Política

El PP madrileño augura una movilización masiva contra la amnistía de Sánchez en el nutrido coto de Vox

El partido de Abascal cuenta con numerosos simpatizantes en el barrio de Salamanca. Los populares quieren aglutinar a los socialistas descontentos

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acompañado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde madrileño, José Luis MArtínez Almeida, durante el acto bajo el lema "En defensa de un gran país", este sábado en Madrid.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acompañado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde madrileño, José Luis MArtínez Almeida, durante el acto bajo el lema "En defensa de un gran país", este sábado en Madrid.SERGIO PEREZAgencia EFE

Feijóo ha elegido Madrid para el ensayo de su sesión de investidura y mañana avanzará las líneas fundamentales de su discurso. El candidato popular se someterá al debate y votación de su candidatura a la Presidencia del Gobierno dos días después de la masiva movilización que se espera en la capital.

La formación en Madrid augura un éxito rotundo en la protesta convocada por Génova para denunciar las funestas intenciones de Sánchez. La elección de la Plaza de Felipe II para el llamamiento no es casual. La organización cambió de escenario tras elegir en un principio la Plaza de España, con una capacidad ligeramente superior. Por un lado, la gestión de expectativas jugó a favor del segundo movimiento. No se podía fallar en las previsiones y el lugar elegido en el distrito de Salamanca ofrecía unas posibilidades más realistas, de en torno a 10.000 personas, frente a casi el doble de la primera opción.

Por otra parte, la Plaza de Felipe II permitía acercar la protesta a los de Vox. El partido de Abascal cuenta con un nutrido grupo de militantes y simpatizantes en el distrito madrileño, donde mañana muchos podrían acudir para expresar su descontento con el pretendido pago de Sánchez a los independentistas a cambio de su permanencia en Moncloa.

La estrategia del PP pasa también por aglutinar a los socialistas descontentos con la deriva independentista e ilusionar a los suyos en el nuevo escenario de oposición que se presenta si Alberto Núñez Feijóo no logra la investidura.

El poder territorial de los populares servirá de reclamo en el nuevo período de sesiones donde el PP cuenta con mayoría en el Senado. A ello se suma la presidencia de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que hoy está previsto que controle también el partido de Feijóo.

El actual presidente, el socialista Abel Caballero, dejará pasó a un representante del PP, probablemente una mujer, al frente de la organización.

Las once comunidades autónomas de color azul estarán mañana representadas en Madrid en un despliegue multitudinario en el que los expresidentes Aznar y Rajoy arroparán al presidente nacional.

La líder madrileña, Isabel Díaz Ayuso, también tomará la palabra para lanzar un breve saludo, en el que se espera diseccione el camino de putrefacción por el que entiende que Sánchez está llevando al sistema. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, como regidor de la ciudad anfitriona, tendrá un hueco entre los ex presidentes y la presidenta del PP regional con un saludo a todos los que «abarroten» la zona de la concentración. El Ayuntamiento es prudente en cuanto a las previsiones pero trabaja en la puesta en marcha de medidas en calles aledañas por si el acto llegara a desbordarse.

En el triple objetivo de la dirección nacional ha trabajado la organización madrileña comandada por Ayuso. Si la presidenta inauguró el curso en la Asamblea marcando discurso nacional, el jueves volvió a hablar de la amnistía. En la semana de los pinganillos en el Congreso, Ayuso se convirtió en la señal de aviso en el trayecto entre Moncloa y Waterloo. «Escuchen. Se lo digo en español», espetó a los portavoces de la oposición ante sus andanadas dialécticas por lo que consideran la «imposición» del PP en el debate madrileño, «alejado de lo que interesa a los ciudadanos».

El rifirrafe se circunscribía al problema de la vivienda en la región y Ayuso tiró a dar. «Estamos viendo como trece capitales de provincia están en una situación muy parecida mientras otras se están vaciando para venir a Madrid huyendo de sus políticas liberticidas», afirmó, para culminar con la amnistía y sus consecuencias «negativas» para la economía madrileña. «Se ha comportado como una auténtica corrupción, pervirtiendo el sistema», dijo sobre el independentismo. «Y, ¿quién lo paga?», se preguntó dos días antes del mitin de mañana organizado por su partido. Munición para el debate que Génova quiere exprimir ante el clamor por la amputación de la nación, la «venta de España».

Los siete escaños que Sánchez necesita para pasar una legislatura más en el Palacio de la Moncloa le costarán caro a los españoles y así lo expuso la presidenta regional, aludiendo, sin citarlos, a los 450.000 millones que Puigdemont ha presupuestado como deuda histórica a cambio de su apoyo al «otro», como Felipe González y Alfonso Guerra se refirieron a Sánchez.

En el acto en el Ateneo de esta semana, ambos criticaron duramente al actual secretario general del PSOE por sus convulsiones para dinamitar la convivencia.

Sus opiniones, junto con las de otros destacados socialistas descontentos con las decisiones de su jefe, fueron desacreditadas por los ungidos en Ferraz y Moncloa, a quienes en el PP ven como un acicate para consolidar su discurso.

En la semana en la que se conoce que la mitad de los madrileños no quiere más restricciones en las Zonas de Bajas Emisiones; en la que el alcalde recibe a los portavoces de la oposición, como ya hiciera Ayuso; en los días en que el Consistorio da luz verde a la construcción de 443 pisos antiguos y la Comunidad anuncia medidas para contribuir al acceso de los jóvenes a la vivienda, Madrid vuelve a poner el foco en las vergüenzas de Sánchez y el fugitivo Puigdemont. Mañana tiene la ocasión de demostrarlo también la calle.