Tesoros en los Museos
El rincón de Madrid en el que descubrir la historia de "los matafuegos"
El Museo de Bomberos reabrió sus puertas con una renovación integral y el tesoro de su colección de vehículos
Se podría decir que es uno de los museos más antiguos de la Comunidad de Madrid. Sus más de 450 años de existencia lo avalan. Algo que solo ha sido posible porque su existencia va ligada al desarrollo a lo largo de la historia de una profesión: la de bombero. Con sus inicios en 1561, el traslado de la Corte por Felipe II a Madrid, el desarrollo urbanístico que vino con él y el surgimiento de los primeros incendios. Para enfrentarse a ellos, el Consejo de la Villa sacó su primer acuerdo sobre incendios en 1577. Se establecieron diferentes condiciones y obligaciones a la sociedad de la época en caso de incendio, especialmente a aquellos que se dedicaran a la carpintería o albañilería. Años después, en 1618 llegó el primer servicio de matafuegos de la villa. Y es que no será hasta un siglo después, cuando se empiece a conocer a estos profesionales bajo el término de bombero.
Después de varios meses cerrado, el pasado abril el nuevo Museo de Bomberos de la Comunidad de Madrid abrió sus puertas. El antiguo almacén acondicionado al público ha sufrido una renovación integral en sus instalaciones y la revisión de sus fondos para seguir ofreciendo de la mejor forma una visión particular sobre la historia de la profesión. A lo largo de un recorrido organizado de forma cronológica se narra un relato basado en tres conceptos principales. La relación del hombre con el fuego, las diferentes técnicas que han empleado para hacerle frente a lo largo de la historia y el factor humano. «No se puede olvidar que somos personas, no máquinas. Compartimos un carácter especial, un sentimiento vocacional y nos puede la determinación y la formación», asegura a LA RAZÓN Ricardo Jiménez, responsable de este museo. Para él, uno de los oficios más valorados pero menos conocidos.
En cada visita, siempre guiada por un miembro del cuerpo, intentan divulgar la cultura de la prevención, algo importantísimo para ellos. «La prevención salva vidas. Por eso a cada visitante le damos una serie de pasos básicos que deben seguir ante un incendio», detalla. Su colección, incalculable, está compuesta por un importante número de vehículos. Es uno de sus mayores atractivos. Desde antiguas bombas de brazal del siglo XIX, pasando por los carros auxiliares portamangajes, hasta las escaleras de madera antigua, grúas y coches de mando o vehículos de emergencias. También se puede contemplar vestuario, herramientas, comunicaciones, gimnástica y otros elementos propios de los bomberos. Un discurso que completan con una galería de fotografías, vídeos y documentos de archivo que permiten conocer de mejor forma la vida cotidiana de sus miembros. No falta un espacio dedicado al recuerdo de los grandes siniestros (incendios, accidentes aéreos o ferroviarios) ocurridos en nuestra ciudad y en los que la intervención de los bomberos fue decisiva. También el recuerdo, a modo de homenaje, para los profesionales del cuerpo que fallecieron en acto de servicio, de guardia o durante acto de maniobra desde 1882 hasta 2005, año en la que tuvo lugar el último.
Eliseo Cedillo, Jefe de Grupo Conductor
Una profesión en la que no se deja de aprender y que evoluciona como lo hace la vida. Algo que conoce muy bien Eliseo Cedillo, jefe de Grupo Conductor, con casi cuarenta años dentro del cuerpo. «El panorama ha cambiado mucho, ahora nos enfrentamos a otro tipo de riesgos pero fuegos hay todos los días», confiesa. Una amenaza a la que ahora hacen frente en edificios de más de 200 metros de altura, nuevas instalaciones, causados por químicos, en aeropuertos o en el Metro, o en paneles de fachada o en coches eléctricos. Pero que no deja de ser lo que es: una combinación de oxígeno, combustible y calor.
Trece parques para 230 salidas diarias
Este Museo se encuentra junto al Parque de Bomberos número 8, en el distrito de Puente de Vallecas, de los trece con los que cuenta la ciudad. Desde aquí se hacen doce salidas diarias de media de las 230 totales de toda la capital. «Las más habituales por fuego suelen ser en edificaciones, restaurantes o locales... pero siniestros hay de todos los tipos», detalla Cedillo. A causa de su carga de avisos, recientemente inauguraron el parque número trece en la zona de Vicálvaro. Entre todos, se reparten los 1.400 bomberos con los que cuenta Madrid. Un claro ejemplo del crecimiento de la ciudad y de la importancia de la labor que desempeñan.
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