Un circuito de arte urbano en Madrid para apasionarse por la escultura

Bienvenida la II Edición de Madrid Luxury Art, impulsada por Madrid Luxury District y con la gestión cultural y el patrocinio de AGM Art Management. Una exposición de arte contemporáneo que a partir del hoy y previsto para dos meses traerá a Madrid obras de escultores iberoamericanos de referencia, procedentes de colecciones privadas, de los talleres de los mejores artistas y de las principales galerías internacionales. Esta apuesta temporal se enfoca en el arte urbano de la ciudad y propone un recorrido bajo el epígrafe la «Condición humana y su lugar en el universo», comisariado por la venezolana María Luz Cárdenas y formará parte del programa Guest de ARCO MADRID 2023.

Con un total de 20 escultores y más de 30 obras, la exposición de calle comienza en Ortega y Gasset, a la altura de Núñez de Balboa, creando un circuito con 12 esculturas. Primeramente, estará la obra del pintor y escultor español residente en Nueva York, Manolo Valdés, quien ofrece una pieza de una cabeza con un gran tocado de bombacáceas. Y muy cerca llegamos al socorrista de Aurora Cañero, madrileña de referencia internacional que por primera vez celebra una exposición propia al aire libre y bajo la mirada de todos los públicos.

Una trayectoria internacional

«Tenemos que valorar más nuestra cultura artística», manifiesta Aurora. Aurora Cañero (Madrid, 1940), pertenece a una generación de artistas de los años ochenta en España y que basa en la figuración escultórica la base de su proyecto creativo. Ella explica que su obra «explora esos ambientes un tanto surrealizantes y oníricos de representación por donde transita la escultura de los años setenta y ochenta en nuestro país. La más reciente incide en la naturaleza mítica del ser humano».

En la presentación se muestra muy ilusionada con el proyecto: «Me pareció muy bonito lo que está haciendo el grupo de AGM y su gran trabajo por la cultura. Ellos han hecho un esfuerzo muy grande en reunirnos aquí, gracias también al Ayuntamiento, que abren una ventana muy accesible para todos al mundo del arte», expresa. En cuanto a su escultura, confiesa que forma parte de una colección previa y que conserva muchas de ese tipo colocadas en distintas partes del mundo. «Se trata de un socorrista que rememora a los vigilantes de las playas del norte y otros sitios de España. He trabajado la figuración sobre todo, en este caso es un bronce», explica la artista.

Como madrileña valora el arte tan variable de la región y la cantidad de artistas que la componen: «Está creciendo muchísimo el sector, la gente cada vez presta más atención a las propuestas que se ofertan. Esto se refleja en la calle, pero también en las galerías, exposiciones y museos. Todo esto es una gran evolución para la ciudad pero sobre todo para nosotros, que somos quienes lo disfrutamos y aprendemos. Vas a los museos y están llenos, con grandes colas para visitar una exhibición». Pero esto es un reto especial, pues rompe con la tradición de las salas y dependerá de las paradas que decidan hacer los transeúntes, entre las prisas y el tráfico de la calle. Por ello, la artista manifiesta la necesidad de fomentar el arte urbano: «Hace falta. Hay piezas emblemáticas actualmente que son fantásticas y muy modernas. Por ejemplo, la escultura Julia de Jaume Plensa en Colón. Debería de haber muchas más, con comités importantes para que se organizasen y se colocasen bien porque es un atractivo turístico relevante. A la gente le gusta pasear y tropezarse con estas novedades, sacarse fotos e informarse de su historia, lo que también beneficia a los propios artistas para dar a conocer sus obras».

Aurora se siente muy agradecida por poder realizar un trabajo que es pasión y vocación: «El arte representa mi vida, es mi profesión, lo único que sé hacer y que me encanta». Ha hecho más de 100 exposiciones internacionales y reconoce que fuera valoran más nuestro patrimonio, por lo que reclama más visibilidad para los artistas nacionales.