Hartazgo entre los viajeros

"Llegar tarde por las averías en el Cercanías genera mucho estrés"

Eros Ferrando, médico en Villaverde, sufre retrasos en hora punta «dos veces por semana» y pide «arreglar los trenes» para «evitar situaciones de caos»

Estación de Atocha cercanías, Renfe.
La estación de Atocha abarrotada de viajeros en uno de los andenes de la red de Cercanías. Cipriano PastranoLa Razón

“Muchas veces cojo un tren antes para asegurarme de llegar a tiempo. El fallo del servicio de Cercanías es, sobre todo, la impuntualidad por las averías”. Eros Ferrando, médico de 36 años en un centro de salud de Villaverde, va cada día a trabajar en hora punta “desde Atocha a Villaverde Alto” en la línea C4 de la red de Cercanías de Madrid, en la que se han registrado numerosas irregularidades en las últimas semanas. “Todas las mañanas voy en la Renfe en hora punta para llegar a las 8 de la mañana a mi trabajo en Villaverde. Suele haber problemas dos días a la semana, he llegado tarde muchas veces y eso genera mucho estrés”, se queja Ferrando.

“Cuando hay retrasos se aglomera mucha gente en los andenes. En Atocha, a menudo tu tren ya tiene asignado un andén y cuando hay un retraso lo cambian a otro. Hay gente subiendo, bajando…por megafonía dicen un número, pero en el tablón hay otro. Se genera caos”, protesta este médico sobre su trayecto diario a las siete de la mañana de Atocha a Villaverde Alto en la red de Cercanías de Madrid, que pertenece a la empresa pública Adif y de cuya explotación se encarga Renfe, ambas dependientes del Ministerio de Transportes.

Aunque Ferrando ve que “la mayor parte de los retrasos se producen en hora punta”, María, de 31 años, suele usar el Cercanías “a las 9 de la mañana para ir a trabajar” y también sufre las consecuencias de las averías de los trenes y los fallos eléctricos en el Cercanías: “Aunque el tren suele llegar a su hora, desde hace un par de semanas está habiendo muchos más retrasos”. Aunque el tren llegue puntual, el estrés por llegar a tiempo a trabajar o cualquier otro compromiso no desparece: “Mi mayor queja es que se para mucho en ciertas estaciones. Por ejemplo, se detiene mucho rato en Atocha. Muchas veces el tren no se mueve en 10 ó 15 minutos. Estoy con un libro, leo tres capítulos y sigo en Atocha”.

Tras la tensión vivida en la estación de Atocha el pasado miércoles 8 de febrero en hora punta, cuando una vez más una avería en esta céntrica parada provocó retenciones en ocho líneas generando un auténtico caos,los problemas en el Cercanías siguen sin resolverse. Mientras este reportero recorría el miércoles la línea C4 con destino Parla, el conductor informa a los viajeros que una avería les obliga a cambiar de tren en Villaverde Alto para continuar el trayecto.

Viajeros en la línea C4 de Cercanías con destino Parla tras cambiar de tren por una avería el pasado miércoles.
Viajeros en la línea C4 de Cercanías con destino Parla tras cambiar de tren por una avería el pasado miércoles. Javier VillaverdeLa Razón

“Hace un momento tuvimos que hacer trasbordo porque el tren tuvo un percance, cada vez ocurre con más frecuencia”, cuenta Martín, de 40 años, que se dedica a las reformas en viviendas y oficinas. “Los trenes con destino Parla y Nuevos Ministerios están sufriendo demoras de entre 10 y 15 minutos aproximadamente, disculpen las molestias”, se escucha por la megafonía de la estación de Villaverde Alto mientras los viajeros esperan unos minutos en el andén la llegada de otro tren.

Durante más de hora y media, la incidencia del pasado 8 de febrero llegó a provocar que los trenes con origen Aranjuez y Atocha de la línea C3 iniciaran y concluyeran sus trayectos en Villaverde Bajo, ocho paradas antes del final de esta línea, obligando a los pasajeros a hacer trasbordo a la línea C4 para seguir su recorrido hacia el sur de Madrid. Los viajeros se vieron obligados a hacer malabares en la red de Cercanías, metro ligero y autobuses para llegar a su destino.

“Los retrasos en el Cercanías me hacen perder tiempo de trabajo y de ocio. Es un estrés. Por suerte, trabajo por mi cuenta y no debo dar explicaciones a un jefe, eso aumentaría la tensión”, explica Martín sobre su día a día en la red de Cercanías madrileña. Los viajeros afectados por el caos en Atocha del pasado 8 de febrero llegaron a insultar al personal de la estación y una mujer golpeó enrabietada varias veces la puerta del conductor de uno de los trenes. Pese al incremento del hartazgo entre los viajeros, el pasado jueves 16 de febrero una nueva avería provocó importantes retrasos en las líneas C1, C2, C7, C8 y C10.

Ferrando celebra que su jefe en el centro de salud de Villaverde “es comprensivo”: “Sabe que intento coger un tren anterior y comprende que en el Cercanías hay muchos problemas que no se solucionan”. El consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, David Pérez, pedirá este viernes en una reunión con el gobierno central más inversión ante el “inaceptable abandono” de la red madrileña de Cercanías. Al solicitar este encuentro “urgente” hace unos días, Pérez detalló que Cercanías ha sufrido más de 230 incidencias en lo que va de año. Tras los numerosos problemas en la línea C4, el alcalde socialista de Parla, Ramón Jurado, apremió este lunes al ejecutivo de Sánchez para que acelere la nueva estación de Cercanías de la localidad.

Aunque la mayoría de los pasajeros consultados por este reportero consideran que para un buen servicio sería suficiente con que terminasen las recurrentes averías y los trenes llegasen a su hora, María cree que “son necesarios más trenes”: “A primera horade la mañana vamos como sardinas en lata y yo me agobio. Además soy bajita, muchas veces no llego a las barandillas y me agarro a la gente ya directamente”, cuenta echándole sentido del humor para aliviar “el estrés” que le provocan las aglomeraciones de hora punta y los problemas sin resolver en la red de Cercanías madrileña.