Nos ha entusiasmado y tiene su porqué: el responsable de tan brutales platos es el cocinero Víctor Camargo, quien fuera mano derecha de Estanis Carenzo en Sudestada
Obligado es comenzar por unos embutidos de Pinoso, como la longaniza blanca y la butifarra negra, para continuar con unas quisquillas de Santa Pola y con las croquetas de cocido
Aunque aquí se habla de fútbol claro, hay parroquianos que sólo acuden por sus buenas viandas más allá de la Champions. De beber, vinos de Jerez y vermut Lustau
Su marmitako es un genial trampantojo hecho con atún Balfegó cortado como si de patata se tratara, mientras que el chorizo marino es un lomo de atún picantito
Lo descubrimos en Pozuelo. Es un muy buen restaurante, que ha evolucionado sin alejarse de la esencia con la que comenzó: mimar el producto de temporada
Para este paraíso en la tierra, se ha elegido a un auténtico obispo gastronómico como es Abel Valverde, ese pequeño duende que baja por una chimenea y destapa el cofre de los tesoros
El chipirón, el filete ruso que aquí se le da grandeza con el foie sobre crema de patata, o un guiso cañí de pata y morro, con acento marcado del Norte
Buena idea es hacer una primera parada en la pastelería Flor y Nata, del recién reformado Rosewood Villa Magna, donde el pastelero Emanuel Alvés sirve en bandeja una edición de su «afternoon tea»
Evidentemente, todo empieza con el juego de escabeches. El monte bajo, la caza, y el confesado tributo a la tradición despliegan líneas de pura viveza imaginativa.