Historia
El desconocido Museo de Antropología de Madrid
Un espacio de estudio del hombre que acomete también un plan para «reflexionar y redefinir» la exposición de restos humanos
Este es, sin la menor duda, uno de los museos y colecciones más interesantes de Madrid. Un compendio de conocimiento que, en los tiempos actuales, debe enfrentarse a una reinterpretación -por parte de algunos, no todos-, de sus fondos. Recordemos que en París, hace muchos, muchos años, el museo de «artes primitivas» cambió su nombre por el de «el hombre».
Este que nos ocupa fue el primer museo antropológico que se creó en España, y está dedicado a ofrecer una visión global de las distintas culturas existentes en el planeta, con colecciones que cubren los cinco continentes.
Completa, casi frente por frente con la estación de Atocha, un entorno que es patrimonio mundial, el del Paseo del Prado, aunque esté un tanto alejado. Fue inaugurado el 29 de abril de 1875 por el rey Alfonso XII, con el nombre oficial de «Museo Anatómico», tal y como indica en latín la lápida conmemorativa que se conservada en el vestíbulo, aunque popularmente sería conocido como Museo Antropológico, por ser el título que figuraba sobre la puerta de acceso.
El edificio fue diseñado y construido entre 1873 y 1875 por Francisco de Cubas, en un estilo ecléctico, mezcla de bellas artes francés y clasicismo, para servir a la vez como residencia y museo del doctor Velasco, que invirtió en él todos sus ahorros. Ese médico está en el principio de todo. A la iniciativa de este galeno segoviano, Pedro González de Velasco, se debe todo. Él quiso crear un museo donde dar albergue definitivo a sus variadas colecciones, siguiendo el modelo del Museo Británico de Londres.
El núcleo original era la colección de 500 cráneos del doctor Velasco, a la que posteriormente se le han ido añadiendo otros muchos elementos como los cráneos deformados de Perú y Bolivia, traídos por la Comisión científica del Pacífico (1862-66) o algunos esqueletos humanos. Entre estos destaca el del Gigante Extremeño -nacido en Puebla de Alcocer, Badajoz-, Agustín Luengo Capilla, y de simios, cuatro momias andinas y hasta 2015 una guanche, procedente del Real Gabinete de Historia Natural.
El resto del espacio de la planta baja se dedicó a la exposición permanente de la colección asiática, que tiene tres lugares de procedencia mayoritarios: Filipinas, India y Extremo Oriente.
Además, el museo cuenta con una sala dedicada a las religiones orientales. Una síntesis de las colecciones asiáticas del museo. La falta de espacio ha hecho imposible mostrar todos los aspectos de las diversas y ricas culturas de este inmenso continente, por lo que se ha apostado por seguir como eje conductor las tres principales creencias: el islam, el budismo y el hinduismo.
Respecto a la sala de África, se puede descubrir la diversidad de un continente cuya riqueza cultural se ha construido en este espacio de exposición sobre varias temáticas, como la vida doméstica, vestido, ocio y religión.
Por último, la sala de América está orientada a repasar las culturas de Abya Yala, nombre que el pueblo guna, originario de Colombia y Panamá, da al continente y que muchas personas prefieren utilizar en lugar de América, ya que es un nombre de origen europeo. De nuevo se analizan cuestiones del día a día, como vestido o religión, además de las actividades lúdicas o la vivienda de los llamados pueblos originarios.
Una exposición permanente, en este Museo de Antropología, que está orientada a ofrecer una visión global de las culturas de diferentes pueblos del mundo para que se pueda apreciar cómo esa diversidad cultural nos enriquece. Cabe apuntar que el centro, que conserva 4.426 restos humanos inventariados, el 76% de ellos de procedencia desconocida, tiene en marcha un plan para «reflexionar y redefinir» su misión y presentará estos restos solo cuando sea "imprescindible" y siempre “con respeto”.
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