Fuera de plano

Ayuso moviliza a los suyos para el 23-J y el PSOE reserva a Sánchez en Madrid

La presencia en la calle en la campaña del 23-J será la gran baza de la presidenta madrileña. El líder del PSOE optará por una sucesión de monólogos televisados

Tres semanas después de las elecciones que dieron la mayoría absoluta a Isabel Díaz Ayuso en Madrid, la popular ha arrancado la semana animando a los de su lista a dar la batalla en la próxima campaña del 23-J. Antes de la constitución de la Mesa de la Asamblea, alentó a los diputados del grupo popular a no relajarse y los animó a seguir «ensanchando el electorado» del PP de cara a las elecciones generales. En el minuto 1 de la XIII Legislatura, la presidenta entró en precampaña. Empujó a los suyos a luchar contra el «extremismo» y a lograr que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, consiga la ansiada mayoría.

En la primera planta de Génova, sede de los populares madrileños, están preparados para continuar con el avance hacia el «cambio imparable» del pasado 28-M. Acabar con el «sanchismo» es la meta, en colaboración con la dirección nacional del partido, que tiene previsto contar con Ayuso para algunos de los mítines de campaña.

Mientras en Ferraz se enredaban en la colocación de afines en las listas ante una posible derrota, la presidenta del PP de Madrid configuraba su equipo, aún sin revelar, a la espera de los cambios que realice en el Gobierno de la Comunidad. No será hasta la última semana de este mes cuando se conozcan los nombres del nuevo Gabinete, una vez tome posesión oficial de su cargo. La salida de la inmensa mayoría de los consejeros prevé un cambio radical en la estructura del Ejecutivo que encarará una legislatura sin ataduras. Culminar los proyectos estancados por el «no» de Vox a los Presupuestos será el primer objetivo en el horizonte de las nuevas cuentas, que ya no elaborará el actual consejero de Economía, Javier Fernández-Lasquetty, de vuelta a la iniciativa privada a corto plazo.

La popular preparó el camino para la renovación de su Gobierno enviando a algunos consejeros a la lista del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, mientras otros ya le anunciaron su renuncia para dedicarse a otras actividades fuera de la política. La inclusión de Paloma Martín en la papeleta madrileña de Feijóo ha despejado la duda sobre la continuidad de una de las personas más cercanas a la presidenta.

El equipo será nuevo, con peso de los actuales viceconsejeros y personas de su entorno más próximo. Si mantiene el compromiso de evitar duplicidades entre cargos institucionales y políticos, Ayuso tendrá que tirar de cantera para ocupar el amplio escenario que le otorga la mayoría absoluta.

Con el Grupo popular adaptado a los 70 escaños, la renovación del Gobierno, la investidura como presidenta de la Comunidad y el nuevo organigrama del partido en Madrid, tomará las riendas de la organización para contribuir al éxito del PP en la cita de las generales. Eventos, mítines, actos sectoriales y mucha presencia en la calle serán las bazas de la madrileña, al contrario de lo que el PSOE prevé con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En Moncloa y Ferraz prefieren reservar a su líder para actos acotados, controlados para evitar incidentes, especialmente en Madrid donde poner un pie en la calle es arriesgarse a un abucheo.

Para no cometer los mismos errores que en la pasada campaña, los estrategas socialistas conservarán a Sánchez embalado en su discurso amenazante contra la posible llegada de la derecha al Gobierno. Eso, si no hay un nuevo cambio de guión hasta el 28-J. Y es que en dos semanas, los asesores del presidente han pasado del «trumpismo» a la Economía y de la Economía al terror, un plan que moviliza a la derecha como se ha visto en Madrid. Los anteriores asesores aguaron las cocinadas previsiones del CIS con la sobreexposición del jefe del Ejecutivo a costa del Consejo de Ministros. Fracasaron en su intento por «humanizarle» en actos enlatados durante la campaña de las autonómicas y en ésta pretenden cambiar la ruta manteniéndole, eso sí, fuera de la escena madrileña.

Sánchez utilizó la región como «plató», consciente de que salir a la calle era surfear la ola de pitos en su contra. Optó por inaugurar el curso político en la Moncloa junto a medio centenar de ciudadanos anónimos, todos ellos seleccionados. Y resultó que entre los elegidos había varios cargos del PSOE. La imagen del presidente jugando a la petanca en Coslada con jubilados que se descubrieron socialistas de carnet fue la constatación de la alergia al «directo». El cierre de una biblioteca pública en Fuenlabrada para hablar con cuatro jóvenes beneficiarios de becas, la confirmación del temor a posibles protestas. La pareja a la que visitó con un gesto de empatía forzado remató su credibilidad cuando se descubrió que uno de ellos emparentaba con cargos socialistas. El revés sufrido en las urnas le arrastra fuera de Madrid, circunscripción donde encabeza la lista a las generales, y a optar una sucesión de monólogos televisados.

La presidenta del PP de Madrid ha aventurado que «el cambio en La Moncloa es incontestable» y que Sánchez se encuentra «en un callejón sin salida». Por ello, ha pedido un esfuerzo extra a sus cuadros para «desalojarle» definitivamente y a los madrileños para que acudan masivamente a las urnas el 23-J. No hay respiro.