Paseo por Madrid

La Semana Santa en la capital: de cutre a magnífica

Este año, el Ayuntamiento ha tenido una buena idea: que la mayor parte de los cofrades con sus pasos atraviesen la Puerta del Sol

MADRID, 22/03/2024.- La cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y María Santísima de la Misericordia a su salida hoy viernes de la parroquia San Ramón Nonato de Madrid, iniciando su recorrido penitencial por las calles de la capital. EFE / Kiko Huesca.
SEMANA SANTA EN MADRIDKiko HuescaAgencia EFE

Madrid, y su comunidad, tenían una Semana Santa cutre total. Este caminante recuerda una procesión nocturna por la calle Preciados en la que iban cuatro cofrades, el paso y el que suscribe. Había también espectadores (pocos) y otros que llevaban una tajada importante, o sea que iban bebidos y no de vino de Misa.

Uno que ha sido cofrade de bombo en las Siete Palabras de Zaragoza ha visitado muchas ciudades exclusivamente para ver las procesiones y tengo una cierta culturilla en la materia. También el honor de que cofradías de Zaragoza premiaran a José María Álvarez del Manzano por traer a Madrid desde hace años una cofradía de mi pueblo a participar el Sábado Santo en la procesión de la Soledad.

El domingo siempre actúan en la Plaza Mayor, en unos festejos que organizábamos con Regino, gran funcionario del Ayuntamiento, Mariano Rivera, y Paco, el cura de Villaverde. Este año los tambores saldrán el domingo de las Calatravas (C/Alcalá 25, 13 h.), y terminarán en la Plaza Mayor, con Jesús resucitado.

El Ayuntamiento, y las localidades de la región, han ido vistiendo esta conmemoración y ya no sólo hay procesiones excelentes con forzados costaleros, bandas, cofrades, representaciones, símbolos y devoción. Además de actos religiosos hay magníficos conciertos y hasta hay una ruta de las torrijas, que aunque cada vez más caras no hay quien se resista. Este año, el Ayuntamiento ha tenido una buena idea: que la mayor parte de los cofrades con sus pasos atraviesen la Puerta del Sol. Nuestra cultura goza de buena salud y ni los franceses en sus tiempos ni Podemos lograron acabar con una tradición cada vez más firme.