Gastronomía

El restaurante que homenajea a la carne y a la barbacoa a un paso de Madrid

Los Picazos es un lugar ideal para disfrutar de la buena comida y de un bello entorno natural

Los Picazos
Los PicazosLa Razón

Lo dice el calendario, pero también la luminosidad, las flores de los almendros y prunos que salpican los arcenes y los parques de la ciudad, y hasta la astenia que empieza a visitarnos. Ya es primavera y proliferan los planes en grupo para gozar de la estación de la abundancia. Este cronista les trae un lugar ideal para disfrutar de la buena comida y de un entorno natural muy bello, perfecto para ir en familia o con amigos, para los amantes de la bici o para aquellos que no se desplazan con otra cosa que no sean sus pies o su coche. Nos vamos, con la mente y el estómago, hasta Hoyo de Manzanares, una población a un tiro de piedra de Madrid en la que se encuentra Los Picazos, el restaurante con la barbacoa portátil más original y deliciosa. Spoiler: también van a su domicilio o evento.

Víctor Díaz y María Porcel conforman el alma de este luminoso espacio. Él, sumiller y enólogo, ha trabajado como una auténtica mula durante toda su vida. En 2013 decidió bajar un poco el ritmo y abrió un restaurante en Hoyo de Manzanares, donde vive junto a su familia. Lo ideó como un merendero para disfrutar de la buena cocina y de la bodega, con una amplia terraza ajardinada y amabilidad a raudales. Y que le permitiera divertirse currando, sobre todo después de superar la Covid-19. Por ello, sintió un automático flechazo cuando descubrió las bondades del Ofyr, una especie de enorme barbacoa metálica y circular que aúna una plancha de estilo teppanyaki –carameliza el exterior de los alimentos y los mantiene muy jugosos– y una parrilla para asar, cocinar o terminar toda clase de platos.

El artilugio en cuestión se alimenta con leña de encina, además de sarmientos si se elaboran arroces o calçots, pues aumentar la llama, tan refulgente que ensimismaría hasta al mismísimo Nerón. De aquí salen exquisitas carnes, cuya calidad se cuida con mimo. Trabajan con un jugoso cerdo de raza duroc de Eresma –les llega solo dos días después de que se sacrifique, en su mejor momento– y con carnes de vaca vieja de Discarlux y otros proveedores de renombre. No se pierdan los torreznos, que se funden en la boca, ni la selección cárnica, un despiporre delicioso de chorizos embuchados en casa, chuletas señoriales, morcillas de elaboración propia, presas, plumas y otras piezas infalibles.

Más allá de la explosión «barbacoística» (que no falten los neologismos), en Los Picazos hay una buena selección de platos, muchos de los cuales se rematan en el curioso horno circular. Aquí cocinan ricos entrantes, como las croquetas de jamón, los chipirones a la plancha con minutejos, la tarrina de foie (de elaboración casera), las manitas rellenas y buenos guisotes. Hay que hacer hueco, sí o sí, para los golosos postres de María, que tiene su obrador en una casita anexa a la cocina. Es una entusiasta de la repostería (le apasiona adquirir toda clase de herramientas novedosas). El arroz con leche especiado, las tartas o la cookie a la brasa son un acierto.

Uno de los proyectos que más entusiasma a la familia es Circulando, la versión portátil para eventos, su barbacoa circular, y que se está convirtiendo en un reclamo de las reuniones sociales de la gente bien de la zona y de no pocas empresas. Pueden moverse por toda España y se encargan, si es necesario, de todos los aspectos de un evento, desde el alquiler de mobiliario auxiliar hasta la megafonía o los camareros. Víctor, quien durante años se encargó de muchísimas celebraciones en el Real Café Bernabéu, describe como «mágico» el ambiente que su Ofyr crea en las fiestas. «Hay algo casi tribal en torno al fuego; acapara la atención enseguida y reúne a todos en torno a esta barbacoa circular. La gente sociabiliza alrededor y se quedan hipnotizados por la leña y la potente llamarada de los sarmientos. Ellos disfrutan, pero también nosotros: observan cómo se cocinan los alimentos, nos preguntan, participan, charlamos y se divierten». Así que ya saben, plan doble. Ir a Los Picazos y montar tremenda jarana culinaria con carnes, pescados, verduras y arroces con este curiosísimo (y delicioso) utensilio.

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También con versión portátil

Las carnes son la gran especialidad de Los Picazos, también en su versión portátil para eventos. Jugosas y sabrosas, proceden de escogidos proveedores. Un templo abierto a un paso de la capital y que, desde 2013, busca hacer las delicias de los más carnópatas.