Los mejores refugios culinarios de Madrid: los restaurantes imprescindibles frente a la ola de calor

¿Se acuerdan ustedes cuando hace no tanto nos lamentábamos por la calma que se daba el verano en llegar a la capital? Pues el estío, ya plenamente asentado en nuestras calles, nos regala su primera ola de calor, con temperaturas que superarán los 36 grados en muchos puntos de la región. Sin ninguna duda, será aún peor en la ciudad, paraíso de cemento, cristal y rascacielos, lo que no ayuda a rebajar los grados del mercurio. Ante este panorama, les proponemos combatirlo como mejor sabemos por aquí: a base de comida rica y ligera, bebidas sobresalientes, cócteles y un extra de belleza. ¿Qué mejor refugio climático que un buen restaurante o una terraza de esas a la que apetece mudarse, por lo menos, hasta bien entrado septiembre?

Los amigos del hotel InterContinental Madrid están inmersos en la celebración de su 70 aniversario y pueden presumir de contar con una de las terrazas ajardinadas más bonitas de la ciudad. Tiene una fuente escultórica, de estilo art decó, realmente soberbia, que ayuda a calmar las temperaturas que amenazan con freírnos. Para maridar, nuevas propuestas con mucho protagonismo de las brasas, como un taco de presa ibérica con pakchoi asado, el rapito a la brasa con patatas o un original ajoblanco de anacardos con tartar de pera y arenque marinado.

También en un hotel y rodeado de plantas, pero en altura, la terraza del Iberostar Las Letras Gran Vía, uno de los grandes clásicos estivales de la Villa y Corte. Qué mejor sitio para tomarse un buen cóctel, acompañado de un bocado ligero, con música en directo y buen ambiente, además de unas vistas idílicas de nuestra hermosa ciudad. También muy cerquita, otro imprescindible del entorno que hay que visitar en estas fechas para huir del ‘Lorenzo’: la Azotea del Círculo de Bellas Artes. Manuel Berganza, el joven chef del espacio, discípulo de Sergi Arola en su mejor época (la de La Broche y el Gastro), ofrece una propuesta rica, con carta especial de picoteo, además de cócteles creativos, ideales para brindar por el que quizá sea el atardecer más bonito de la ciudad. Ostenta, de hecho, un Solete de Guía Repsol, un reconocimiento de esta publicación a los locales con una buena oferta culinaria, mucho encanto y precios nada desorbitados.

Otro espacio que acaba de estrenar similar distinción es Las Margaritas, un espacio a pocos minutos de la capital, en El Plantío, un barrio con una clara ventaja: es fresquito y muy verde, así que da la sensación de desconexión serrana sin necesidad de chuparse los atascos de la A6. Tiene no una, ni dos, sino tres terrazas. Dos, ajardinadas y abiertas al exterior, y una acristalada, perfecta para aquellos pragmáticos que prefieran refrescarse con el aire acondicionado. La carta, siempre en armonía con la temporada, da protagonismo a la parrilla, con ricos pescados de lonja que se pueden saborear en brocheta o enteros. También está muy cerquita del emblemático El Jardín de la Máquina, un espectáculo de jardines, con su propio lago, y una carta en la que se brilla su despensa. Está claro que hay grandes grupos que hacen muy bien las cosas.

Un poquito más lejos, pero con fresquito garantizado y sin demasiadas jaranas de tráfico para llegar, tenemos Los Picazos, en Hoyo de Manzanares. Víctor y su equipo tienen un precioso jardín, ideal para disfrutar en grupo, y buenos mariscos, carnes y pescados que adquieren un sabor genial en su Ofyr, una especie de barbacoa-teppanyaki circular que, además de ser un espectáculo, da un punto genial a los alimentos. Víctor es también enólogo, así que aquí se bebe bien en su refugio serrano. Nota bene al margen de lo gastro, por resultar simpático el dato a la par que útil. Si se marchan de vacaciones y tienen el cerebro frito por este calor, visiten la página que ha diseñado B travel con la agencia Manifiesto. Valiéndose de la inteligencia artificial de ChatGPT, en www.fueradelaoficina-btravel.com te hacen un par de preguntas y enseguida le crean a uno, a medida, un mensaje automático de ‘fuera de la oficina’ para el email. Que todo lo que sea ahorrar tiempo en cuestiones prosaicas y emplearlo en gozar de la vida, bien está, ¿no creen?