Matan a los nuestros

Este caminante ha visto mucha miseria humana. Hace años salté de la cama tras una explosión y vi por la ventana una mancha de humo negro que ascendía hacia el cielo.

Me presenté en la plaza de la República Dominicana y vi el horror en directo. Cuerpos de doce jóvenes aspirantes a guardias civiles destrozados, olor a carne quemada y gritos. No era la primera vez que veía el ataque de los cobardes contra guardias, policías, militares o ciudadanos.

Se celebró un funeral en la Dirección General de la Guardia Civil en el que desde la reina Sofía al último de los últimos lloraban, lloramos, la muerte de unos inocentes que habían muerto porque tenían vocación para servir al Estado, les gustaba ser guardias civiles o simplemente se querían ganar la vida honradamente.

Cada vez que muere asesinado un guardia civil recuerdo la pesadilla de aquella trágica mañana en la que no había inhibidores para evitar los atentados. Me pregunto si hubieran existido, los hubieran colocado en el bus de estos aspirantes.

De la muerte de los dos agentes en Barbate, destrozados como mis guardias de República Dominicana, son culpables los asesinos. Pero el Estado no actúa de forma responsable. No sólo Marlaska, que ahora es administrador eventual. Nunca hay dinero para proteger la vida de los que se la juegan por todos nosotros, sea el Gobierno que mande “A” o “B”.

En una ocasión en la que Madrid tuvo problemas con los coches de Policía unos empresarios los arreglaron gratis. También Madrid usa coches de traficantes con autorización judicial ¿Por qué no usan las potentes planeadoras requisadas para perseguir a los traficantes? ¿Por qué se deja que un monstruo crezca como los narcos y mate a los nuestros?