El otro Vía Crucis

La Hermandad de las Tres Caídas de Madrid, una vocación que llena neveras

La hermandad más joven de la ciudad hace un ensayo general solidario antes de Semana Santa, donde recogen comida para Cáritas

Ensayo de procesión de la Hermandad de Las Tres Caídas.
Ensayo de procesión de la Hermandad de Las Tres Caídas.Jesús G. FeriaLa Razón

El ensayo general de la Hermandad de las Tres Caídas de Madrid es, a su vez, un ensayo solidario. Julio Rivera, hermano mayor de la misma, espera a las puertas de la parroquia del Purísimo Corazón de María, en la calle Embajadores, a que lleguen los hermanos para comenzar el recorrido. «Nos hemos tenido que trasladar aquí este año, porque nuestra sede canónica está en obras», explica. Poco a poco la acera se va llenando de personas que no solo se reconocen entre sí, sino que tienen algo más que la hermandad en común. Y es que llevan en sus manos bolsas con comida para los más necesitados. «Lo que se recauda va a la Cáritas parroquial, y ellos se encargan de repartirlo porque tienen un listado con las familias necesitadas que vienen», señala Rivera. «A veces resulta difícil, porque hay mucha gente que busca ayuda, pero en Cáritas lo reparten para que todos puedan tener su parte», asevera.

Ensayo de procesión de la Hermandad de Las Tres Caídas.
Ensayo de procesión de la Hermandad de Las Tres Caídas. © Jesús G. FeriaLa Razón

Esta es la tercera vez que en esta hermandad recogen alimentos para Cáritas. «La realidad es que para conseguir 200 o 300 kilos no hay que moverse mucho, pero hay que querer hacerlo», dice. «Cada uno dona lo que quiere o lo que puede, y gota a gota se hace el río», asegura. Pero en la Hermandad de las Tres Caídas –las cuales hacen referencia a esas tres caídas del Señor en su camino al Calvario–, saben que estas no son las únicas necesidades que deben atender. «En el último ensayo solidario que hicimos recogimos más de 300 euros, que son para la parroquia, para arreglar lo que va haciendo falta», explica. Y esta vocación de la Esperanza y las Tres Caídas es algo que, según Rivera, hace una década –ya que la hermandad apenas tiene seis años–, faltaba en Madrid. «Se había intentado hacer varias veces antes, y nunca se había conseguido», relata. Él venía de ser capataz, durante casi dos décadas, de otra hermandad, pero «no dejaba de darle vueltas a que hacía falta esta vocación en Madrid». «Creo que todos hemos tenido ese momento de esperanza ante la necesidad. Ese a ver si encuentro trabajo, a ver si aquel familiar o amigo logra salir de una enfermedad... Al final, siempre la esperanza es lo que nos une a las personas, y creo que, ahora, después de la pandemia, es algo que necesita volver a su ser, ya que, por desgracia, ha sido un periodo en el que todos nosotros, de una manera o de otra, hemos sufrido mucho», explica el hermano mayor.

En este sentido, a la hora de acompañar, «el mundo de las hermandades es muy particular», continúa Rivera, que lleva desde los 15 años en el mundo cofrade. «Parece que es algo cerrado, que se encarga únicamente del culto, pero no es así», asevera. Y eso es algo que, verdaderamente, se palpa en el ambiente que hay fuera de esta parroquia esperando a comenzar el ensayo. Muchos de los que han llegado son familias jóvenes. También hay adolescentes y niños que aún no han dejado atrás el cochecito. «Incluso hemos bautizado a nuestro primer hermano», señala Rivera. «Es un soplo de aire fresco el hecho de que haya tanta gente joven», asegura. «Hemos conseguido bajar mucho la media de edad de la gente que se ha unido últimamente a la hermandad a los 27 o 28 años, y eso, quieras que no, nos trae muchas ganas de seguir y muchas ilusiones».

Ensayo de procesión de la Hermandad de Las Tres Caídas.
Ensayo de procesión de la Hermandad de Las Tres Caídas.Jesús G. FeriaLa Razón

Francisco, con apenas 18 años, es uno de esos jóvenes que se han unido y que han bajado la media de edad de la hermandad. «Aquí siempre hay un ambiente muy positivo, siempre con la ilusión de que el Miércoles Santo salga todo bien», asegura. También subraya que esa parte solidaria y a veces desconocida de las hermandades ha sido determinante para él a la hora de unirse a ella. «Creo que es la parte más importante porque, al final, todos los que estamos aquí somos muy afortunados de estar donde estamos y de tener lo que tenemos, y, al final, cualquier cosa que se pueda hacer por el bien de todos es bienvenida». Reconoce, además, que ir debajo del paso no es fácil, pero «la recompensa es algo incalculable». «Cuando uno está ahí abajo siente lo que no se siente en ningún otro lado», continúa, «es la forma de rezar más cercana que tengo». Y esto, dice, otorga a la acción social «un factor espiritual, de sentido» que en otros lados no se encuentra.

La esperanza de "salir adelante"

Las capas blancas y capirotes rojos de la Hermandad de las Tres Caídas volverán a recorrer las calles de Madrid este Miércoles Santo. Nacida en 2017, es la hermandad más joven de Madrid, aunque ha tenido una enorme acogida. Fue fundada por siete amigos. Llegó una comida familiar y fue donde aquella vocación comenzó a tomar forma. «Lo propusimos, y qué mejor que enraizar nuestra hermandad en las Tres Caídas del Señor, pero, sobre todo, en la esperanza de siempre salir adelante».