Vinos de barra
Un blanco subyugante
Qué espectáculo el que se está produciendo en todo ese complejo entramado insular, mineral y volcánico, de insólitas producciones
Al final, el mundo de los vinos canarios es el que nos interesa como aventura por descubrir. Qué espectáculo el que se está produciendo en todo ese complejo entramado insular, mineral y volcánico, de insólitas producciones, y de pequeños zarpazos de viñedos al límite, como de uvas que dicen lo que tienen que contar.
En Tenerife se factura este malvasía con marmajuelo, con suficiente crianza sobre lias y propósitos de espera, que despierta los sentidos, y que nos hace reflexionar sobre lo que debe ser un blanco de tiempos contemporáneos.
A todo este tinglado de un vino tan especial, contribuye una estructura hermosa, una acidez emergente, y una capacidad de sugerir historias a medida que la copa se airea, y el vino empieza a lanzar puñales al bebedor. Mucho terruño, mucha capacidad de interpretarlo, y sobre todo la sinceridad en lo que se proclama.
Dicen los exegetas que la gastronomía es su fin último, y alguno podría pensar que eso es propio de cada saga enológica. En nuestro caso, optamos por entender que la copa de vino tiene esa misma la solución o el repudio por partes iguales de quien ama y odia como línea delgada de la vida inesquivable. Aquí pinta lo primero.
Bodega: Tajinaste
Vino: Paisaje de las Islas 2023
D.O.P.: Islas Canarias
Pvp: 22 euros
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