Animalistas

Polémica por un encierro infantil en Villamanta

Los animalistas intentan frenar in extremis el evento taurino programado para la mañana de este domingo en el municipio madrileño

Polémica por un encierro infantil en Villamanta
Polémica por un encierro infantil en VillamantaVillamanta

Durante el invierno, con la temporada taurina en barbecho, las asociaciones taurinas y sus aficionados aprovechan para organizar eventos como capeas, encierros o visitas al campo bravo. El municipio madrileño de Villamanta, uno de los más afectados por DANA el pasado mes de septiembre, celebra este domingo (12:00) un encierro infantil impulsado por el propio ayuntamiento.

Sin embargo, la Fundación Franz Weber ha pedido a la Consejería de Presidencia de la Comunidad de Madrid la suspensión de una convocatoria. Los argumentos que exponen son: «sospechamos que este tipo de actividades no se ajusta al Reglamento de espectáculos taurinos populares de carácter autonómico, ya que no se podría encuadrar en un encierro o en una suelta de reses al dirigirse únicamente a un público conformado por personas menores de edad».

Además, en el comunicado de esta Fundación, se cita a un organismo superior: «El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas señaló hasta en dos ocasiones la necesidad de alejar a niñas, niños y adolescentes de la violencia producida sobre animales, en 2018 de forma específica sobre tauromaquia a España, y en 2023 de forma genérica a todos los Estados parte a través del ‘Comentario General nº26’».

Un paso más allá ha ido el coordinador de la campaña Infancia Sin Violencia, Rubén Pérez: «Nos preocupa la generalización de estos actos por su interés en adoctrinar a las personas menores de edad en las supuestas bondades de la tauromaquia. No es extraño que además de estas convocatorias, algunas familias lleven a los pequeños de la casa a contemplar tentaderos, novilladas o corridas de toros durante el mismo año. Se banaliza el sufrimiento animal con comentarios de refuerzo positivo sobre la participación directa de estos niños, contribuyendo a normalizar algo que no lo es: ningún menor debería estar expuesto a estas situaciones por su posterior impacto psicosocial y moral en su desarrollo».

En cambio esta postura les enfrenta rotundamente con quienes velan con la libertad y el derecho de los padres de educar a sus hijos bajo los valores que ellos consideren, siempre que se trate de espectáculos o eventos legales, como este caso.