Patrimonio

Una nueva vida para la Real Casa de Campo de Felipe II

La restauración y apertura al público de la antigua Casa de los Vargas permitirá a los visitantes conocer el valor histórico de la casa de campo de este monarca, que da nombre al parque madrileño

Casa de los Vargas
Casa de los VargasAyuntamiento de Madrid

La delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, ha presentado hoy el proyecto de recuperación y apertura al público de la que fuera casa de campo de Felipe II conocida como Casa de los Vargas, en alusión a sus primeros propietarios. Se trata de una de las actuaciones patrimoniales más relevantes que el Ayuntamiento de Madrid acomete durante este mandato. El futuro espacio cultural recibirá el nombre de Real Casa de Campo, una denominación que proviene de fuentes históricas y permitirá al visitante conocer su relevancia patrimonial.

El proyecto, promovido por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano, supone la restauración integral de los tres elementos originales que dieron origen y nombre a la actual Casa de Campo: el palacete que sirvió de casa de campo a Felipe II, el jardín renacentista y la singular galería de burlas del siglo XVI.

Un edificio clave para comprender la historia de Madrid

La historia de la Real Casa de Campo arranca a comienzos del siglo XVI, cuando la influyente familia de los Vargas levantó su finca de recreo, conocida desde entonces como Casa de los Vargas. Su ubicación, junto al Manzanares y frente a la Villa de Madrid, convirtió muy pronto este enclave en un lugar estratégico. En 1561, Felipe II adquirió la propiedad para integrarla en el proyecto paisajístico y residencial que estaba diseñando en torno a la nueva capital del reino. A partir de ese momento, la casa dejó de ser simplemente una posesión nobiliaria para convertirse en una pieza clave para entender los orígenes de la capitalidad madrileña.

En el siglo XVIII, la casa vivió uno de sus mayores cambios: Carlos III, decidido a modernizar Madrid y convertirla en una capital europea, encargó a su arquitecto de confianza, Francisco Sabatini, la reforma del inmueble, que aquejaba problemas de humedades dada su proximidad al río. Sabatini renovó la fachada, ajustó sus proporciones y le otorgó una imagen inspirada en las villas italianas.

El proyecto de recuperación trabajará precisamente sobre estos dos momentos esenciales: por un lado, la estructura interior de la casa del siglo XVI y, por otro, la imagen exterior diseñada por Sabatini durante el reinado de Carlos III.

La recuperación que ahora se emprende tiene como objetivo devolver ese relato histórico a la ciudadanía. El proyecto busca rescatar la memoria de un espacio cuyo valor trasciende lo que conserva físicamente: su historia permite explicar una parte fundamental del proceso por el que Madrid se configuró como centro político del reino.

Los fondos Next Generation de la Unión Europea del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD) 2023, que aportan 10 millones de euros, permitirán abordar la restauración integral de este conjunto patrimonial con los criterios de sostenibilidad y eficiencia energética.

Las excavaciones realizadas recientemente -primeros pasos de este trabajo de recuperación- han puesto al descubierto los arranques de los muros de la casa del siglo XVI, cuya organización interna se mantuvo prácticamente intacta hasta el siglo XX. También han aparecido pavimentos originales de los siglos XVI, XVII y XVIII, especialmente en el pabellón occidental, así como azulejos mudéjares, basas y capiteles, una columna del siglo XVI integrada en un muro posterior, restos de chimeneas, estructuras de escaleras desaparecidas y vigas originales en la sala central. Todos estos hallazgos permitirán recuperar no solo la arquitectura del edificio, sino también la historia de quienes lo habitaron y transformaron a lo largo del tiempo.

Se trata de un proyecto complejo en el que el Ayuntamiento de Madrid ha invertido ya más de 800.000 euros en estudios históricos, arqueológicos y en la eliminación de elementos añadidos que distorsionaban la lectura del edificio. Más de una treintena de profesionales, entre arquitectos, técnicos, arqueólogos, historiadores, restauradores, paisajistas, ingenieros, físicos y químicos, trabajan bajo la coordinación de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano.

Gracias a esta intervención, Madrid recuperará un conjunto patrimonial sin igual en España: la casa, el jardín renacentista y la galería de burlas. Un enclave que Felipe II pensó como parte de su proyecto personal para habitar en la nueva capital y cuya riqueza patrimonial tanto cultural como natural será visible y accesible para todos.

Madrid dispondrá de un nuevo jardín histórico

Por su parte, la intervención de los jardines, fundamentada en documentos históricos y excavaciones arqueológicas, permitirá al visitante disfrutar de una experiencia patrimonial completa cuando el conjunto abra sus puertas en 2027, coincidiendo con el quinto centenario del nacimiento de Felipe II.

La recuperación del jardín histórico se basará en un minucioso trabajo de investigación documental y arqueológica que ha permitido identificar con precisión la disposición original del espacio, su sistema hidráulico -una obra de ingeniería única en España que permitía trasladar el agua desde el lago de la casa de campo- y los elementos escultóricos y vegetales que lo componían, incluyendo la Fuente del Águila, que en la actualidad se conserva en el Museo de las Colecciones Reales. El resultado será un jardín renacentista de más de 10.000 metros cuadrados, de los que más de 4.000 estarán dedicados a zonas de plantación.

El futuro jardín contará con cerca de 25.000 plantas, incluyendo 155 nuevos árboles, entre frondosas, perennes y frutales, una colección de 120 rosales y más de 700 arbustos. Entre las nuevas especies, se incluirán naranjos y árboles frutales en espaldera, evocando la tradición de los jardines cortesanos del Renacimiento.

Rivera de la Cruz ha subrayado que “la recuperación del jardín de la Real Casa de Campo permitirá a los madrileños y visitantes pasear por un espacio que, cinco siglos después, mantiene el espíritu de los jardines filipinos. Madrid suma así un nuevo jardín histórico a joyas como los de Sabatini, El Capricho o los de Cecilio Rodríguez”. Con esta intervención, el Ayuntamiento de Madrid refuerza su compromiso con la conservación del patrimonio histórico y natural de la ciudad, dotando a la Casa de Campo de un nuevo atractivo cultural y paisajístico que la consolida como un enclave único en Europa.