Continuidad de Sánchez

El PSOE-M respira mientras Ayuso prevé una etapa política "más dura"

La formación de Mónica García bautiza a Madrid como la capital del «fango y la deshumanización»

POZUELO DE ALARCÓN (CA MADRID), 29/04/2024.- La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, visita las obras del nuevo colector-interceptor proyectado para regular los caudales de cuatro arroyos, infraestructura necesaria para llevar a cabo los desarrollos urbanísticos previstos en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, este lunes. EFE/ Rodrigo Jimenez
Ayuso visita las obras del nuevo colector-interceptor proyectado para regular los caudales de cuatro arroyosRodrigo JimenezAgencia EFE

Entre los socialistas madrileños había hoy una mezcla de alivio y alegría tras conocer que Pedro Sánchez continuará en la presidencia del Gobierno. «No ha vencido la difamación», decían, aunque algunos no pasaron por alto cierta inquietud por que, de los cinco días de reflexión, Sánchez sale «tocado» y «con un flanco débil que la derecha va a explotar». Pero era el día cerrar filas en torno a la figura del presidente del Gobierno. Y es lo que escenificó el secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, que no ocultó su satisfacción por la decisión de Pedro Sánchez en la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces de la Asamblea. Se mostró dispuesto incluso a hacer de altavoz en la Cámara de Vallecas en la sesión de pleno de hoy. «Se nos hace un llamamiento a todos para elevar el listón de la política y de las actitudes democráticas (...) Le voy a plantear a Ayuso que demos un paso al frente», apuntó a la par que se mostró en plena sintonía con el presidente del Gobierno en sus planteamientos que «dice que pongamos por delante el respeto, la educación y la lealtad institucional más allá del rifirrafe político». «Transparencia y diálogo ayudarían mucho a esta etapa política», apuntó, después de que su partido haya recurrido al Tribunal Constitucional La ley de Ayuso sobre la Cámara de Cuentas y el Consejo de Transparencia de Madrid.

La portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, también celebró la continuidad de Sánchez desde el enfrentamiento al Gobierno de Ayuso: «En Madrid sabemos bien lo que es la máquina del fango y la deshumanización de la política...», para después victimizarse: «Venimos sufriendo ausencia de calidad democrática con el señalamiento de Ayuso, el ataque de su secretario general y del presidente de esta Cámara que amordaza a la oposición, pero no nos vamos a callar», advirtió.

Así las cosas, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, auguraba ayer una nueva etapa política «todavía mucho más dura» y acusó al presidente de llevar «cinco años utilizando las instituciones para perseguir a sus adversarios políticos y entornos».

Ayuso ya auguró que Sánchez se quedaría en el puesto y ayer se extendió en la motivación: «Vive con cuatro palacios, tres de vacaciones, que tiene dos Falcon, un puma, mil asesores, 400 en Moncloa, gastos pagados, total impunidad… ¿A dónde iba a ir, a dónde mejor?», señaló.

Ayuso hizo una radiografía de la situación: «el presidente del Gobierno funciona bajo la máxima de “o conmigo o contra mí” y es lo que ha estado. Yo creo que debería dar menos discursos sin periodistas y quizás más ruedas de prensas con preguntas para dar explicaciones. Me parece casi una broma sus declaraciones. Él lo único que pretende es el poder sin control, sin contrapesos y no para gobernar España, sino para gestionar poder», dijo tajante.

"Ni con agua caliente"

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, presumió en las redes sociales de haber acertado en su pronóstico sobre el desenlace de la reflexión de cinco días de Pedro Sánchez. «Ni con agua caliente», apuntó. Muy crítica con la intervención del presidente fue la portavoz de Vox, Rocío Monasterio. «Los cinco días son propios del mundo bolivariano, de una persona que se pone como centro del país, se dirige al pueblo, se salta la sede de la soberanía nacional que no es un punto y aparte, sino seguido. A todos nos han dado y no hemos lloriqueado»