las letras son muy significativas, muy humanas. La música del organillo es una maravilla...Lo llevamos dentro, nos cautivó desde el primer momento». En un día como hoy, los miembros de la asociación comienzan el día bailando, como no podía ser de otra manera. Aunque también cuentan con sitio reservado en la Iglesia de La Paloma, como asociación, a la que acuden vestidos de chulapos. Tras la celebración religiosa toman su «limoná». Ya por la tarde, acuden a la procesión con el estandarte que les representa. Aunque la Asociación la componen una docena de socios fundadores, también cuentan con parejas invitadas y otras que quieren aprender el chotis. De hecho, una de sus funciones es, precisamente, contribuir a mantener vivo este baile tradicional representativo de Madrid con lo que, de octubre a junio, el Ayuntamiento de Madrid les asigna salas de ensayo una hora a la semana donde poder practicar en pareja. «A la gente que nos pide tarjetas por la calle les invitamos a ir y les enseñamos a bailar», dice.

Antonio detalla que no hay domingo que fallen. Tanto si hace frío como si hace calor, como ahora, «lo aguantamos», salvo si hay lluvia. Cuenta que el chotis, lejos de perderse, «está en un momento de auge. Y mucho más con el éxito que tuvo el alcalde el día de su boda. Le doy mucho valor al hecho de que, sin saber bailarlo, dijera que quería un chotis el día de su boda. Le doy un diez...A raíz de esto en muchas bodas se elige abrir el baile con un chotis. Desde que se casó Martínez-Almeida la gente quiere chotis en su boda y cada vez hay más interés por saber bailarlo (...) La gente sabe ya nuestras rutas y nuestros bailes y va a vernos expresamente».

La agenda de la Asociación está «a tope» todo el año porque no solo se exhiben y participan con sus bailes en verbenas y fiestas populares, también reciben invitaciones de colegios y residencias de mayores. «Nos encanta ver que la gente pasa una mañana feliz. Es emocionante. En muchos sitios repetimos y ya nos conocen por nuestro nombre, tanto los niños de los colegios como en las residencias».

¿Qué hay que tener en cuenta para bailar el chotis? «La clave es sentir la música, porque si la sientes, la interpretas. El chotis es sencillo, pero hay que tener en cuenta que manda la mujer en el baile porque nosotros no somos molinillos ni tenemos rodamientos en los pies. Tiene su técnica y sus figuras, pero no deja de ser un baile normal y corriente».