La esperanza de vida como privilegio

No sé si sabe usted, querido lector, que es un privilegiado por el simple hecho de vivir en esta región llamada Comunidad de Madrid. La capital, localidades metropolitanas, y los pueblos más lejanos, tienen una de las mayores esperanzas de vida de la Unión Europea. El último informe de Eurostat (datos del 2021) señala que en nuestra región vivimos una media de 85,4 años, mientras que la media española está en 83,3 años. Estos señores de las estadísticas, no se sabe si con algoritmos o con qué, predicen que las madrileñas que nazcan estos días vivirán hasta los 88,2 años de media y los varones 82,2 años.

Los tumores y los infartos cerebrales y de corazón son las principales causas que nos llevan a la tumba, pero también con menor frecuencia a los madrileños que al resto de compatriotas. Eso teniendo en cuenta las largas listas de espera que hay en nuestra región para las especialidades y las pruebas diagnósticas, que son el mayor problema de una sanidad pública que tiene unos excelentes profesionales y una mala organización. Eso es, al menos, lo que dicen no la oposición y los sindicatos (que también), sino las personas serias e independientes que uno tiene el gusto de conocer y que no le deben nada a nadie, que es la mejor situación para opinar libremente.

La presidenta Ayuso tiene la mayoría suficiente para poder reorganizar la sanidad pública de una vez. Tiene un nuevo Doce de Octubre, una buena red sanitaria, buena clase médica y, si bien faltan profesionales, seguro que se pueden mejorar estos datos que nos colocan a la cabeza de esperanza de vida, que al fin y al cabo es lo que todos queremos: vivir.