Sucesos
Así actuaba Alfredo Galán, el "asesino de la baraja": estos fueron sus macabros crímenes
Netflix estrena "Baraja: la escena de un asesino", un documental en el que se mostrará el terror que sembró este criminal en la Comunidad de Madrid en 2003
Netflix estrena este viernes 9 de junio una serie documenta sobre Alfredo Galán, más conocido como el asesino de la baraja. "Baraja: la firma de un asesino" representará los graves sucesos y asesinatos que cometió este ciudadano español, de 25 años en aquel entonces, en la ciudad de Madrid en el año 2003.
El documental estará compuesto de tres episodios, y será producido por Cuarzo Producciones y dirigido por Amanda Sans Pantling. En él, se desgrana toda la investigación llevada a cabo en aquella época sobre este asesino en serie y que duró varios meses, hasta que la Policía pudo dar con él y atraparle. "Un naipe colocado en las escenas del crimen conecta varias muertes violentas. Esta docuserie sigue los pasos del asesino en serie que aterrorizó España en 2003", dice la descripción del reportaje.
Este documental incluirá testimonios inéditos de los supervivientes y se centrará también en la alarma social que produjo, en especial en la sociedad madrileña, y la influencia y presión de los medios de comunicación en el caso de uno de los españoles más conocidos hasta la fecha.
¿Quién fue Alfredo Galán, por qué era conocido como "el asesino de la baraja" y qué crímenes cometió?
El 24 de enero de 2003, hace ahora más de veinte años, cuando entró en el número 89 de la madrileña calle Alonso Cano y tiroteó a Juan Francisco L, portero de la finca, delante de su hijo de dos años. Un crimen que parecía un ajuste de cuentas o cualquier derivado, hasta que dos semanas más tarde, el 5 de febrero, apareció el cadáver de Juan Carlos Martín, un joven empleado del aeropuerto de Barajas. Junto a él, se encontró un naipe, concretamente, el as de copas. Eso fue suficiente para que, mediáticamente, se conociera al asesino responsable como "el asesino de la baraja".
Su siguiente víctima, Mikel Jiménez Sánchez, fue asesinado esa misma tarde en un bar de Alcalá de Henares. Pero tras conocer su pseudónimo, el criminal también lo aprovechó y utilizó la misma dinámica con el resto de sus crímenes. Y así, las siguientes víctimas aparecían junto a naipes que seguían la escalera del mismo palo. El 7 de marzo, el asesino se acercó a Tres Cantos y disparó contra una pareja. Aunque ninguno de los dos murió, el hombre resultó herido y tuvo que ser ingresado en el Hospital de La Paz. En la escena del crimen, el responsable decidió dejar un dos de copas. Los dos últimos crímenes se le atribuyeron el 18 de marzo. Se desplazó a un descampado en Arganda del Rey y disparó contra un matrimonio rumano, y aparecieron otros dos naipes, el tres y el cuatro de copas.
Cinco meses más tarde del primer hallazgo, y tras una exhaustiva investigación por parte de la Policía, se conoció al asesino: Alfredo Galán Sotillo, que se entregó en la tarde del 3 de julio en la comisaría de Puertollano, en Ciudad Real, su ciudad natal. Galán tenía 25 años en el momento en el que comenzó a matar. Este ciudadrealeño había trabajado como vigilante de seguridad y también era militar. Estando en el Ejército, participó en una misión humanitaria en Bosnia y había estado también destinado en Galicia. Confesó que su primer crimen lo había cometido dos semanas antes,
Todos los crímenes se cometieron con una pistola Tokarev 7,62, que consiguió cuando fue militar en territorio bosnio. La razón de los asesinatos, según el criminal, fue "simplemente experimentar la sensación de quitar la vida a un ser humano". Galán fue condenado a un total de 142 años de cárcel, aunque no estará más de 25 años de prisión y se espera que quede puesto en libertad en 2028.
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