Tesoro arquitectónico

La hipnótica cripta de la Almudena de Madrid

Más de 1.500 personas reposan en este espacio de la catedral madrileña que conserva también la imagen románica de la Virgen de la Flor de Lis

Mar de columnas de la cripta de la Almudena
Mar de columnas de la cripta de la AlmudenaEfe

A un paso ahora de la nueva Galería de las Colecciones Reales de Madrid. En un espacio que fue origen de Madrid y que para muchos pasa desapercibido. Y eso que un gran cartel lo anuncia en el exterior de la Catedral de La Almudena, en pleno corazón de Madrid. Sin embargo pocos son los que se aventuran a descubrir una de las obras de arquitectura más curiosas de esta zona del Madrid de los Austrias, al lado del que fue su Alcázar reconvertido en Palacio Real. La cripta de este templo madrileño, para muchos hipnótica, guarda en su interior un relevante océano de columnas. Un entorno en el que duermen el sueño eterno más de 1.500 personas. Y hay sitio para muchas más. Hoy además, nueve de noviembre, día de la Almudena, es especial en este lugar emblemático.

Fachada de la cripta de la Almudena
Fachada de la cripta de la AlmudenaEfe

De estilo neorománico, la cripta es tan grande como la propia catedral. Un espacio bajo la reconocida catedral de Madrid en el que destacan las 50 columnas monolíticas que están situadas en el centro del templo y las 18 capillas que subrayan la relevancia de este conjunto arquitectónico. A aquellos que se aventuran más allá del conjunto palaciego y religioso de Madrid sin duda les llamará la atención por asemejarse a un templo medieval lindante con la antigua muralla árabe del viejo Magerit.

Un claro contraste ente el templo catedralicio, que es de estilo neogótico, acabado hace pocos años, y su cripta, que posee un marcado carácter neorrománico. Lo más sobresaliente, desde el punto de vista arquitectónico, es que no hay dos columnas iguales, todas y cada una de ellas son diferentes. Cada capitel está diseñado y ejecutado por los canteros de una manera distinta.

La Virgen de la Flor de Lis antes y después de la restauración
La Virgen de la Flor de Lis antes y después de la restauraciónEfe

La Virgen de la Flor de Lis

La Cripta de la Almudena, es también un lugar especial para los amantes de las viejas historias de Madrid. Guarda entre esas venerables columnas un importante tesoro. Hablamos de la imagen de la Virgen de la Flor de Lis, una de las obras más antiguas que se conservan en la capital.

La leyenda -siempre hay una leyenda-, afirma que la Virgen de la Almudena estaba escondida en la muralla madrileña. Nadie la había encontrado por más que la buscaban. El Rey Alfonso VI de Castilla, entonces, mandó pintar un cuadro que la recordara, para que los madrileños pudieran seguir adorándola.

Corría el año 1085. Cuando encontraron la original, esta, quedó desplazada. Delante de ella se colocó un retablo que la tuvo escondida durante más de 500 años. Así las cosas, pasado el tiempo, durante una reforma, se volvió a encontrar este cuadro tan venerado y se decidió trasladar a la Cripta de la Almudena, donde hoy se puede seguir contemplando.

Por su historia y por su antigüedad, la Virgen de la Flor de Lis es la obra sacra más antiguas y más desconocidas de todo Madrid. Todo un tesoro del patrimonio regional.

Pero volvamos a la cripta. A este espacio como lugar de enterramiento, pues este era su sentido primigenio. Entre sus paredes y sus losas, como apuntamos, hay más de 1.500 enterramientos de las familias más poderosas de la ciudad. Entre los más conocidos, allí descansan, además de aristócratas, los restos de parte de la familia Franco. También un joven que murió en los atentados del 11 de marzo.

Para ser enterrado aquí, es una realidad, no es necesario pertenecer a la aristocracia. Es tan fácil como estar dispuesto a gastar 10.000€ para situar aquí el espacio del personal del descanso eterno. Una “localización” por lo demás que tuvo -y tiene- también un sentido económico. Cuando se inauguró la cripta, allá a principios del siglo XIX, estas sumas de dinero de los enterramientos, fueron clave para financiar las obras de la catedral que se encontraba en construcción. A los turistas y curiosos que quieran acceder a ella, salvo determinados días, también se les pide una pequeña donación para poder admirar las 20 capillas que rodean este bosque de columnas. Todo un espectáculo.