Agricultura
«Estamos en la mejor época de la huerta madrileña»
LA RAZÓN habla con Mariano García-Patrón, presidente de la UCAM, y explica el nuevo vínculo entre los agricultores y las grandes superficies
L a Comunidad de Madrid inauguró recientemente Madrid Rural, un innovador mercado situado en Fuenlabrada. Este espacio, que abarca una superficie de más de 3.500 m2, representa el primer gran lugar de proximidad donde se distribuyen y venden directamente frutas y verduras locales de temporada, sin intermediarios. Su objetivo principal es facilitar a los agricultores pequeños y medianos el acceso a grandes establecimientos. Para conocer de primera mano el programa, LA RAZÓN se ha puesto en contacto con el presidente de la Unión de Cooperativas Agrarias de Madrid (UCAM), Mariano García-Patrón.
«Estamos agrupando a pequeños y medianos agricultores de hortalizas de la Comunidad. No porque a los grandes los dejemos fuera sino porque la realidad del campo madrileño reside en ellos. Nuestro objetivo es unificarlos. Nos traen el producto a la planta logística de Fuenlabrada y lo comercializamos en grandes superficies», explica Mariano.
Planificación y apoyo
Una de las cosas que diferencia este proyecto de otros aplicados anteriormente es que el proceso empieza cuando el agricultor planta sus semillas, haciéndole un servicio completamente gratuito de asesoramiento. «Un equipo de agroasesores del IMIDRA trabajará conjuntamente con el propietario, ya que previamente han hecho un estudio con grandes distribuciones y saben qué productos son los que interesan y demandan los consumidores», detalla el presidente. De esta manera, están conjuntamente al tanto de las necesidades del tomate moruno de Aranjuez, el antiguo de la Cabrera o el gordo de Patones, entre otros, fomentando así la huerta madrileña. «Se ajusta la demanda y el producto que nos trae el agricultor está ya prevendido teniendo la certeza de que se va a vender».
Por otra parte, la iniciativa también es un empujón para los agricultores ya que reciben ayuda para su publicidad y fidelidad de marca con los consumidores. Por supuesto, esto es algo voluntario, y según informa García-Patrón, ya el 50% de los expertos en agricultura quieren formar parte de Madrid Rural. «Aquí el protagonista es el agricultor y hemos creado esto para que puedan vender a precios razonables. Se diferencia con Mercamadrid en que es el agricultor quien decide –pactando con las grandes superficies de venta– el precio y los kilos, sabiendo así lo que va a cobrar a posteriori. En Madrid Rural no entra un producto que no esté ya vendido». En abril se puso en marcha con el espárrago y, hasta ahora, han gestionado alrededor de 100.000 kilos de materia. Principalmente destacan porque provienen de fincas de la Comunidad, un servicio de asesoramiento que garantiza la trazabilidad, visita a los campos y asesoramiento de forma gratuita. «La apuesta siempre pasa por los requisitos del producto de temporada y cercanía», argumenta Mariano. Y añade: «Hemos trabajado con espárragos verdes. Por manojos de 300 gramos han cobrado dos euros, mientras que fuera de Madrid Rural, compitiendo con otros lugares de España, cobraban euro y medio. Se ha comprobado que se pueden mejorar las condiciones de los trabajadores. Recuerdo que en los comienzos se gestionaron unos 15.000 euros de volumen y participaron seis agricultores».
La mejor época de la huerta
«Hasta septiembre u octubre es la mejor época de la huerta madrileña. Es cuando más se produce». Así lo afirma el experto, quien cuenta que actualmente están con el tomate, pepino, pimiento, lechuga, acelgas de Fuenlabrada, calabacines… aunque «la estrella siempre es el tomate». Para garantizar la calidad, en primer lugar llegan las cajas con la recolección totalmente en bruto; después contamos con calibración y personal que seleccionan y diferencian. Esto se produce en Madrid Rural y no en la propiedad del agricultor, lo cual es una ventaja para ellos. «De esta forma profesionalizamos más el sector. Al día nos entran unos 3.000 kilos que exigen maquinaria y personal muy superior a la que individualmente tendrían, pues no les saldría rentable».
Mariano García-Patrón reconoce que existe cierta infravaloración sobre la huerta madrileña. «La gente se sorprende de la variedad de hortalizas en Madrid. Falta información, sobre todo por parte del consumidor final. Todavía hay quienes piensan que la capital solo es ciudad, el sector servicios y los polígonos. Sin embargo, dispone de un personal muy profesional, grandes superficies de plantación, y con mucha proyección de futuro».
La hostelería también ejerce un papel importante en este aspecto, y así lo percibe el experto: «Tenemos relación muy estrecha con ACIRE, la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid. Hacemos semanas promocionales en sus restaurantes, les ofrecemos nuestros productos, preparamos degustaciones… Abarcamos todo el servicio que se puede dar. Cuando el agricultor nos trae su producto, nosotros sabemos a quién enviárselo porque conocemos las demandas. Un tomate rojo maduro que el agricultor tiraría en condiciones normales no sabiendo darle salida, nosotros se lo daríamos a cocineros que con ellos hace una salsa». La cocina de aprovechamiento a la que nunca renunciaban nuestras abuelas y que parecía olvidada, parece estar de vuelta. Pues en una era donde predomina el consumo imparable, también convive con la conciencia de las segundas oportunidades.
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