Cultura

Catorce miradas para "El tercer hombre"

Sílex presenta un volumen sobre una obra maestra del cine que acaba de cumplir 75 años

Varios de los autores del libro, en el Casino de Gran Vía, durante la presentación
Varios de los autores del libro, en el Casino de Gran Vía, durante la presentaciónLRM

Tres estrellas inolvidables, un megaproductor, un cineasta inspirado, un escritor virtuoso y una música de cítara que trascendió su origen geográfico. Setenta y cinco años han pasado del estreno de "El tercer hombre" (1949), una de las obras maestras que en mayor medida han inspirado al cine de suspense contemporáneo. Con motivo de la efeméride, el madrileño Casino Gran Vía acogió por cortesía de la Federación de Asociaciones de Profesionales de Radio y Televisión de España la presentación del volumen colectivo "El tercer hombre: 14 visiones de una obra maestra" (Sílex ediciones) que ha coordinado el profesor de Comunicación de la Universidad Carlos III de Madrid David Felipe Arranz.

La moderación de la concurrida mesa corrió a cargo del presidente de la Federación, el periodista Juan Ignacio Ocaña, que fue administrando las nutridas intervenciones de César Antonio Molina, Guillermo Busutil, Gerardo Sánchez, Jaime Vicente Echagüe, Rafael Gordon, Nuria Verde y el editor, Ramiro Domínguez, que hizo hincapié en que se trataba de un libro que quería editar hace años, puesto que se trataba de una de sus películas favoritas desde niño.

La génesis literaria de "El tercer hombre" lleva la firma de Graham Greene, un proyecto de Alexander Korda y London Films en el que David O. Selznick se encargó de la distribución en los Estados Unidos y que nace sobre un encargo concreto de Carol Reed a Greene para una excitante historia de acción que se orientaba en principio al mero entretenimiento: la escritura del guion que transcurría en la durísima Viena de la posguerra acabó convirtiéndose en una de las cumbres de no solo de la historia del cine, sino de la creación artística universal.

David Felipe Arranz conversa con César Antonio Molina
David Felipe Arranz conversa con César Antonio MolinaLRM

David Felipe Arranz explicó que la historia del canalla Harry Lime (Orson Welles) y el trágico relato de la penicilina adulterada es real, y que Greene pudo conocerla gracias a un joven funcionario del Servicio de Inteligencia británico, Charles Beauclerk, que había sido controlador de los Servicios de Información de la Comisión de Aliados en Austria. Este fue quien le descubrió la llamada “Policía Invisible”: agentes que patrullaban la inmensa red subterránea de las alcantarillas de Viena. Cedió la palabra a César Antonio Molina, que destacó la fascinación por el mal que siente la protagonista Anna Schmidt (Alida Valli), enamorada a sabiendas y sin poder evitarlo del villano Harry Lime: “A veces una bella persona como Anna puede enamorarse del peor de los seres, y eso ocurre desde la noche de los tiempos: la atracción del bien por el mal”, explicó el escritor y exministro de Cultura. El periodista y escritor Guillermo Busutil por su parte destacó la extraordinaria fotografía expresionista de Robert Krasker, que construyó en imágenes “un relato de miradas en el que cada uno es la sombra que da sentido a la sombra de los otros”.

Después, el director de “Días de cine” de TVE Gerardo Sánchez hizo hincapié en la factura europea de la película, destacando elementos “noir” propios de la Europa de la posguerra que la diferenciaban del cine negro estadounidense y en la factura del filme, “que funciona a la perfección, como el mecanismo de un reloj”. También el periodista, escritor y guionista Manuel Hidalgo explicó con detalle el nacimiento y la génesis del guion, de relato corto a novela, pasando por el desarrollo del proteico libreto, que fue creciendo y variando durante el rodaje. Más tarde, el periodista de LA RAZÓN Jaime Vicente Echagüe incidió en el protagonismo de la música, con el brillante hallazgo por parte de Reed de Anton Karas y su cítara en los locales de Viena. La periodista de RTVE Nuria Verde compartió el testimonio de su padre, que conoció personalmente a Graham Greene, con el que mantuvo una estrecha amistad y destacó el carácter peculiar del escritor, sus contradicciones y la influencia de su catolicismo en su obra. Y, finalmente, el cineasta y cinéfilo Rafael Gordon incidió en la brillantez de la cinta como cine clásico, valorando la dificultad de Hollywood si hoy en día tuviese que producir una película de semejante factura.

Completan el libro las aportaciones de los escritores y periodistas Lucía Cabanelas, Juan Manuel Corral, Juan Carlos Laviana, Juan Ramón López, Manuela Partearroyo y Eloy Tizón.