El Madrid de

Tito Pajares: «Al madrileño le ha gustado siempre relacionarse»

El presidente de la Federación Nacional de Ocio Nocturno ha sorprendido este año con la gran apertura en el barrio Salamanca: Jimmy’s Club

Tito Pajares, empresario. ©Gonzalo Pérez Mata
Tito Pajares, empresario. GONZALO PEREZ MATAFotógrafos

Por sus locales ha pasado algún presidente de Estados Unidos, diseñadores de moda, actrices y actores internacionales; ha pinchado en el club de su cabina el DJ hijo de Tom Cruise, Connor; o Bruce Willis. También allí han celebrado sus éxitos campeones de Liga o de Champions. Algunas celebridades las reconoceremos, otras en cambio, «no se saben ni se sabrán porque respetar la intimidad y la privacidad fue siempre una máxima en mis negocios», cuenta a LA RAZÓN el empresario Tito Pajares. Pero esto no ha venido regalado, sino que ha sido el resultado de una cosecha de trabajo y formación constante desde muy joven.

Madrileño de siempre. Estudió en el colegio San Antón de la calle Hortaleza; y también en el Cardenal Cisneros, donde se formó en Ciencias Económicas y Empresariales. Luego llegó la facultad, en su caso la Complutense (Somosaguas).

Su familia procede de la hostelería tradicional madrileña y, por ello, Tito empezó casi de forma accidental cuando le nombraron delegado en la facultad para organizar un viaje de estudios. El exitoso resultado fue el primer paso de un largo camino que le ha traído donde hoy se encuentra.

Sus primeros pasos en el mundo del ocio nocturno fueron en Castellana 51, el germen de lo que después sería Costa Castellana, conocido internacionalmente como imagen de marca de la ciudad. Posteriormente llegó el Café de los Artistas, desarrollando lo que hoy día está muy de moda, uniendo restauración y coctelería. Dirigió la discoteca Le Boutique junto a otros negocios. Pero uno de sus pasos más arriesgados y potentes ocurrió, sin duda, debajo del hotel Wellington, cuando nació el tan local conocido a nivel internacional: Gabana Club. «Se trató del espacio nocturno, después de Rockola, con mayor éxito e influencia en Europa, durante más de 20 años».

La incuestionable trayectoria de Tito Pajares en cuanto a su conocimiento sobre el ocio de la ciudad habla por sí sola. ¿Cuál es el truco del éxito? le preguntamos; a lo que responde que «innovar y tener el objetivo claro que la prioridad es pasarlo bien». No obstante, el entrevistado reconoce que «el espíritu emprendedor lo llevo dentro». Eso sí, sabiendo que «hay que dedicar mucho tiempo de la vida profesional, así como dormir poco», pues «ser autónomo, empresario o comerciante es muy complicado», añade.

Perteneció a Jóvenes Empresarios de Madrid como vicepresidente; también en la Confederación Empresarial; estuvo en la junta directiva del CEIM, perteneció 10 años a la Cámara de Comercio y ahora preside la Federación de Ocio Nocturno. «He querido evolucionar junto a los demás sectores que entonces emprendían y he entendido muy bien la ciudad y su cultura». Tito Pajares lo tiene claro: «No lo dudo, ha sido así históricamente, y es que al madrileño le ha gustado siempre relacionarse, dar la bienvenida». Según cuenta el empresario, en la Federación se encargan de conciliar con la administración las normativas medioambientales y urbanísticas para generar espacios seguros. De hecho, como curiosidad, Tito Pajares confiesa que Madrid fue pionera en Europa y España en crear la figura de «controlador de acceso». En todas las salas de fiesta y espectáculo, dice Pajares, se encuentra a este profesional que controla el aforo y tiene formación médica y psicológica, renovándose cada cinco años.

Madrid, un destino

«No hay nada que pueda pasar en el mundo que no tenga un eco en la ciudad», apostilla Tito Pajares. Se dirige a la Comunidad como destino puntero de Europa por su gente, su seguridad y sus profesionales. «Estamos recogiendo el fruto del trabajo de numerosas generaciones. Nos costaba mucho traer a la gente a Madrid porque no tenía playa, principalmente venían por el Bernabéu o el Prado».

Igualmente, afirma que la capital es líder en gastronomía, ocio nocturno y en espectáculos musicales tercera en el mundo, además de «ser segura, amable y simpática». Y con ello, «todavía queda un gran recorrido».

Donde el ocio no hace sombra a la gastronomía: Jimmy’s Club, en el barrio Salamanca

En primer lugar, según cuenta el empresario Tito Pajares, Jimmy’s Club puede presumir de haber nacido únicamente con capital español.

Pero después, queda lo más importante: que los amantes del espectáculo y la alta gastronomía hayan encontrado en Jimmy’s su lugar.

Acompañado de música y coctelería de autor, la carta sube un escalón apostando por el máximo producto. No ha pasado desapercibido, por ejemplo, su nigiri de presa de Joselito o el «jamón más caro del mundo» de la misma marca. Tras la cena cabe la opción de cruzar un pasadizo secreto que conduce a Gabana y, para acabar, un bocata de Joselito se consolida como la mejor recena.