Salud

Madrid deja de fumar: del 35% de fumadores al 16% en 25 años

Desde Madrid Salud explican algunas de las razones que han llevado a que el consumo se reduzca a la mitad

Una de las actividades de Madrid Salud es la de prevenir el consumo entre los más jóvenes
Una de las actividades de Madrid Salud es la de prevenir el consumo entre los más jóvenesAyuntamiento de Madrid

El objetivo de todos los equipos de Gobierno que llegan a Cibeles siempre es despejar la ciudad de los humos más nocivos. Sin embargo, no todos proceden de los tubos de escape. De forma paralela, la propia sociedad va dejando atrás otros no menos perjudiciales. Concretamente, los que proceden del tabaco. Los datos que maneja Madrid Salud, organismo autónomo perteneciente al Ayuntamiento de Madrid, e integrado en el Área de Seguridad y Emergencias que preside la vicealcaldesa Inma Sanz, revelan que el número de fumadores habituales en la capital se ha reducido de manera drástica en los últimos 25 años: si en 1998, el porcentaje de aquellos que fumaba a diario rondaba el 35% de la población mayor de 15 años, ahora se ha reducido a poco más del 16%. Algo más de la mitad.

Hay que apuntar que estas cifras se presentan en el marco de los 25 años que ha cumplido Madrid Salud, y que, entre otras estrategias, ha desarrollado el programa de Prevención y Control del Tabaquismo del Ayuntamiento.

Así, los datos corresponden al Estudio de Salud de la Ciudad de Madrid del año 2021, elaborado por el organismo autónomo. ¿Cuáles son las causas de un descenso tan drástico? «Son varios factores», explica a LA RAZÓN Javier Moreno, psicólogo y responsable del Programa de Prevención y control del consumo de tabaco de Madrid Salud. «Hay una frase muy famosa perteneciente a un político británico, Sir George Young, ministro de salud del Reino Unido: la solución al tabaquismo no está en los centros sanitarios, sino en los parlamentos democráticos. Se aprobaron leyes antitabaco en el año 2005 y 2010. Hoy son cambios que nos parecen muy normales. Por ejemplo, no fumar en centros de trabajo ni en bares ni restaurantes. Y ese es un cambio legislativo que acarrea un cambio de costumbres», añade el experto. A este «cambio en la percepción social» habría que añadir un «efecto del modelado»: a medida que algunos lo dejan, otros se animan a seguir sus pasos.

Los ocasionales

Otro de los datos de Madrid Salud es que, a ese 16,29% de fumadores diarios, hay que sumar un 3,67% de «ocasionales». Como explica Moreno, se trata de usuarios que, en «buena parte», están «en transición al consumo diario». Así, en este caso, hablaríamos de gente joven que no ha consolidado a aún su consumo. En lo que respecta a la edad de inicio, prácticamente se mantiene invariable en el último cuarto de siglo: 13 años

¿Las alternativas al tabaco, como el «vapeo», pueden explicar este descenso? En principio, no. «Si bien se ha planteado como una alternativa más saludable, los datos son muy claros: el fumador acaba simultaneando el tabaco con el vapeo», dice Moreno. De hecho, este es otro de los resultados de la encuesta: el porcentaje de mayores de 15 años que ha utilizado dispositivos electrónicos en el último año se encuentra en torno al 5%. Una cifra que «cambia mucho según la edad», ya que es más alta en los colectivos más jóvenes.

Una de las percepciones erróneas que podemos tener es que se fuma más en la capital que en otros municipios vecinos y mucho más pequeños. Si bien el estudio sólo se centra en la ciudad de Madrid, Javier Moreno recuerda que encuestas realizadas por la Comunidad de Madrid en su conjunto demostrarían que no es así. «Es algo que tiene cierta lógica histórica: los hábitos que cambian la sociedad suelen empezar en las ciudades. Primero se empezó a fumar en las grandes ciudades, y después, en los pueblos», explica. Por tanto, se puede pensar que, en esa tendencia a desembarazarse del tabaco, esté ocurriendo lo mismo: las urbes siempre marcan la tendencia.

Moreno recuerda los recursos municipales destinados a la deshabituación tabáquica de los madrileños. Así, estos programas se ofrecen «en todos los centros Madrid Salud», que en la capital suman dieciséis, «en horario de mañana y de tarde». La manera de acceder a estos programas es, bien de forma presencial en el centro de referencia –para conocerlo basta llamar al 010–, bien a través de la web madridsalud.es.

Un aviso antes de «lanzarse»: lo primero y más importante, es que el fumador haya tomado, de verdad, la decisión de dejarlo, y que «esa decisión sea meditada y firme, no con la impulsividad del “mañana lo dejo”». Así, el «candidato» a ex fumador, obtendrá en primer término una cita para mantener una entrevista, «que en parte es de evaluación y de recogida de datos, pero que también es motivacional: se trata de corregir ciertas expectativas que pueden estar equivocadas, así como de responder dudas».

Posteriormente, la persona formará parte de un taller grupal, que incluye ocho sesiones a lo largo de dos meses, y donde se emplean procedimientos de tipo psicológico y de apoyo farmacológico. En el caso de que el interesado haya conseguido abandonar el tabaco, se continúa en contacto con él para prevenir recaídas, así como afrontarlas en caso de que reincida. Del mismo modo, se entra así en una frase de seguimiento, con encuentros a los tres, seis y doce meses.

Desde el Área de Vicealcaldía, Seguridad y Emergencias recuerdan que estos centros «cuentan con un equipo de profesionales de la medicina, psicología y enfermería altamente cualificados». Además, se mantiene «una importante formación continuada, pues se producen cambios en el marco legislativo». Y es que «también evolucionan los tratamientos y aparecen nuevas formas de consumo».

Por otro lado, «una parte importante de la actividad» de Madrid Salud «va dirigida a la prevención del inicio del consumo entre los adolescentes». Para ello, también se llevan a cabo talleres, «fundamentalmente en el ámbito educativo», en los que se trabaja sobre los riesgos, la corrección de mitos y el aprendizaje de habilidades. Todo ello, con vistas a un objetivo ambicioso: una generación libre de tabaco para el año 2040.