Sucesos

Nuevo robo con violencia en la zona de Batán

El testimonio de la víctima apunta a unos residentes del centro de acogida de menores

El Metro de Batán ha registrado varios robos en los últimos meses
Entrada al Metro de BatánJesús G. FeriaLa Razon

El entorno de Batán, y más concretamente los aledaños de la estación de Metro, fue escenario de un nuevo robo con violencia. Un hecho que podría considerarse aislado si no fuera por la conflictividad que ha experimentado la zona en los últimos años. Hace un año, la Policía Nacional mantuvo dispositivos durante cinco meses, las 24 horas, en las zonas de Batán y Casa de Campo. Los vecinos no tienen dudas: por edad y nacionalidad, los robos los están cometiendo los jóvenes residentes en el centro de acogida de menores, el antiguo albergue juvenil Richard Schirrmann.

Según fuentes policiales, los hechos ocurrieron el pasado 17 de febrero, a las 6:45 de la mañana, si bien no se denunciaron en la comisaría de Latina hasta nueve días después. De acuerdo al testimonio de la víctima, un joven de 19 años, los hechos ocurrieron cuando salía de la parada de Metro de Batán y fue rodeado por "tres marroquíes de 18 años", que le pidieron un cigarro. Cuando les respondió que no fumaba, le asestaron un golpe y le robaron el móvil que llevaba en la mano. En ese momento, el agredido les ofreció darles todo el dinero que llevaba encima a cambio de que le devolvieran el teléfono. Al final, acabó sin el móvil y sin dinero. Los agresores huyeron después hacia Casa de Campo, en dirección al albergue.

Se da la circunstancia de que, hace días, varios trabajadores del centro denunciaron que algunos residentes perpetraban robos con fuerza dentro del albergue, de forma que la ropa que robaban la vendían posteriormente. Por otro lado, otro fue detenido recientemente por amenazas de muerte a trabajadores, mientras que, hace unas semanas, también se produjo un robo con intimidación por parte de varios jóvenes magrebíes a un vecino, en su caso por los alrededores del Metro de Casa de Campo.

Inicialmente, la Comunidad de Madrid, antes de las elecciones, prometió el cierre del centro debido a las protestas vecinales. Su destino sería el distrito de Barajas. Sin embargo, según el Ejecutivo, las últimas crisis migratorias han obligado a suspender el cierre. De hecho, la capacidad del centro ha aumentado un 30% con respecto a hace un año.