Palacios

El palacio de Zabálburu, de vivienda burguesa neogótica a joya de la bibliografía madrileña

De estilo neogótico, cuenta hoy con 18.000 libros y documentos de gran valor

Fachada exterior del palacio de Zabálburu
Fachada exterior del palacio de ZabálburuLa Razón

El Palacio de Zabálburu, situado en el céntrico barrio de Salamanca, es una obra maestra de la arquitectura decimonónica que destaca por su singularidad dentro del panorama de palacetes madrileños de la época. Construido entre 1872 y 1876 por encargo de la influyente familia Zabálburu, no solo se diferencia por su diseño arquitectónico neogótico-racionalista, sino también por la importancia histórica de sus propietarios y su evolución a lo largo de más de un siglo. Hoy en día, el Palacio alberga la Biblioteca y Archivo Francisco de Zabálburu, una institución cultural de gran valor que conserva un legado documental único en España.

El palacio fue edificado sobre parte de los terrenos que ocupaba el antiguo Pósito Real de la Villa, un almacén de granos creado en el siglo XVII para asegurar el suministro alimentario de la capital. Estos terrenos, situados entre el actual Paseo de Recoletos y la calle Alcalá, formaban parte de la última cerca mandada construir por Felipe IV en 1625 y fueron de propiedad municipal hasta el derribo del Pósito en 1867. Tras la aprobación del Plan de Ensanche de Madrid de Carlos María de Castro, los terrenos se parcelaron y vendieron, y las 37 parcelas resultantes fueron subastadas por el Ayuntamiento de Madrid.

Los hermanos Zabálburu Basabe, provenientes de la élite financiera bilbaína, adquirieron cuatro parcelas para construir su residencia familiar y un edificio de viviendas contiguo. El palacio se erigió en un momento de transformación urbana para la capital, cuando la aristocracia y la alta burguesía empezaban a establecerse en el barrio de Salamanca, convirtiendo la zona en el corazón de la élite madrileña del siglo XIX​.

El edificio fue diseñado por José Segundo de Lema, quien se inspiró en el estilo neogótico-racionalista promovido por el arquitecto francés Eugène Viollet-le-Duc. A diferencia de otros palacetes de la época, que seguían un estilo más clásico y ornamentado, este destaca por su sencillez y la sinceridad de los materiales empleados, como el ladrillo visto, el granito y la piedra blanca.

La planta del edificio, casi cuadrada, se organiza en torno a un patio central rectangular. La fachada principal, orientada hacia la calle Marqués de Duero, se caracteriza por su sobriedad y la ausencia de ornamentación excesiva. Los muros de ladrillo se interrumpen únicamente por ventanas enmarcadas en piedra blanca y un gran alero de madera labrada que remata la estructura. El uso del ladrillo visto en las fachadas, junto con detalles en hierro y vidrio en las marquesinas de la entrada y las escaleras, subraya el carácter funcional del diseño de Segundo de Lema.

En 1900, la viuda de Francisco de Zabálburu encargó al arquitecto Luis de Landecho la ampliación del palacio, incluyendo un invernadero y un salón de fumadores en el antiguo jardín, así como la elevación de una planta adicional sobre la fachada a Marqués de Duero. Esta intervención mantuvo la coherencia estilística del edificio original. A lo largo del siglo XX, el palacio sufrió reformas menores que no alteraron sustancialmente su imagen exterior​.

Francisco de Zabálburu, uno de los propietarios, fue un mecenas y un apasionado de la historia y la paleografía y formó una extensa colección de documentos y libros raros que conforman la actual Biblioteca y Archivo Francisco de Zabálburu, situada en el palacio. Entre sus fondos hay manuscritos medievales, correspondencia de los Reyes Católicos y documentos originales de la Casa de Altamira​.

Durante la Guerra Civil, el palacio se convirtió en la sede de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, lugar en el que se reunían personalidades como Rafael Alberti y María Teresa León. Tras el conflicto, quedó abandonado y fue dividido en siete viviendas, situación que se mantuvo hasta su declaración como Monumento Nacional en 1977. A finales de los ochenta, fue restaurado por el arquitecto Carlos Malibran Vieytiz y, posteriormente, adquirió nuevos usos.

El Archivo y Biblioteca Francisco de Zabálburu alberga en la actualidad más de 18,000 libros y documentos, muchos de ellos procedentes de la Casa de Altamira y de otras adquisiciones , como la correspondencia dencia entre Carlos V y Felipe II con sus virreyes.

Arquitecto

José Segundo de Lema

Donde

Marqués del Duero, 7

Año de construcción

1872

Nivel de Protección

Singular

Uso actual

Dependencias del Ministerio de Justicia: Mutualidad General y

Registro. Biblioteca Francisco Zabálburu. Edificio de viviendas