Gastronomía
Bocanada: la micro taberna en la que descubrir grandes vinos
Amanda Leite apuesta por los vinos naturales y de pequeños productores. Éstos y la comida son el hilo conductor para que la gente se conozca
Bocanada es un pequeño gran destino gastronómico en el que el buen rollo que se genera es lo que engancha, además, por supuesto, de la propuesta ideada por Amanda Leite Fornes, propietaria y alma de este rincón, abierto hace seis meses en el número 5 de la calle León, en el barrio de Las Letras. Amanda es sumiller y nos cuenta que se enamoró del vino durante su época de estudiante en Francia, ya que hizo la carrera de Ciencias Políticas en el Loira. Se formó en nuestro país y, antes de abrir su propio concepto, ha pasado por Kabuki, abrió Media Ración. junto a Fernando Cuenllas, y de ahí quiso seguir aprendiendo en La Caníbal hasta que decidió estudiar un máster de gestión de restaurantes en el Basque Culinary Center: «Aprendí a desarrollar conceptos y a hacer que a la gente le gusten. Bocanada se ha hecho a sí mismo», dice. La carta es pequeña y sencilla, así que aquí el picoteo debe comenzar por unas imprescindibles gildas para continuar con una ración de cecina, otra de jamón y por una tabla de quesos. Los reyes son los bun, ya sea de pulled pork con miel, lombarda y salsa «coleslaw», de roastbeef, con queso fundido, pepinillos y salsa mayo-mostaza, y el de pollo frito. El foie de higaditos de pollo al palo cortado, es otro de los bocados demandados, lo mismo que la ensaladilla rusa con encurtidos. A diario, quien lo desee puede disfrutar de un guiso y de un plato de temporada. Y, para terminar, el bun de cabra, un bollito macerado en leche de cabra con pimienta de Sichuan, canela y naranja. En definitiva, todas las recetas son sencillas y poseen sabores que se llevan bien y armonizan con los vinos naturales, de los que Amanda es una apasionada, y también con todas las etiquetas escogidas, procedentes de pequeños productores. Porque la filosofía de Bocanada no es otra que ser un espacio en el que «el vino y la comida son un instrumento para que la gente se conozca». Porque en él, una única mesa es la protagonista y en ella, los comensales, se conozcan o no, hablan entre sí, porque terminan entablando una conversación. De hecho, hay quienes acuden solos, pero al tercer vino termina por no estarlo. Recuerden, Amanda no admite reservas de más de cuatro personas, en el local entran 20, otra cosa es que lleguen y haya sitio. Son noches apoteósicas. Amanda es una grandísima anfitriona y la responsable de que en este pequeño local, que sus asiduos definen como una micro taberna, ocurran cosas, que el buen rollo entre por la puerta a la vez que esos comensales y numerosísimos cocineros deseosos de pasar un rato divertido en un sitio diferente en el que probar vinos siempre distintos bien escogidos. Porque la sumiller compra pocas botellas de cada referencia con el objetivo de que el comensal descubra ejemplares. Entre ellos Bum Bum Cha, de Milan Nestarec, L’ Anglore Terre d’Ombre, Victoria Torres T más D...
Fiesta gastro en El Sol
Amanda no hace maridajes, no, sino que pregunta a cada uno con qué le apetece empezar: con un tinto, un blanco o un espumoso, copas que oscilan entre los 4,50 euros y los 7, 50. A partir de ahí, ella diseña una armonía con sentido: «Soy independiente a la comida, porque sé que lo que voy a servir sé va a acompañar bien al bocado. Quiero que el comensal venga y no piense ni en el vino ni en la comida, porque la carta es mínima. Solo debe divertirse y beber fenomenal», asegura. ¿Su nuevo proyecto? Una fiesta gastronómica en la sala El Sol. El día, es una incógnita y el cocinero que ofrecerá sus recetas, también, lo que es seguro es que sorprenderá con los vinos escogidos. Se trata de una evolución de esa noche, que tiene lugar una vez al mes, en la que un cocinero invitado acude a dar a conocer sus recetas. Por sus fogones han pasado, entre otros muchos, Sergio García, de Muyummy.
Bun de roastbeef
Lleva salsa mayo-mostaza, pepinillos y queso San Simón. Es uno de los manjares que más gustan en Bocanada, que abre desde las siete de la tarde los miércoles, jueves y viernes. Los sábados (por la tarde, a las ocho) y domingos podemos acudir de una a cuatro.
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