La Razón de...

Isabel Díaz Ayuso: «Es hora de desalojar a Sánchez y sus socios. Nos llevan al peronismo»

La presidenta de Comunidad de Madrid alerta de que nunca como ahora se habían puesto en jaque los pilares de la unidad y la convivencia de España

Va a por la mayoría absoluta en Madrid y la acaricia a veinte días del 28-M. Una fecha «decisiva». Y no solo para Madrid, sino para toda España. Pero esos vaticinios electorales son tan buenos porque «llevamos veinte años trabajando y renovando el modelo de Comunidad presidido por la igualdad de oportunidades, la alegría de vivir y la libertad», explicó la presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata por el PP a las elecciones autonómicas en «La Razón de Isabel Díaz Ayuso» que se celebró en la sede del diario, que este año conmemora su 25 aniversario.

Ante los que pretenden enfrentarla a Alberto Núñez Feijóo, Ayuso volvió a ponerse al servicio del presidente nacional del PP: «Nos tendrá a su lado para la tarea decisiva de cambiar el rumbo de la historia», sentenció. Por eso reivindicó su modelo de gestión en un momento que considera crítico. Ya alertó de ello en varias ocasiones y no se cansa de repetirlo porque «nunca como ahora se habían puesto en jaque los pilares de la unidad y la convivencia de España: la Transición, la Constitución, la Corona y Madrid». De ahí que, de cara al 28-M, la elección esté clara: «O Sánchez o España». Para los todavía incrédulos, remarcó: «No es un eslogan, sino la encrucijada a la que nos enfrentamos. Es la estrategia de la carcoma que va devorando el edificio de la Transición». Es más, defendió el modelo del PP y sus políticas aplicadas en Madrid porque, en unas circunstancias como las actuales, «somos el Gobierno que España entera se merece y se está perdiendo, que demuestra que otra política es posible, capaz de entusiasmar a todo el que ame España». Más claro no pudo ser su llamamiento: «Es hora de desalojar a Sánchez y a sus socios de las instituciones, es el momento de superar las divisiones».

La diferencia para Díaz Ayuso entre votar a Sánchez y votar a PP está clara y Madrid es el mejor ejemplo: «Hemos puesto en marcha la única Ley de Mercado Abierto de España, mientras que Sánchez ha sido incapaz de emprender una sola medida encaminada a unir y promover la igualdad real entre españoles; mientras trabajamos para que el esfuerzo de todos se premie en Madrid con políticas fiscales incentivadoras, Sánchez impone una fiscalidad a la carta, dando aún más autonomía a regiones cuyos gobiernos son abiertamente desleales con España y su Constitución; y mientras competimos con otras economías mundiales globalizadas, Sánchez nos deja en clara desventaja con políticas intervencionistas que espantan la inversión».

Lamentó el empeño del presidente del Gobierno por «descapitalizar España desgajando instituciones y anunciando que no ubicará ni una más en Madrid (...) Le molesta, quizá porque como la Corona, la Constitución y la Transición representan la unidad de España».

Y siguió ejemplificando dos modelos opuestos de lo que supone entender la política del presidente del Gobierno frente a la que desarrolla la Comunidad de Madrid. En este punto alertó de la política económica de Sánchez y la elevada deuda que «condicionará las pensiones», además del colapso de los juzgados. «La Seguridad Social tiene colas interminables y se han llegado a poner guardias de seguridad para que los ciudadanos desesperados no puedan acceder, los Fondos Europeos están desaprovechados y la natalidad, el patrimonio natural y el mundo rural a la altura de las cifras de desempleo juvenil y fracaso escolar: por los suelos».

Ayuso no pasó por alto lo ocurrido en la fiesta del Dos de Mayo en la Real Casa de Correos con el «autoinvitado» ministro Félix Bolaños como ejemplo de lo que no hay que hacer: «Buscan que hasta las efemérides y las fiestas más importantes se conviertan en motivo de división, quieren provocar y deslucir el acto de todos». Por eso se propone «recuperar el decoro y la confianza en las instituciones».

Díaz Ayuso quiso hacer balance de una gestión consciente de que «Madrid es España», de que nada de lo que ocurre en el país es ajeno a la comunidad autónoma y que, por supuesto, no cae en los particularismos en una clara crítica al nacionalismo: «Madrid es siempre generosa y no se pierde en identidades fabricadas, que colectivizan, manipulan y enjaulan intentando diferenciarse o querer ser más que nadie. Ni nos desgastamos en enfrentar a la sociedad por motivos ideológicos. Ni los ciudadanos trabajan al servicio de un proyecto político ni éste les sale más caro», sentenció.

Así, defendió su política fiscal de bajada de impuestos y su afán por eliminar trabas burocráticas para atraer inversión y facilitar la vida a los ciudadanos; reivindicó el modo de vivir «a la madrileña»; el valor de las pequeñas cosas: «una reunión, un grupo de amigos, la calle y la familia nos valen más que nada»; y la multiculturalidad de una región en la que «se puede viajar por todo el mundo sin necesidad de salir de ella».

La presidenta madrileña puso en valor los servicios públicos de los que dispone la región: «Los mejores al servicio de todos y el papel de Madrid como motor económico, político, cultural y también social. Pero también su solidaridad con otras regiones en situaciones de emergencia o tragedia o a la hora de ofrecer servicios públicos: «No cerramos nuestra sanidad a ningún ciudadano que la necesita. Hablamos de cientos de miles. Y también el acceso a cualquier servicio público (colegio, transporte, etcétera) se ofrece a todos como un madrileño más. Sin preferencia política o laboral. De ahí que tantos vascos, catalanes o navarros digan sentirse cada vez más en su casa, como le sucede a tantos ciudadanos provenientes de otras zonas del mundo».

Son muchas las veces que la Comunidad de Madrid ha tenido que recurrir a la Justicia y Ayuso lo recordó en cuestiones como la educación, las «leyes sectarias» como la recién aprobada de Vivienda por parte del Gobierno central, que la Comunidad piensa recurrir porque «ultraja el derecho a la propiedad en manos de caraduras y delincuentes». ¿La solución de Ayuso?: construir la mitad de la vivienda pública de España y abrir una oficina contra la okupación en defensa de las víctimas, tal y como remarcó en su intervención.

El proyecto que Díaz Ayuso tiene en la cabeza pasa por «recuperar las instituciones, desactivar la bomba de relojería de la deuda o el fraude del desempleo; volver a traer a los inversores y darles garantías de seguridad jurídica». Porque ahora lo importante es «escuchar a los que de verdad lo necesitan y dejar de premiar la infidelidad a España, de modificar el Código Penal a la carta, de excarcelar delincuentes (...) ¿Hasta cuándo va a sobrevivir una nación que expulsa a la Guardia Civil de regiones enteras al dictado de los enemigos de España?».

Lo que cree que España necesita es una educación más libre, plural y de calidad, más empleo y una mejora de los servicios públicos. En definitiva: «El frenetismo y la mentira por sistema, la persecución del que arriesga su patrimonio, el desprestigio del esfuerzo y el desánimo de pequeños empresarios y autónomos deben acabar el 28 de mayo. Los quieren desanimados porque para ellos el mejor ciudadano es el dependiente de las instituciones, el que vive según la ingeniería social que intentan imponer. Nos llevan al peronismo».