Ocio

BrytSpace, transformar el ocio en experiencias inolvidables

Carlota Ortiz es la fundadora de este proyecto que conecta marcas, espacios y personas a través de cenas, talleres y eventos

Carlota Ortiz, creadora de Brytspace.
Carlota Ortiz, creadora de Brytspace en la Galería Comercial Concept Store Jesús G. FeriaFotógrafos

En plena pandemia, cuando las rutinas se limitaban a las paredes de casa, Carlota Ortiz soñaba con todo lo contrario: crear experiencias que conectaran a las personas con su ciudad, con la cultura local y entre ellas mismas. Lo que empezó como una idea en Londres, donde residió siete años, ha terminado convirtiéndose en BrytSpace, una plataforma de eventos que ya está dando de qué hablar por los eventos que organizan en Madrid, Barcelona y Londres. Hoy nos recibe en uno de los espacios con los que colabora, la Galería Comercial Concept Store. «Siempre me había costado mucho encontrar planes diferentes, nicho, que fuesen más allá de quedar a tomar algo», cuenta a este periódico Ortiz, ingeniera informática de formación. «Me encantaban los talleres de cerámica, las cenas clandestinas, las catas de café… pero era complicado localizarlos y acababa perdiendo horas en redes sociales. Mis amigas me pedían recomendaciones y pensé: ¿por qué no crear un espacio donde estuvieran reunidos?». Así nació BrytSpace, primero como una agenda digital de planes alternativos en Madrid. Ortiz empezó a colaborar con pequeños negocios locales –cafeterías, galerías, restaurantes, estudios creativos...– para darles visibilidad y ofrecer experiencias distintas a un público que busca algo más que ocio convencional.

Con el tiempo, y gracias a la respuesta positiva, la plataforma evolucionó hacia un modelo híbrido: organización propia de eventos singulares y conexión de empresas con proveedores locales para diseñar experiencias a medida. «Lo que quiero es crear un ecosistema de colaboración. Que si un espacio no abre los martes, pueda acoger un evento especial y atraer a nuevo público. Que los proveedores tengan más visibilidad y que los clientes puedan hablar directamente con ellos, sin intermediarios opacos. Transparencia total», explica. Esa visión se materializó el pasado septiembre con la primera edición de las BrytSpace Pop Dinner Parties, celebrada en If You Like Cars, un garaje de coches clásicos en Madrid. Allí, 62 personas disfrutaron de un menú de seis pases diseñado por el colectivo Détail-Disruptive Culinary Studio, con jóvenes chefs de París, Copenhague y Bruselas. Todo ello acompañado de música en directo de la DJ Arena Jäära y una atmósfera envolvente. «El sold out fue inmediato», recuerda Ortiz. «Queríamos que fuese un lanzamiento íntimo, pero la gente pedía más entradas. Lo más bonito fue la sensación de comunidad: proveedores, artistas, comensales… todos aportando para que la experiencia fuese posible».

BrytSpace no funciona como una agencia de eventos al uso. La diferencia está en la forma de trabajar: en lugar de ocultar a los proveedores o imponer opciones, la plataforma los conecta directamente con los clientes. «No quiero que sea un teléfono escacharrado. Si alquilas un espacio o contratas un catering, sabrás exactamente cuánto cuesta y qué se lleva cada parte. Yo solo cobro un ‘‘management fee’’ si el evento se realiza. Nada de tarifas ocultas», aclara la fundadora. La idea, además, está pensada tanto para particulares como para empresas. BrytSpace organiza desde talleres de escritura y sesiones de collage hasta conferencias, afterworks, team buildings o cenas para equipos directivos. Y siempre con un enfoque diferencial: experiencias creativas, colaborativas y adaptadas al público. Antes de que acabe el año está previsto el lanzamiento oficial de la plataforma web, que permitirá a los usuarios encontrar proveedores de calidad, gestionar presupuestos y planificar eventos de manera más ágil y transparente.

Ortiz reconoce que emprender en este sector no es sencillo: «Si hubiera querido estabilidad económica me habría ido al mundo de la inteligencia artificial, que es lo que está en auge. Pero mi pasión son las personas y las experiencias. Decidí arriesgarme, porque si no lo hacía ahora, ¿cuándo?». Tras dejar su trabajo en una empresa de software en Madrid, se dedica en exclusiva al proyecto junto a un equipo de cinco personas. El crecimiento está siendo orgánico, en gran parte gracias al boca a boca y a las redes sociales. Después del éxito de la primera cena clandestina, BrytSpace prepara una segunda edición para noviembre. También están en marcha un tour de galerías con aperitivo, catas de vino, sesiones de dark yoga (yoga a la luz de las velas) y nuevas colaboraciones con artistas y restaurantes. «Mi misión es que la gente disfrute, que se sorprenda y que viva algo único. Ya tenemos suficientes rutinas y pantallas en nuestro día a día. Lo que falta son espacios para conectar, aprender y conocerse de verdad. Eso es lo que quiero ofrecer».