
Bienestar
Olimpia TWC: el santuario del wellness que redefine el cuidado integral
Un espacio boutique en Chamberí que combina pilates dinámico, recuperación corporal y bienestar mental en un mismo circuito

En pleno corazón de Chamberí, en el epicentro de la actividad madrileña, ha surgido un concepto de bienestar que va más allá del entrenamiento físico. Se llama Olimpia TWC (The Wellness Circuit) y ha sido creado por dos emprendedoras que, antes que empresarias, fueron usuarias exigentes del sector. Su objetivo: traer a Madrid un espacio que integrara cuerpo, mente y recuperación, con el nivel de detalle propio de los centros boutique más exclusivos de Londres o Nueva York. “Olimpia nace de nuestra propia necesidad como usuarias”, explican sus fundadoras. Ambas compartían la sensación de que en Madrid existían gimnasios, estudios de pilates, spas y centros de estética, “pero no un lugar donde se uniera todo y funcionara como un circuito real de bienestar”.
La idea empezó a tomar forma cuando Patricia, con años de práctica de pilates y certificación en Londres, quiso trasladar a la capital una versión más precisa y exigente del dynamic reformer: música, tempo, corrección constante y resultados visibles. A esa visión se sumó Andrea, apasionada del deporte y el cuidado mental, con la intención de crear “un espacio donde el servicio y la atención personalizada fueran lo primero y alrededor del cual se forjara comunidad”. El proyecto unió ambas miradas: método exigente y trato cercano.
Una propuesta 360º
El leitmotiv de Olimpia es claro: no se trata solo de entrenar, sino de entrenar, recuperar y resetear. Así lo explican: “No somos solo un estudio de pilates ni solo un centro de recovery; ofrecemos un circuito wellness integral”. La fórmula combina clases de dynamic reformer pilates con servicios de recuperación como cold plunge, sauna de infrarrojos, presoterapia o masajes, todo con una estética cuidada al milímetro.
El método de trabajo en sus clases responde siempre a tres pilares: fuerza, control y flow consciente. La diferencia está en cómo se ejecuta. “Son clases íntimas, con correcciones constantes, música muy cuidada y una meditación guiada al final con aceites esenciales”, detallan. También cuentan con una sala privada para sesiones 1:1, pensada para postparto, readaptaciones o personas que buscan un trabajo aún más específico.
El perfil de usuario que acude a Olimpia responde al ritmo propio de Madrid: personas que trabajan mucho, se mueven constantemente y valoran la eficiencia del tiempo. “Nuestro cliente busca resultados visibles, pero también un lugar que le ayude a gestionar el estrés”. La base es mixta: público local, nacional e internacional, con clases bilingües que han atraído a expatriados que buscan mantener su rutina de entrenamiento sin la barrera del idioma.
Personalización
El centro funciona con aforos reducidos que permiten una supervisión técnica constante. “La personalización es la clave del concepto boutique”, afirman. La idea no es que todos hagan la misma clase, sino que cada persona haga la clase que su cuerpo necesita. El mismo enfoque se aplica en la parte de recuperación: según el objetivo (descargar, dormir mejor, aliviar estrés o acelerar la recuperación muscular), el equipo recomienda un formato u otro.
En tiempos en los que el wellness se ha convertido en un término omnipresente, las fundadoras tienen claro que el enfoque mental es inseparable del físico. “Para nosotras, el bienestar físico y el mental son inseparables. No se trata solo de moverse, también de darle al cuerpo —y a la mente— una pausa real”.
Uno de los aspectos que más llama la atención al entrar en Olimpia es su estética: madera, luz cálida, orden minimalista y un silencio controlado que invita a bajar pulsaciones. Nada en el espacio es casual. “Queríamos crear un refugio urbano, un lugar donde apeteciera estar”, señalan. El diseño no es un lujo superfluo, insisten, sino una herramienta que predispone al cuerpo y a la mente. “El diseño no es un capricho; es una herramienta de bienestar”.
La oferta deportiva de la capital es abundante, pero no necesariamente diferenciada. Para ellas, el reto es claro: “Diferenciarse en un mercado muy activo y competitivo”. La oportunidad, sin embargo, es la misma: apostar por la especialización. “El público de Madrid es cada vez más exigente y busca conceptos honestos, no gimnasios que prometen todo y no profundizan en nada”.
Su estrategia se basa en hacer pocas cosas, pero hacerlas muy bien: pilates dinámico de alto nivel, recuperación efectiva y comunidad. Esa comunidad no es un añadido, sino parte central del proyecto: talleres, pop-ups y colaboraciones con marcas afines están en marcha para “ampliar el impacto fuera de la esterilla”.
Sobre su futuro, son prudentes pero firmes: “Nuestro objetivo es consolidar Olimpia TWC como referente de dynamic reformer y recovery en Madrid y España”. La expansión llegará, confirman, pero con el mismo enfoque: calidad antes que cantidad. “Habrá noticias pronto”, adelantan con cautela.

Mientras tanto, su misión permanece intacta: que cada persona que cruce la puerta salga un poco mejor de lo que entró. No solo más fuerte, sino más consciente. “Nos gusta hablar de crear microhábitos: moverse mejor, dormir mejor, respirar mejor”. Ese parece ser el verdadero circuito wellness de Olimpia: cuerpo, recuperación, pausa… y vuelta a empezar.
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