Crimen

Los asesinatos más famosos y macabros de la historia de Madrid

Madrid encabeza la lista de los lugares de España con mayor criminalidad, pero a lo largo de su historia, han surgido sucesos muy recordados por los madrileños

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Madrid encabeza la lista de lugares de España con más asesinatos. Según los datos del Ministerio del Interior de 2022, los homicidios dolosos y consumados han aumentado en la región un 46,9%, pese al descenso de la criminalidad. También ha tenido lugar un aumento muy abultado de los delitos en grado de tentativa, que desde 2019, se ha incrementado un 71,8% (solo de 2021 a 2022 han crecido en un 42,6%).

La ciudad de Madrid acapara un gran número de los sucesos de criminalidad, pero otros lugares como Torrejón de Ardoz, Villa de Vallecas o Arroyomolinos (el lugar de la región que se encuentra a la cabeza en el ranking de criminalidad de 2022 en la Comunidad de Madrid) ven como la delincuencia crece entre sus barrios. Asimismo, uno de cada cinco homicidios en Madrid está relacionado con las bandas juveniles, así como reyertas entre diferentes grupos.

Sin duda, la historia de Madrid, un lugar apoteósico, vibrante y envidia de muchas otras ciudades no solo de España, sino también del mundo, también se ha visto ensombrecida por sucesos macabros y propios de crónicas negras que se han llegado a imponer en la realidad cotidiana. Así, estos han sido algunos de los sucesos que han dejado la huella del crimen en la capital de España.

La asesina de la Calle Fuencarral

Más allá de cuchillos, pistolas o demás armas blancas, lo que quedó claro con este crimen es cualquier objeto puede servir para asesinar a una persona. Un triángulo en el que el fallecido estuvo involucrado con una criada y una cocinera.

El 22 de junio de 1902, Manuel Pastor, vecino del número 45 de la madrileña calle de Fuencarral, aparecía sin vida en su cama, empapado de sangre, después de que la criada, Cecilia Aznar, lo había matado a golpes con una plancha. También fue estrangulado. La razón es que había despedido a la cocinera (amiga de la criada) porque temía que esta acabara con su vida. La detenida intentó deshacerse de las pruebas y huyó a Cataluña, pero fue detenida después de que la Policía encontrara la plancha con restos de sangre y cuero cabelludo de su amo. En 1937, después de cumplir la pena en prisión y haber vuelto tras escaparse, fue puesta en libertad.

Ricardito "El descuartizador"

Si Reino Unido tuvo a "Jack el Destripador", Madrid tuvo su versión española: "Ricardito el Descuartizador". Un crimen originado en Cataluña y que acabó en Madrid. Ricardito era el criado de un hombre de negocios llamado Pablo Casado. Tras varias disputas, el empresario despide a su criado, así que este le ataca con una plancha y lo mata.

Tras el asesinato, Ricardito decide descuartizar el cuerpo, lo mete en una caja de madera y lo factura de Cataluña a Madrid. A su llegada a la Estación de Atocha, la caja se queda allí almacenada durante días, sin nadie que la pida, hasta que un empleado, al percibir un fuerte olor, decidió abrir la caja y se encontró con la sorpresa: vísceras, miembros y demás partes de su cuerpo repartidas como si fuera el escaparate de una carnicería, pero sin la cabeza, que había acabado en el mar. Eso sí, un factor determinante fue que solo tenía un testículo. La Policía dio con Ricardito y, al parecer, el motivo fue una supuesta relación amorosa que mantenían.

Jarabo, con más antecedentes que letras en su nombre completo

José María Pablo de la Cruz Jarabo Párez-Morris es el nombre de uno de los asesinos más temidos de Madrid. Pese a su larga denominación, acabó en la memoria de todos los madrileños tras cometer uno de los crímenes más atroces en el que asesinó a cuatro personas en los años 50, una de ellas, una mujer embarazada. Contaba con una lista de antecedentes similar al número de letras de su nombre, ya que era adicto a diversas sustancia, maltratador, estafador o promiscuo, además de asesino. Y es que las deudas que tenía hizo que asesinara a un matrimonio propietario de una casa de empeños y a su empleada, y posteriormente, a otro de los propietarios. Todos ellos con tiros en la nuca o a golpes con una plancha.

Paco "El orejas"

En la madrileña calle Sainz de Baranda, tuvo lugar otro crimen muy sonado en la capital en enero de 1988. Los asesinados fueron los señores Gardner-López del Moral y su sirvienta, Benita, tras un robo perpetrado por Paco "El orejas", novio de la sobrina de la criada. El motivo fue un robo, y la clave, el que la puerta no hubiera sido forzada. Tanto la chica como el novio andaban enganchados a las drogas, y la muchacha, Mari Ángeles, había empeñado varias joyas y cambiado dólares por pesetas. A Mari Ángeles le cayeron cincuenta y un años de cárcel, y a Paco, cuarenta y cuatro.