La semana

Ayuso exhibe capacidad de reacción y firmeza ante la oleada de incendios

La afirmación más repetida en Sol: «Son días durísimos, pero Madrid responde»

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el consejero Carlos Novillo visitan la zona afectada por el incendio de Tres Cantos REMITIDA / HANDOUT por COMUNIDAD DE MADRID Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 14/08/2025
La Comunidad pedirá la declaración de zona gravemente afectada por el incendio de Tres Cantos, anuncia AyusoCOMUNIDAD DE MADRIDEuropa Press

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha exhibido esta semana la capacidad del operativo regional en la escisión de la mayor oleada de incendios. El fuego ha calcinado 3.500 hectáreas y ha puesto a prueba la coordinación de los servicios de emergencia madrileños. Según Isabel Díaz Ayuso, la «rápida actuación» de los efectivos ha permitido contener las llamas y que «tres de cada cuatro» incendios se hayan quedado en conatos.

Un engranaje que responde con inmediatez. La aprobación de ayudas para paliar los efectos de los incendios y las detenciones de los presuntos autores han marcado el discurso de eficacia y firmeza del Gobierno regional la semana de mayor confrontación política a costa de las llamas. Tres personas han sido arrestadas como presuntas autoras de siniestros en Arganda, Humanes y Colmenar Viejo. La Policía local de Arganda dio a conocer la detención del presunto autor y las investigaciones abiertas podrían arrogar nuevos nombres.

El arresto de un hombre acusado de incendiar 31 hectáreas de pasto junto a la carretera M-618 y otros sospechosos han reforzado la idea de que Madrid sofoca las llamas y persigue a quienes las provocan.

Esa doble estrategia de contención inmediata y persecución de responsables ha permitido sacar pecho en Sol y mantener que la Comunidad está preparada. Los datos acompañan las afirmaciones de los responsables del Ejecutivo de Ayuso. El incendio declarado en Tres Cantos, el mayor en lo que va de década en la región, ha devorado cerca de 3.500 hectáreas y ha dejado un balance trágico con una víctima mortal. Pese a la magnitud, la coordinación ha evitado una catástrofe mayor, con desalojos preventivos y despliegue de 28 medios aéreos y terrestres, entre otras medidas.

Así lo trasladan desde el Gabinete de Ayuso. La propia presidenta quiso incidir en esa idea cuando visitó el Parque Central de Bomberos en Las Rozas. Allí aseguró que Madrid afronta el verano con el operativo de prevención más ambicioso de su historia: más de 5.000 profesionales entre bomberos, brigadas forestales y agentes de emergencias desplegados en distintos puntos de la región. Subrayó que las labores de desbroce, limpieza de cortafuegos y vigilancia preventiva, iniciadas en primavera, explican la rapidez con la que se pudo contener el avance de las llamas en zonas habitadas. «Días durísimos, pero Madrid responde» es la afirmación más repetida.

Las llamas, sin embargo, no sólo han alterado montes y carreteras. También han golpeado de lleno las infraestructuras. La alta velocidad entre Madrid y Galicia se suspendió por riesgo en las catenarias y la conexión con Andalucía sufrió retrasos y cortes por un fuego en Toledo. En carretera, la M-104 quedó cerrada al tráfico durante horas por el incendio de Colmenar Viejo a la vez que otras interrupciones menores en accesos a la capital.

Este mapa de incidentes ha trastocado el verano madrileño, plagado de fiestas en los municipios de la región. El Gobierno ha suspendido los fuegos artificiales que se lanzan en terrenos forestales o en franjas de 400 metros colindantes a dichos terrenos. Deja a la capacidad de decisión de los municipios que los lancen en el casco urbano, aunque el consejero de Medio Ambiente, Carlos Novillo, ve positiva su suspensión. A las restricciones se suman ahora los cortes de luz anunciados por la Comunidad en diferentes municipios, necesarios –según explican– para reforzar la red eléctrica tras semanas de sobrecarga.

Todo ello se produce mientras la capital lidia con las obras que este agosto condicionan el tráfico. El cúmulo de imprevistos pone a prueba la paciencia de vecinos y conductores, pero las autoridades defienden que el esfuerzo de mantenimiento simultáneo es la única forma de evitar incidencias más graves.

La petición de que las zonas más afectadas por el fuego sean declaradas gravemente dañadas por Protección Civil pretende que Madrid cuente con fondos para la recuperación de terrenos calcinados y compensaciones para agricultores y ganaderos, cuyas explotaciones se han visto arrasadas en la sierra. Se sumarían a las ayudas especiales ya anunciadas por la presidenta para paliar los efectos de las llamas en la región. Lo hizo esta semana después de subrayar el trabajo «hermanado» de la Comunidad de Madrid con las regiones afectadas y de insistir en que «en la lucha contra el fuego no pueden existir las barreras ni la burocracia».

En ese clima, el consejero de Medio Ambiente se ha reunido con el presidente de Tragsa para abordar el conflicto laboral que afecta a las Brigadas Forestales de la región. Con este encuentro, a instancias de la Comunidad, el Ejecutivo autonómico pretende crear y mantener una mesa de negociación que trate las reivindicaciones laborales de las Brigadas en el convenio colectivo. La Comunidad no puede negociar esas mejoras al no ser competente en la materia, ha señalado el consejero, pero quiere ver la manera de implementar los recursos con la empresa del Gobierno.

La tragedia ha golpeado un verano de turismo y terrazas. Una normalidad relativa ha logrado mantenerse sin embargo en la capital, proyectando así una imagen de resistencia frente a la adversidad. Las visitas en la ciudad siguen al alza. Según los datos publicados por el INE esta semana, 948.366 turistas visitaron Madrid en julio, 581.584 de ellos extranjeros y 366.812 residentes en España. Estos realizaron más de 1,26 millones de pernoctaciones, con una estancia media que roza las dos noches (1,93). Al cierre del mes pasado, la región alcanzó una ocupación del 59,63 por ciento.

El fuego ha devastado parte de la región, pero no ha logrado paralizarla. La semana ha dejado claro que, pese a la tragedia, Madrid sigue funcionando.