Choque

Ayuso rompe con Vox: “Mejor que cada uno siga su camino”

La presidenta y Rocío Monasterio escenifican su desencuentro en el último pleno de la legislatura, en el que Vox no apoyará los incentivos fiscales a la inversión extranjera

El último pleno de la legislatura ha cerrado la etapa parlamentaria y ha puesto a los partidos en la rampa de salida de la campaña electoral. El más explícito a la hora de tratar de coger impulso fue el portavoz socialista, Juan Lobato, quien en medio de su disertación con reproches a Díaz Ayuso sobre “sus shows, falta de gestión, ocurrencias, parches y faltas de respeto”, detuvo su discurso para presentar su candidatura en medio del hemiciclo: “soy Juan Lobato, tengo tres hijos, soy el marido de Susana, quiero ser presidente de la Comunidad de Madrid y me voy a dejar la piel por Madrid”.

Pero si hay otra cosa que quedó clara en la sesión plenaria es la ruptura que escenificaron la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso y la portavoz de Vox, Rocío Monasterio. Desde que los de Rocío Monasterio rechazaron aprobar los Presupuestos de Ayuso para 2023 hay tensión en la relación Vox-PP. No ha habido sesión plenaria en la Asamblea de Vallecas en la que Díaz Ayuso recordara escamada el desaire presupuestario. Pero durante el último pleno de la legislatura celebrado ayer, se dio un paso más hasta hacer evidente la ruptura que tan claramente quedó escenificada entre la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso y la portavoz de Vox, Rocío Monasterio.

La intervención de ambas en la sesión de control al Gobierno se convirtió en un fuego cruzado de reproches que evidenció que, de pasar a ser socios preferentes, ahora marcan distancias de cara a la cita del 28-M. Monasterio hizo balance de su «unión» política con las cifras en la mano: «Hemos mostrado buena disposición y hemos aprobado 20 leyes que han traído a esta Cámara, pero el PP se ha unido a la izquierda en contra de 34 iniciativas que ha traído Vox. Nosotros hemos votado en contra de solo ocho», dijo en su afán de demostrar que «hemos sido un socio leal».

Ya hubo un «enganchón» entre ambos socios cuando el Ejecutivo autonómico llevó la Ley de Autonomía Financiera a la Asamblea, una de las normas más emblemáticas de la legislatura con la que se pretendía blindar Madrid frente a la política fiscal del Gobierno de Pedro Sánchez aunque. Primero Vox se opuso, aunque finalmente, acabó dando su voto favorable.

Pero los de Rocío Monasterio dieron el último puntapié a Ayuso cerrando la legislatura diciendo «no» a otra de las últimas leyes estrella del Gobierno de Díaz Ayuso que prevé deducciones fiscales a inversores extranjeros: «No puede ser que a alguien que venga con una frutería de fuera se le premie con 60.000 euros porque esto discrimina al madrileño y al inmigrante legal que está aquí». Es más, avanzó que ésta será una de las propuestas que formen parte de su programa electoral.

Monasterio recibió las críticas de Ayuso como «un ataque». Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? «Ayuso sigue los designios de Génova, que dio orden de tener como socio prioritario al PSOE. Desde el momento que Vox anunció la moción de censura, se separó de nosotros», interpretó.

Ayuso no se anduvo con contemplaciones y fue clara a la hora de poner las cartas sobre la mesa con la vista puesta en el 28-M: «Definitivamente creo que, a partir de hoy, es bueno que cada uno siga su camino. Tengo el máximo respeto por su formación política, pero la deriva que ha tomado su partido a mí no me va a arrastrar con ella. Es muy difícil entenderse con ustedes, prácticamente es imposible porque no entienden que la vida son distintos puntos de vista y cuando tienen la razón la pierden por sus formas y su pretendida superioridad moral». Y aun hubo más reproches: «no ha habido una sola propuesta de Vox que sea original. No han aportado absolutamente nada».

"Oposición fracasada"

El enfrentamiento fue duro también con Más Madrid. Su portavoz, Mónica García, quiso resucitar el caso de los fallecidos en las residencias durante la pandemia para obligar a Ayuso a pedir perdón por su gestión. La acusó de ser “brava en sus insultos” y hasta de “haber institucionalizado el maltrato cotidiano” en las residencias, de haberse “deshumanizado”, y de “haber sido mala presidenta porque es difícil serlo si antes no se es buena persona: todo está peor después de su paso por el Gobierno”, resumió. Pero Ayuso quiso poner énfasis en la oposición “fracasada” que ha venido desarrollando Mónica García durante la legislatura: “Todo lo que ha hecho contra mí todo este tiempo ha sido un rotundo fracaso”. Y puso ejemplos: las denuncias contra las residencias; la que formuló contra la Consejería de Hacienda; la huelga sanitaria...”. Ayuso se mofó incluso de su adversaria para cerrar la legislatura: “le voy a dar una buena noticia, se han acabado los plenos, puede marchar en paz, que vengo inspirada del Vaticano”.

"Podemos murió en Galapagar"

Alejandra Jacinto, de Unidas Podemos, quiso poner el énfasis en la vivienda en Madrid para reprochar a la presidenta regional que pusiera el foco en la agenda mediática más que en esta cuestión. Más aún, puso en contraposición los posibles números de teléfono que conforman la agenda telefónica de ambas: “Mientras usted tiene el teléfono de Carlos Mur, que hoy declara en los juzgados por los protocolos de la vergüenza, que condenaron a morir a 7.291 personas mayores en las residencias públicas, yo tengo el teléfono de Mariví, hija de una de las víctimas...”. “Algunas tenemos valores, pero usted solo tiene precio”, sentenció.

Pero Díaz Ayuso no pasó por alto el asunto de la agenda e ironizó con ello: “A lo mejor el teléfono que le falta en su agenda es el de Yolanda Díaz, que les ha abandonado, entre otras cuestiones, por la política de baja estofa que realizan” para después dejar reducida a su formación a la mínima expresión: “Podemos ya no es nada, nació en Venezuela y murió en Galapagar. Están pasando a la absoluta irrelevancia política".