Opinión

La muerte de los voluntarios

En Madrid, y en España en general, no existe cultura de protección civil

Mircea, el ya conocido como «héroe de Tres Cantos»
Mircea, el ya conocido como «héroe de Tres Cantos»La Razón

Mircea Spiridon fue un héroe. Quiso salvar a unos caballos y se dejó la vida en Tres Cantos. Su familia no necesitaba un héroe en casa y sí un marido y un padre. Un experto me dijo el día de su muerte que no recordaba, en los veinte años que trabaja contra el fuego, unas llamas tan rebeldes.

El ministro inútil, un tal Puente, no tiene solución. No logra que los trenes funcionen y pone en marcha el ventilador de la «M «con el fuego o con lo que haga falta. ¡Qué personaje más reaccionario!

Una de las características de la lucha contra el fuego en la región (no muy grande) es la capacidad para llegar rápidamente al incendio. Ni esa rapidez sirvió en Tres Cantos.

Los forestales, las brigadas y los bomberos han dado a conocer estos días algunas reivindicaciones en las que quizá tengan razón, pero hubiera sido mejor esperar a que amaine la tormenta. Está claro que hay que invertir urgentemente más en prevención y hacer un protocolo para los fuegos rebeldes.

Este incendio asesino demuestra, como decíamos hace algunas semanas, que en Madrid, y en España, no hay cultura de protección civil. Un voluntario con una rama, o una manguera, es una persona con mucha voluntad que pone en peligro su propia vida porque no conoce lo traidor que es el fuego y el viento.