Casa Real

Tras más de ocho siglos de historia, echa el cierre en Madrid el monasterio que guardaba la pila bautismal de los príncipes de España

Dicha reliquia ha sido trasladada a la Basílica Nuestra Señora de Atocha para que se mantenga en Madrid

Fotografía de enero de 2006
Bautizo de la Princesa LeonorReuters

El Monasterio de Santo Domingo el Real, situado en Madrid, donde se encontraba desde hace cuatro siglos la pila bautismal de los Príncipes e Infantes de España, ha cerrado sus puertas definitivamente. El objeto ha sido movido a la Basílica Nuestra Señora de Atocha, un templo muy cercano a la Familia Real.

El convento de Santo Domingo ha resistido durante más de 805 años todos los compases de la historia: guerras, revoluciones, saqueos, incendios, abandonos, asaltos, desamortizaciones y traslados. Sin embargo, no ha podido resistir a la falta de vocación y finalmente ha cerrado sus puertas. Las hermanas que resistían se han sumado al convento de Santo Domingo en Segovia.

Las hermanas dominicas estuvieron en Madrid durante más de 800 años, y lamentablemente, a causa de la falta de vocaciones, se trasladan al Monasterio de dominicas de Segovia para poder seguir viviendo su vida dominicana. La comunidad ha querido que la pila quede en Madrid, dejándola en depósito a los frailes dominicos de la Provincia de Hispania, para que la custodien en el convento de Atocha.

Un poco de historia

Santo Domingo de Guzmán levantó personalmente el convento en Madrid en 1218 en un lugar muy próximo al Palacio Real. A medida que pasaban los siglos, llegó a convertirse en el panteón de Reyes y albergó grandes obras artísticas.

Santo Domingo de Guzmán nació en Caleruega en 1170, siendo bautizado en esta pila, en la parroquia de San Sebastián de esa preciosa villa de la provincia de Burgos. Tras su canonización, el rey Alfonso X la traslada al Monasterio de dominicas recién fundado en Caleruega, y desde entonces es venerada como reliquia.

En 1605 el rey Felipe III ordena llevar la pila al convento de San Pablo de Valladolid para bautizar allí a su hijo Felipe IV. Siguiendo a la corte, la pila llegaría a Madrid, siendo custodiada desde entonces en el Monasterio de Santo Domingo el Real (situado actualmente en la Calle Claudio Coello, pero originalmente estaba en la plaza de Santo Domingo). Desde entonces todos los herederos de los Reyes de España han cumplido con el rito de ser bautizados en esta Pila (excepto los que nacieron fuera de España, como Felipe V, Amadeo de Saboya y el rey Juan Carlos I). Los últimos en ser bautizados en ella han sido la princesa Leonor y la infanta Sofía. Para esas ocasiones la Pila es trasladada a Palacio donde tiene lugar el bautizo, para ser posteriormente presentados a la Virgen de Atocha.

La pila es de piedra caliza, del siglo XII, cubierta con una funda plateada con los escudos de la Orden de Predicadores y de la Casa Real. En la actual capilla ha sido colocada sobre una columna de granito del siglo XVII, que es el único resto que se conserva del antiguo convento de dominicos de Atocha.

En 1808, durante la Guerra de Independencia, los franceses saquearon el convento, pero la pila aguantó, y en 1868, durante la revolución Gloriosa, que acabó con Isabel II, lo saquearon los propios españoles. Con la ley de Desamortización de Mendizábal fue demolido en 1870 y algunos de sus tesoros desaparecieron, se dispersaron o están en el Museo Arqueológico Nacional.

En la actualidad

Tras las idas y venidas de revoluciones y reyes, se estableció un nuevo monasterio y las monjas y la pila se trasladaron al número 112 de la calle Claudio Coello. De este lugar, la pila solo se ha usado para los bautizos reales. Las últimas veces que se utilizó fue para bautizar a la Princesa de Asturias y a la Infanta Sofía. Ahora, y tras su clausura definitiva y unas obras de rehabilitación, la pila se trasladará a la Basílica de Atocha hasta que nazca un nuevo heredero a la corona.