Joaquín Goyache: "No quiero que los partidos ocupen los espacios de la Universidad Complutense"

Joaquín Goyache pedía más tiempo para materializar su proyecto como rector de la UCM , después de un mandato difícil marcado por la pandemia y la crisis energética, y la Comunidad Complutense se los ha dado. Y no solo cuatro años, sino seis, que es lo que dura ahora el mandato de rector con la aplicación de la nueva Ley de Universidades. La suya ha sido una campaña electoral intensa, que ha mantenido en suspenso a todos hasta el último momento, después de que una candidatura conjunta liderada por la catedrática Esther del Campo amenazara con arrebatarle su deseo de continuar al frente de la tercera universidad presencial más grande de Europa. Finalmente, Goyache se hizo en la jornada del miércoles con el 55 por ciento de los apoyos y recibió el apoyo mayoritario de casi todos los sectores, incluidos los estudiantes, con los que quiere seguir trabajando para alimentar el sentido de pertenencia y lograr que se sientan integrados, que quieran seguir formándose y viendo la Complutense como un lugar donde volver.

¿Qué valoración hace de los resultados obtenidos en las elecciones a rector?

Los resultados en la segunda vuelta a las elecciones al puesto de rector han sido más holgados de lo que yo pensaba en principio. Suponen un respaldo a la gestión que he venido realizando en los últimos cuatro años de mi mandato en unos momentos que han sido muy complejos, con una pandemia, además de una crisis energética y económica. Ha sido un refrendo al trabajo que se ha hecho durante todo este tiempo.

¿Cree que con una candidatura como la de la catedrática Esther del Campo, con la que ha rivalizado en la segunda vuelta, Podemos hubiera tomado el control de la UCM, como se temía en algunos círculos universitarios?

La candidatura de la profesora Del Campo, que es una gran gestora, además de una magnífica investigadora y profesora, tiene un marcado perfil político. No sé si cercano a Podemos o algún otro partido político, pero situado a la izquierda. No sé si esto hubiera influido mucho en la universidad o en su mandato, pero ella misma se ha definido políticamente y eso no ha ocurrido con otros candidatos. Si implementaría su gestión de una forma más política o más académica o investigadora no lo sabremos.

¿La Complutense va a ser una universidad despolitizada?

En este mandato siempre he tratado de despolitizar la universidad. No es que sea contrario al debate político o la investigación en política, porque tenemos una maravillosa facultad de Ciencias Políticas y Sociología, pero no quiero que los espacios de la universidad sean ocupados por los partidos políticos. Entiendo que la universidad tiene que ser plural y separada de todo tipo de posicionamiento político.

Ahora va a ser rector durante seis años. ¿Cuáles van a ser las medidas más inmediatas que va a emprender?

Los primeros días seguir trabajando con todas las personas que componen la comunidad complutense y tratar de hacer una buena adaptación de los estatutos de la universidad a la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). Tenemos un margen de tiempo para hacerlo de dos años y para una universidad tan grande, compleja y rica como la Complutense va a ser un momento de muchísimo trabajo y esfuerzo.

¿Qué retos tiene por delante?

Tener una universidad más centrada en las personas, además de la adaptación a la nueva Ley de Universidades que acaba de aprobarse. También pretendo que seamos una universidad más sostenible.

Intentar que tengan un mayor sentimiento de pertenencia ya que, al ser una universidad tan grande, es un poco más complicado. También queremos que se sientan muy integrados en su universidad de tal manera que, cuando terminen sus estudios y quieran volver a seguir formándose, nos tengan como un lugar donde volver. Me gustaría seguir trabajando en su bienestar mental, físico y emocional.

Tendemos a pensar que los estudiantes, por el hecho de ser jóvenes no tienen problemas, pero no siempre es así. Queremos ayudarles a que se desarrollen como personas, que es una labor que no se tiene muy en cuenta en las universidades, y que ningún estudiante deje la carrera por cuestiones socioeconómicas.