
Opinión
Guerra Civil: la memoria literaria
Llegada la hora del cincuentenario de la muerte de Franco, resultaba indispensable hacer un balance de todo lo que ha llovido sobre el tema

Han transcurrido 86 años desde el 1 de abril de 1939, pero la Guerra civil iniciada en el verano de 1936 sigue presente en la España del siglo XXI, donde, por desgracia, el combate político continúa marcado por los antagonismos cainitas de adversarios aparentemente irreconciliables. Mi infancia transcurrió en una España donde el discurso oficial rezaba que los militares sublevados habían evitado que nos convirtiésemos en un país satélite del estalinismo. Cuando, ya muerto Franco, nos llegó la hora de la Universidad la valoración del conflicto cambió de bando y la derrota republicana pasó a convertirse en una calamidad pues, por culpa de Franco, España había quedado al margen del progreso y de la modernidad. Antes los malos eran los rojos, y ahora los azules.
Este maniqueísmo siguió hasta que Javier Cercas publicó su singular novela «Soldados de Salamina» en el año 2001, el primer texto literario en el que se nos ofrecía una visión distinta de la Guerra civil, la que nos descubría que en cada bando, además de asesinos, había personas decentes para quienes resultaba prioritaria la preservación de la vida y la dignidad humanas, el de las personas equidistantes que rechazaban adscribirse a uno u otro bando. La llamada «tercera vía» a la que se apuntaron autores injustamente olvidados como Manuel Chaves Nogales, o Elena Fortún. Es a partir de entonces, cuando la Guerra civil se pone de moda como tema literario, una tendencia al alza a partir de la aprobación de la Ley de memoria histórica en 2007.
Llegada la hora del cincuentenario de la muerte de Franco, resultaba indispensable hacer un balance de todo lo que ha llovido sobre el tema, y por ello el Instituto de Estudios Jurídicos Internacionales, adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos, tomó la iniciativa de elaborar un proyecto de investigación llamado «Aproximación Literaria a la Guerra Civil, 89 años después. Una guía para jóvenes», que mereció ser financiado por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática. El resultado fue la celebración durante los pasados días 7, 15, 22 y 28 de octubre de unas Jornadas en las que participaron algunos de los mejores escritores españoles contemporáneos que han tratado de uno u otro modo en su obra la Guerra Civil, como, entre otros, Ignacio Martínez de Pisón, Juan Manuel de Prada, David Uclés, Jesús Ruiz Mantilla, Paco Cerdà, Inmaculada de la Fuente o Pilar Eyre. A ellos se unieron otras personalidades de la cultura como José Luis García-Berlanga Manrique, hijo del inolvidable Luis García Berlanga, la profesora Sandra Anchondo Pavón, de la Universidad Panamericana de México quien nos habló de los exiliados de la República, o Belén González Dorao, hija de la profesora de literatura experta en Elena Fortún, Marisol Dorao, protagonista de la rocambolesca historia de la tardía recuperación del manuscrito de «Celia en la Revolución».
Con el fin de dar mayor cohesión al evento, en cada una de las Jornadas se abordó un aspecto temático concreto. El primer día se dedicó a las novelas y ensayos de autores españoles que volcaron sus propias vivencias del conflicto y se interrogaron sobre sus causas y el impacto que tuvo en nuestra historia contemporánea. En el segundo día los ponentes glosaron sobre las aportaciones de los escritores foráneos -como Orwell, Hemingway, Dos Passos, Malraux o Koestler- a una contienda civil que tuvo un tremendo impacto internacional, como preludio de la Segunda Guerra mundial, y sobre las obras escritas en las lenguas cooficiales del Estado (catalán, gallego y euskera). En la tercera jornada se trató extensivamente el tema de la posguerra, en España y en el exilio, y, finalmente, en el último día se abordaron las últimas tendencias de la novela guerracivilista, entre las que destaca «La península de las casas vacías» de David Uclés, la primera novela global sobre la Guerra civil que, además, aborda en clave de realismo mágico; un libro que en un solo año ha alcanzado 25 ediciones.
El interés suscitado por estas Jornadas ha sido extraordinario, desbordando todas las previsiones. Sin duda porque en las sucesivas intervenciones los ponentes fueron rompiendo con la sempiterna visión maniquea del conflicto, y abundaron en la “tercera vía” -la no adscrita a uno u otro bando-, desde una perspectiva transversal y sobre la base de testimonios intensos y llenos de vida. Lejos de las frías estadísticas o las sesudas disquisiciones académicas prevaleció la divulgación de alta calidad dirigida a todos los públicos, y muy especialmente a los más jóvenes quienes, detalle singular, aprovecharon la ocasión para comprar libros, con objeto de que sus autores se los dedicasen, rompiendo el mito de que nuestra juventud no lee, en buena medida gracias al extraordinario legado literario de la Guerra civil.
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